There Is No Hell Like Other People's Happiness

Para todos aquellos a los que Franky Lee os suene a chino, probablemente sí reaccionaréis cuando mencione a Millencolin. Pues bueno, Franky Lee es el proyecto paralelo de Matthias Farm, guitarrista de la banda de Orebro y que aquí aparte de la guitarra se encarga (solventemente además) de las voces y de añadir y arreglar en prácticamente todos los instrumentos. De hecho, para los que no tuvisteis la oportunidad de ver a Millencolin en su reciente gira de conmemoración del décimo aniversario de la publicación del "Pennybridge pioneers", aluciné con la única canción en la que Farm se encargó de las voces (la mitiquísima "Mr. Clean"), en la que le dio un soberano repaso en actitud y calidad al bueno de Nikola Sarcevic, al que no pude evitar ver un pelín acomodado durante el concierto.

Aunque desde luego que en Franky Lee encontramos reminiscencias de Millencolin (me refiero a los últimos Millencolin, los que empezaron a mutar a partir del "Home from home"), Farm apuesta en este proyecto por un sonido más rocanrolero con predominio de guitarras, estribillos y voces muy melódicos y una producción bastante ligera que hace dudar entre la escasez de medios (el disco está autoproducido) o la deliberada intención de sonar de esta forma (entiendo que ésta es la opción real).

El resultado es realmente divertido, y bastante completo, ya que todas las canciones muestran un nivel aceptable, aunque también es verdad que se me hace difícil destacar alguna, ya que aunque casi podría citar los trece cortes como recomendables, tampoco el disco cuenta con auténticos hits descomunales. Quizá la inicial "No motion" y "A cunning plan" sean las más redondas, pero estoy seguro de que en los comentarios que espero genere este análisis muchos citaréis otros títulos.

Mi conclusión es que estamos ante un disco francamente disfrutable, divertido, pero que quizá me ha decepcionado un poco. No hay afirmación más válida que la de que tu impresión de las cosas siempre dependerá de las expectativas con las que las abordes. Y todo el mundo me había hablado maravillas de este disco. Y es bueno. Pero, y aunque no sea políticamente correcto decirlo, si tuviera que elegir entre "There is no hell like other people´s happiness" y el último disco de Millencolin, donde por cierto bajaron bastante el pistón de calidad en mi opinión, pues tampoco sé qué elegiría.