rock / reggae / funk / alternative rock / funk rock / rap
 Jammin' Dose

ENTREVISTA

Deadline por César Aguilar
28 de Junio de 2015 3340 lecturas
El singular octeto malagueño Jammin’ Dose vuelve a la carga con “Deadline”, un álbum más asentado y menos frenético que su EP de debut “Fake Town” pero igualmente redondo, diez cortes en los que campan a sus anchas ritmos funkies y latinos, soul, reggae e incluso folk de raíz americana, todo ello servido sobre una contundente base de rock. En definitiva, un cóctel especialmente indicado para disfrutar durante un verano que pinta de lo más caluroso. Nos ponemos en contacto con su vocalista y guitarra, Pablo Márquez, que responde amablemente nuestras preguntas.

Procedéis de bandas como Furula, Sánchez No Te Enganches o Chillango y os juntáis bajo el nombre de Jammin’ Dose en 2009. ¿Cuál fue el germen de la banda y cómo se fue completando la formación hasta llegar a la actual?

El germen de Jammin’ Dose fue una banda de rock andaluz que se llamaba Curysma. Tras su disolución decidimos seguir tocando pero abriéndonos a otros estilos. Hasta que llegamos a la formación actual fueron yendo y viniendo muchos componentes: cambiamos de bajista, de trompetista, de batería dos o tres veces, e incluso de cantante. En esta banda cada uno aporta su experiencia previa, que va desde el metal hasta el flamenco.

Vuestra primera referencia fue “Fake Town”, un EP (o mini álbum por la duración: media hora) previo. ¿Cómo lo valoras ahora? ¿Cambiarías alguna cosa?

Para ser el primer trabajo serio del grupo el resultado me parece muy bueno. Pero siempre quieres cambiar cosas, el proceso creativo nunca acaba.

Por cierto, ¿qué es “Fake Town”? No será Málaga, ¿no?

Bueno, “Fake Town” es algo mucho más ambiguo y etéreo que una ciudad o un lugar físico. Siempre dejamos la puerta abierta a que cada cual interprete las canciones y los títulos como más le apetezca.
 
Hablando de títulos, me identifico mucho con el del nuevo álbum. Tiendo a procrastinar y un deadline me viene de perilla para cumplir mis pequeños objetivos, como por ejemplo esta entrevista. En vuestro caso, ¿necesitáis deadline por vagancia, por ser complicado que ocho personas estén disponibles al mismo tiempo o por la presión que supone para obligaros a ser creativos?

Un poco por todo lo que has dicho. Al final casi sin darnos cuenta se nos echa el tiempo encima para todo. Pero siempre cumplimos los plazos, así que el deadline nos funciona.

Como he mencionado, el grupo lo formáis ocho miembros. ¿Os veis más como una comuna hippie o como un ejército disciplinado?

Sin disciplina y un poco de orden es imposible hacer las cosas con seriedad. Tratamos de organizarnos lo mejor que podemos aunque no nos van a dar el premio el grupo más organizado del año. Así que supongo que estamos a medio camino entre la comuna y el ejército.

El directo parece esencial para entender a Jammin’ Dose. Debo decir que tenéis muy buena reputación: aún no os he podido ver en directo, pero solo oigo cosas buenas de vuestros shows. ¿Qué crees que tienen de especial?

Creo que la gente se divierte cuando viene a vernos. Procuramos que todos bailen y disfruten de la música. El público quiere pasárselo bien cuando va a un concierto y eso es lo que buscamos.

¿Escribís vuestros temas pensando en cómo reaccionará la gente en directo?

En un primer momento no pensamos en eso. Vamos componiendo y cuando el tema está medio montado sí que ya nos planteamos qué arreglos pueden quedar mejor en directo.

En Málaga metéis a 500 o 600 personas cada vez que actuáis, ¿no?

Tenemos la suerte de que hay mucha gente aquí que nos sigue y vienen en tropel cada vez que tocamos. En los tres últimos conciertos que hemos dado en la ciudad hemos tenido entre 500 y 700 personas. Málaga siempre nos da un empujón a la hora de salir fuera y eso es de agradecer.

Desde que salió “Deadline” además de por vuestra tierra si no me equivoco habéis tocado en Madrid, Tarifa y Granada. ¿Cómo fueron esos conciertos?

Pues muy bien. Estamos muy contentos porque en cada uno de ellos hemos tenido más público del esperado.

¿Salís más nerviosos cuando tocáis fuera?

Tocar fuera siempre tiene una dificultad añadida. Es más fácil tocar en casa y en familia, claro, pero la gente suele responder bien y al final del concierto siempre hay cierta complicidad con ese público al que no conoces de nada.

En Granada compartisteis noche con Screaming Headless Torsos, un grupo que imagino será de vuestros favoritos. ¿Qué tal la experiencia?

Fue un verdadero honor tocar con ellos. Los seguimos desde hace mucho tiempo y son un icono para cualquiera que le guste la música alternativa y de calidad. Además vinieron con el percusionista de Snarky Puppy, otro grupo al que admiramos. Fue un placer conocerlos y compartir escenario con semejantes animales.

También tocáis en formato acústico. ¿Os sentís cómodos defendiendo el esqueleto de las canciones en shows más íntimos?

Eso es algo que nos gusta hacer de vez en cuando, en ocasiones especiales, y, la verdad, es divertido. Te sales un poco del tiesto y es curioso oír las canciones tocadas de una manera tan distinta.

Para finalizar con el tema conciertos, os habéis apuntado a la convocatoria de Girando por Salas. ¿Qué significaría para vosotros ser seleccionados?

Pues otro empujoncito para salir a tocar, pero con la comodidad del respaldo que da GPS. No obstante saldremos de gira con o sin su apoyo. No hay que contar con ello, hay muchos inscritos y algunos tremendamente buenos.

Hablando ya del nuevo disco (Spotify), ¿qué diferencias ves entre “Fake Town” y “Deadline”? “Deadline” me resulta más variado y no transcurre a un ritmo tan frenético. Salvo quizá los riffs a lo Rage Against The Machine de “I’m Still Calm” y el rollo Santana de “Needle Hurts”, “Fake Town” va en líneas generales en una onda más funk y bailable que “Deadline”, ¿no?

“Fake Town” es, como dices, más frenético. Se dicen muchas cosas en solo treinta minutos. En “Deadline”, aunque hemos abierto más el abanico estilístico, da la sensación de estar todo mas asentado y compacto. Hay más rock en el álbum y esa es quizás la mayor diferencia, aunque tampoco hemos querido dejar atrás el funk que tantas alegrías nos da.

Las portadas de vuestros dos trabajos se parecen. Una es un cubo y la otra una esfera. ¿Intentáis comunicar algo con ellas?

La verdad, no somos muy de hacernos pajas mentales ni de conceptualizar mucho. Nos gusta ser creativos y más o menos seguir una línea estética. Aunque pueda haber cierto significado detrás de las portadas, nos hemos guiado más por hacer algo atractivo y que le guste al ojo.

Hay al menos un par de temas claramente reggae en “Deadline” (“Remain” y ”My Actions”). En “Fake Town” ya aparece algún toquecito en “Tone of the Black”, pero nada más. ¿Os apetecía profundizar en el estilo?

Nos gusta mucho el reggae. Es un estilo que siempre nos apetece tocar y no vimos ningún inconveniente en meter dos temas en el disco. Pero más que profundizar conscientemente ha salido así, de manera natural nos encontramos dos canciones reggae que valían para el disco.

¿Hay algún artista o banda sin los que Jammin’ Dose no seríais lo mismo? Parece que Jamiroquai forma parte de la columna vertebral de vuestro sonido, ¿no?

Nos encanta Jamiroquai pero también hay otros grupos que han marcado nuestra manera de ver la música. Por nombrar algunos: O´funk´illo, Tool, Steel Pulse, Foo Fighters, Soulive, Dire Straits, Dream Theater, Tower of Power, Rage Against The Machine... Estos y otros muchos son los que escuchamos y nos influyen, aunque en algunos casos no se refleje en nuestra música.

¿Existe un “sonido Jammin’ Dose” o intentáis fagocitar todo lo que sea posible para seguir creciendo?

Parece que empezamos a sonar de una manera. Si escuchas “So High” y “Wrong Pillow”, aun siendo canciones muy distintas tienen una cierta sonoridad que hace que puedas meterlas en el mismo saco. Es algo a lo que hay que prestar atención, pero en ningún caso nos va a impedir hacer algo disparatado, como por ejemplo un tema que se acerca al bluegrass.

Ya que mencionas “Wrong Pillow”, la onda soul de ese tema me ha gustado mucho. ¿De dónde surgió la idea?

“Wrong Pillow” surgió de una cancioncita que hicimos para un vídeo que colgamos en fin de año. Nos gustó, decidimos trabajarla para ver que salía y al final acabó siendo una de las canciones más sorprendentes del disco.

«I guess to be your friend is like a glory hole/You never know, you never know». No sé a quién van dedicadas estas frases de “Glory Hole”, pero ¿habéis sufrido varapalos de gente en la que confiabais en lo que al mundo de la musica se refiere?

Creo que todo el que haya tenido un grupo y haya intentado hacer algo medio serio se habrá topado con ese tipo de situaciones. Son algo normal en cualquier ámbito de la vida. Todos nos encontramos con gente que es como un glory hole, con la que uno nunca sabe bien con quién está tratando.

No sé si “Ruben’s Keyboard” se basa en una anécdota real. ¿Puedes contarnos algo sobre ella?

Sí, la letra de “Ruben’s Keyboard” se basa en hechos completamente reales. Rubén era nuestro antiguo batería y la letra va sobre un teclado que tenía. Ese teclado se lo quedó otra persona y él movió cielo y tierra para recuperarlo. La cosa llegó incluso a juicio, pero Rubén no pudo asistir porque se había ido de vacaciones. Siempre nos hizo gracia el asunto y cuando viene a los conciertos le dedicamos esa canción.

En las letras de temas como la misma “Ruben’s Keyboard”, “Glory Hole” o “The Hater” veo algo de mala hostia. ¿De dónde sale esa ira? ¿Qué cosas os ponen de mala leche?

Que nos toquen las pelotas. No somos de ir por ahí dando cabezazos, y hacer canciones es una buena vía de escape para desahogarse. Es la ira normal que tiene cualquiera que se siente engañado, traicionado, toreado...

De la letra de “Fuck” no entiendo nada. Es más, el estribillo casi me parece una broma o un juego de palabras…

No te preocupes si no entiendes nada, es normal. Mismamente yo, que soy el autor, tardé bastante tiempo en encontrarle sentido. Y sí, el estribillo es un juego de palabras con la única intención de llenarse la boca diciendo fuerte y claro: ¡FUCK!

“The Hater”, el primer single, es la más rockera del álbum (y me recuerda algo a los Foo Fighters). “I’m Still Calm” fue el primer single de “Fake Town”. Os gustan los singles rockeros, ¿no?

Nos gustan, sí señor. En “Deadline” además hemos tenido la suerte de que “The Hater” tiene un poco de todo: el rock (que está muy presente en el disco), un poco de funk, estrofas tranquilas y con guitarras limpias...

«I testify that you won’t know/where all the stupid people come from/There is not enough room for many more», dice la letra de “The Hater”. Pero yo creo que sí hay sitio para muchos más estúpidos: internet. ¿Qué pensáis del uso que se le da a las redes sociales?

Tienen su lado bueno y su lado malo. Para artistas, empresas y demás son una herramienta genial para tener un feedback instantáneo con el público. Después está ese uso inútil del tipo: “hoy voy a correr por la tarde y luego me comeré un bocadillo de calamares”. Por otro lado, las redes sociales favorecen la desinformación y la propagación de bulos. Hay gente que en vez de leerse un periódico digital se informa a través de Facebook, lo cual no es muy buena idea.

“Outro (Where We Used To Go)” es un gran cierre con aroma folk norteamericano. En la letra puedo apreciar cierta nostalgia. ¿De qué exactamente?

Nostalgia de cualquier lugar o situación pasada que queda lejana en la mente. También hay que decir que esta canción fue compuesta de madrugada en la penumbra de un sótano. El ambiente en que se compone influye en el resultado final.

Para terminar, la foto que estáis usando para la promo la hizo mi buen amigo Víctor Hernández en Candilejas, una famosa tienda de discos de Málaga, y que, además, es de las pocas que resiste en la actualidad en esta ciudad. Supongo que se tomó tras la noticia de que la tienda se veía obligada a cerrar tras finalizar la renta antigua y no poder hacer frente al alquiler. ¿Es vuestro particular homenaje a Candilejas y al formato físico?

Victor Hernández siempre nos echa una mano para las fotos y por eso lo tenemos en un altar. Por ahora Candilejas no cierra, y si cierra siempre nos quedará esa foto. Nos pareció un buen escenario para hacer una sesión y aprovechamos para acercarnos un poco a tan histórico emplazamiento, porque siempre es triste que algo así se acabe.

www.jammindose.com
www.twitter.com/jammindose
www.facebook.com/jammindoseband

Fotos: VicFotoPro (www.facebook.com/VicFotoPro)
  


COMENTARIOS



Debes estar registrado para poder publicar un comentario


Entra en tu cuenta o regístrate


DISCOGRAFÍA