Little Lucid Moments
ZONA-ZERO
80
Motorpsycho

Little Lucid Moments

Publicación:
Junio 2008
Sello:
Stickman / Junk Records
Productor:
Helge Sten, Bent Sæther
Género:
pop-rock

Tracklist

  • 01. Suite: Little Lucid Moments
  • 02. Year Zero (A Damage Report)
  • 03. She Left On The Sun Ship
  • 04. The Alchemyst

Miembros

  • Hans Magnus

Análisis

por el 08 Jun 2008
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Motorpsycho es una banda de Trondheim (Noruega) que lleva en activo desde finales de la década de los ochenta, siendo “Little Lucid Moments” su decimocuarto larga duración, amén de numerosos eps, compartidos (uno de ellos con el mítico Alice Cooper), singles y discos en directo. El grupo ha sufrido a lo largo de su historia múltiples entradas y salidas en su seno hasta quedar formado únicamente por Bent Sæther al bajo y la voz y Hans Magnus "Snah" Ryan a la guitarra y la voz, acompañándose del recién incorporado Kenneth Kapstad ( ex Monolithic, Dadafon y Gate) a la batería.

A veces cuesta encuadrar estilísticamente a un grupo, especialmente habiendo tantos géneros y sub-géneros implicados, sobre todo cuando se trata de una banda como Motorpsycho, que bebe de tantas fuentes. Sin perder el peculiar hilo conductor que caracteriza a su música, a lo largo de su dilatada y prolífica carrera el cambiante combo escandinavo, si bien con unos sólidos cimientos rock, ha ido jugando con numerosas y diversas sonoridades, estadios y patrones de composición impregnados de psicodelia, indie, pop, folk, grunge, stoner, jazz, post rock, progresivo etc. Si su anterior largo, “Black Hole / Black Canvas” (2006), se centraba más en la vertiente hard-rock de la banda, que se imponía sobre la parte más pop y los largos desarrollos instrumentales, “Little Lucid Moments” supone una arriesgada apuesta a la hora de fusionar partes directas con pasajes más melódicos y estructuras que en ocasiones parecen semi-improvisadas sin presencia vocal, siendo en este nuevo disco donde la mezcla y la compenetración de géneros se hace más palpable.

Para comenzar su nueva obra, cuya duración roza la hora y eso que contiene tan sólo cuatro temas, los noruegos han elegido el homónimo “Suite: Little Lucid Moments”, tema que consta de varias partes bien diferenciadas y que se inicia con una serie de melodías y riffs de guitarra que pueden traernos a la cabeza a bandas como Smashing Pumpkins, sobre todo por las armonías vocales. Posteriormente, el corte se transforma con un sonido rockero en la onda de los Foo Fighters más guitarreros, para inmiscuirse, más adelante, en parámetros más progresivos y psicodélicos, terminando con una parte muy melódica. La segunda pieza del disco, “Year Zero (A Damage Report)”, que es la más corta del disco y en su mayor parte posee carácter instrumental, tiene un inicio propio del post-rock para adentrarse posteriormente en terrenos progresivos, con ecos a bandas como Porcupine Tree. La tercera canción, “She Left On The Sun Ship”, es la más enérgica y directa de todo el trabajo, pero quizás le sobra minutaje, ya que reincide una y otra vez en el mismo tipo de desarrollo. Por último, “The Alchemyst” nos enseña el lado más pop de la banda, si bien a partir de la mitad del tema el trío vuelve a jugar de nuevo con las distorsiones y los cambios de intensidad, recordando a bandas como Mogwai.

Little Lucid Moments” es, sin duda, un gran disco y está plagado buenas ideas y detalles, pero su concepción, los excesivamente largos desvaríos sin partes vocales y la aparente falta de definición hacen que sus primeras escuchas se tornen complicadas y, en ocasiones, hasta puede que resulte indiferente lo que está sonando en determinados momentos en los que la banda noruega se pierde en una maraña de experimentación y desarrollos instrumentales. Es un disco que requiere tiempo y paciencia, por lo que si alguien se introduce por primera vez en la música de la banda, es recomendable acercarse primero a obras muchos más accesibles como “Let Them Eat Cake” (2000), “Phanerothyme” (2001) o “Black Hole / Black Canvas” (2006). Pero es una obra que, si se le dedica la paciencia necesaria, puede hacernos descubrir muchos pequeños momentos lúcidos.


Lo Mejor: El riesgo asumido y la capacidad de conjugar tantos sonidos distintos en cuatro temas.

Lo Peor: En ocasiones el disco se hace demasiado disperso, si hubieran concretado más podrían haber conseguido un disco redondo.
 


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