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 Ottobrenero

ENTREVISTA

Entre el cielo y el suelo por César Aguilar
24 de Marzo de 2021 1566 lecturas
En un mundo tan encorsetado y compartimentalizado como puede ser el de la música, no es habitual encontrarse con una banda como el trío italiano Ottobrenero. Tras “Mercurio”, su magnífico debut de 2016, regresaron el año pasado con “Venerea” e “Idi”, dos EPs enfrentados (en parte) en los que, entregados a la búsqueda de nuevos caminos, continúan mezclando géneros a priori excluyentes (prog, gótico, rock alternativo, post-punk, doom, black metal o canción italiana) con resultados sorprendentes y emocionantes. Walter Lamorte (voz, bajo), Virgilio Tagliaferri (guitarra) y Daniele Caldara (batería) nos cuentan en esta entrevista cómo abordan la difícil misión de buscar un sonido propio desde la más pura autogestión.

Descubrí “Mercurio” en una página rusa de descargas e inmediatamente me atrajo la portada y la descripción del disco. Ni que decir tiene que fue una sorpresa mayúscula: se convirtió en uno de mis favoritos de 2016 y sin duda fue el álbum que más escuché ese año. ¿Cómo y cuándo nace el proyecto Ottobrenero?

WALTER: En 2015, tras una breve actividad en la sala de ensayo tocando covers, Virgilio nos presentó algunas versiones embrionarias de lo que serían las piezas de “Mercurio”. Decidimos entonces transformar nuestra visión común de la música en un objetivo concreto, estableciendo desde el principio el uso de nuestra lengua materna, que, a nuestro juicio es un valor añadido expresivamente y un signo identificativo muy preciso, así como un vínculo con los conjuntos de prog-rock italiano de los 70, al que nos referimos en parte (sin ir más lejos, Ottobrenero procede del título de uno de los temas de “Arbeit macht frei” de Area, reputada banda prog transalpina –ndr).

Me gustó tanto vuestro primer disco que cuando anunciasteis su edición en CD me puse en contacto con vosotros para encargar una copia e interesarme por el grupo. Entonces, Virgilio me dijo que el álbum se creó por las noches, después del trabajo, mientras su hijo dormía, en la oscuridad, evitando hacer ruido. Imagino que grabáis vuestros discos en casa, sin muchos recursos. ¿Qué equipo utilizáis?

VIRGILIO: Cuando el grupo aún no tenía nombre, nuestro estudio consistía en lo mínimo: un ordenador, una tarjeta de sonido mal usada y una copia muy antigua de Cubase 5. Sin saber si el proyecto duraría y cuánto duraría, decidimos hacer todo gradualmente. Hoy, casi seis años después, tengo un estudio más grande que estoy insonorizando, finalmente tenemos altavoces de monitor para mezclar, una interfaz de audio Focusrite, auriculares aislantes Sennheiser, Cubase 11.5 con complementos de todo tipo, micrófonos RØDE, conectores artesanales chapados en oro, una guitarra LTD Viper, un bajo Yamaha, una guitarra acústica Fender y el buque insignia de toda la instrumentación: una ESP Horizon japonés del '91. 2015 parece a años luz de distancia y creo que estas importantes inversiones han dado como resultado una notable mejora en nuestro sonido.

¿Cómo se desarrolla el proceso creativo y las grabaciones de vuestros álbumes? ¿Os resulta cómodo trabajar en la distancia?

DANIELE: Trabajar de forma remota es la única realidad para nosotros, por lo que no notaríamos la diferencia entre eso y tocar juntos en una habitación. La forma en que trabajamos es muy sencilla de explicar, pero resulta mucho menos lineal en la práctica. Virgilio es muy prolífico y en sus noches de insomnio produce muchas canciones. Casi siempre las que nos presenta nos gustan o, como poco, de ellas sacamos ideas interesantes en las que trabajar para crear otras, que, más adelante, se refinan en términos de estructura e ideas. Una vez tenemos claro que ha surgido una canción válida, la pelota me pasa a mí, que me ocupo de buscar una línea melódica vocal y escribir el texto, dos actividades que van de la mano. En este punto Walter prueba la línea melódica, para comprobar si aguanta y puede interpretarla, creando doblajes y contrapuntos. Mientras todo esto sucede, Virgilio graba, mezcla y produce los instrumentos. Tener un solo compositor hace que las piezas sean más homogéneas, incluso cuando son estilísticamente heterogéneas entre sí. Por eso el Ottobrenero logra pasar de un género a otro sin dejar de ser reconocible, o al menos eso es lo que esperamos.

Como has comentado, en el grupo tenéis papeles muy definidos: Walter se encarga de la voz y el bajo, Virgilio, aparte de guitarrista, es el compositor de la música, y Daniele, al estilo del difunto Neil Peart, el batería y letrista. ¿Estáis totalmente cómodos en vuestros papeles?

DANIELE: Los roles que jugamos son los mismos desde el principio, y hasta ahora la fórmula ha sido un éxito para nosotros. Dicho esto, no existe una regla escrita que impida que uno u otro entre en el campo del resto. Personalmente, creo que no sería ni remotamente capaz de hacer lo que hace Virgilio, y tampoco podría cantar... Por mi parte, soy bastante vago, así que ¡delegar cualquier responsabilidad sería una bendición! (risas).

A cuatro años vista de su edición, ¿estáis contentos con la repercusión que tuvo “Mercurio”? Yo creo que, a pesar de sus muchísimas virtudes, pasó injustamente desapercibido… 

DANIELE: Debo decir la verdad: yo también creo que pasó casi desapercibido, pero estoy muy contento con la respuesta de quienes estuvieron un tiempo escuchando el disco y decidieron escribir una reseña. Han sido pocos, pero muy buenos con nosotros. Los tres somos muy conscientes de que nuestra propuesta ha llegado a algunos oídos. También sabemos que hoy, si quieres destacar entre una miríada de bandas, necesitas al menos dedicar tanto esfuerzo a las relaciones públicas y al marketing como a la música. Dado que este proyecto nació casi exclusivamente del deseo de hacer la música que queríamos escuchar, nunca quisimos realmente invertir en esa dirección. No es seguro, sin embargo, que no lo hagamos ahora que entendemos que tenemos una propuesta musical válida.

Después de un tiempo sin saber de vosotros, “Venerea” se editó en febrero del año pasado. Entonces lo anunciáis como el primero de dos EPs gemelos. ¿Cómo se os ocurre la idea?

DANIELE: El período fue tan largo porque tuvimos que rehacer todo casi desde el principio después de perder la mayoría de las grabaciones de las canciones que eventualmente terminarían en lo que se suponía que sería nuestro segundo álbum. La idea de sacar dos EPs gemelos nació de una reflexión sobre el material que habíamos grabado, que en parte ya había sufrido un cambio de estilo, y también de la necesidad de volver de inmediato con nuevas canciones. Al escuchar las canciones de nuevo, nos dimos cuenta de que podían lanzarse en dos EP, cada uno con su impronta estilística marcada pero complementaria. Uno, dedicado a Venus, con piezas menos agresivas, más emotivas y góticas, que trata temas muy actuales y controvertidos; el otro dedicado a Marte, con canciones más agresivas y desagradables, tanto en la música como en la letra. En cada EP hemos asignado símbolos que aparentemente están en contraste (en el sentido común, corazón y cerebro son polos opuestos), pero que no lo están en absoluto, al igual que los estilos de los dos EP son ambos representativos del alma de Ottobrenero.

Sin duda, vuestra personalidad se refleja en el disco, pero como has apuntado en “Venerea” hay un giro hacia sonoridades menos metálicas en casi todos los temas, solos de guitarra, un aire más progresivo e incluso un halo de misterio en temas como “Occhi Stanchi”, “Strade Buie” o “Alpha Centauri”. ¿Qué aspectos de vuestra música queríais explorar en este EP?

DANIELE: Que “Venerea” tuviera un estilo menos agresivo y oscuro fue una elección muy clara. Queríamos canciones más simples, directas y accesibles al público. Nuestros gustos son muy variados, así que en este EP está esa parte más oscura y más gótica, más cercana al rock de los noventa, vertida en canciones intencionadamente más seductoras, emocionales y oscuras. El mismo razonamiento se hizo para “Idi”, pero girando musicalmente hacia la parte más áspera y agresiva de nuestra alma musical. Y este trabajo estilístico también se hizo para los textos y para los temas tratados, yendo así en la misma dirección en la que va el estilo musical.

¿Tuvisteis algunas bandas en mente como modelo mientras componíais “Venerea” u os gusta trabajar sin limitaciones?

DANIELE: Diría que los faros que nos han guiado en la noche han sido Depeche Mode y The Smashing Pumpkins, pero también el pop y el rock progresivo italiano de los 70. Nuestras raíces musicales italianas están muy presentes y haber adoptado textos en italiano es un sentido homenaje a los muchos artistas de nuestra tierra que necesitarían escucharse una y otra vez, como Matia Bazar, Mango y Franco Battiato.

Creo que las canciones están mejor cerradas que las de “Mercurio”, me parecen más redondas y concisas. Los cambios de género, aún estando ahí, son más sutiles. Incluso os habéis atrevido a sonar más sentimentales en “Alpha Centauri”, que tiene ese toque de la canción de autor italiana y la voz limpia de Walter, que transmite muchísimo. Habladnos un poco de esa canción, una de mis favoritas.

DANIELE: Me alegro de que las canciones te parezcan más centradas. “Alpha Centauri” vino de Virgilio como una provocación. De hecho, es una pieza que estilísticamente dista mucho de lo que hicimos en “Mercurio”, pero Walter y yo la amamos de inmediato. En ese momento, trabajando en el texto y en la línea melódica de las voces, me di cuenta de que era una oportunidad para crear una pieza muy sentimental y muy melancólica, todo cantado limpiamente. La canción me recordó quizás a una sensación de pérdida después de experimentar una gran felicidad. Como ya sabes, a Ottobrenero nos encanta la ciencia ficción y su imaginería clásica, y nuestras letras hablan de la vida cotidiana y la sociedad a través del lente de la ciencia ficción, que nos hace ver las cosas de lejos para ganar el desapego necesario para comprenderlas mejor. La pieza utiliza la imagen del agujero negro que lo absorbe todo como metáfora del duelo. Después de un duelo, el espacio que nos rodea se redefine alrededor de ese vacío. Un abismo que se lo lleva todo, sobre todo la esperanza de un futuro feliz, que por tanto se vuelve lejano e inalcanzable como una estrella. En el juego de escribir texto, siempre nos gusta citar obras literarias o cinematográficas. ¿Y qué película de ciencia ficción se adapta más a este texto?

Pues, aunque la letra sea un poco abstracta, me viene a la mente “Interstellar” de Christopher Nolan: alguien que añora a una persona ausente, tal vez que se fue de viaje espacial…

DANIELE: ¡Y yo que pensaba que este era el texto más literal de todos! (risas). Bromas aparte, has captado la referencia cinematográfica, escondida sin embargo en la historia de una persona que pierde a la persona más importante que tenía en el mundo y que desde entonces ha gravitado alrededor de un agujero negro, que redefine todo a su alrededor. El tema del amor como fuerza elemental, de la dificultad de la separación, del tiempo y el espacio redefiniéndose en torno a un vacío son comunes a la película y a la historia que contamos en “Alpha Centauri”.

Las letras son muy sugerentes, pero no estoy seguro de entenderlas del todo (la más clara me parece “A dicembre”): solo capto un fondo triste, nostálgico, espacial y metafísico. ¿Hay algún tema lírico concreto en “Venerea”?

DANIELE: Me alegra que “A Dicembre” te haya parecido clara, porque te aseguro que escribirla en el tempo adoptado por Virgilio para el verso fue una auténtica pesadilla. El estribillo para mí es navideño, pero no pude evitar contar la otra cara de la moneda: personas olvidadas, solitarias, sin hogar, que lo siguen siendo incluso en ese período mientras los hipócritas se reúnen en lugares de culto para profesar valores que nunca pusieron en práctica, y menos en diciembre. Todas las canciones tienen los componentes emocionales y cualidades que has enumerado: como te dije, el concepto que hay detrás del Ottobrenero es querer contar lo cotidiano a través de la historia de ciencia ficción, que ejemplifica y aclara los conceptos. Realmente no hay un tema lírico o un concepto detrás de “Venerea”, sino la misma imaginación y la decisión de hablar de temas muy actuales, desde el derecho a disponer del propio fin de la vida, a la falta de solidaridad, a la polarización de la sociedad, hasta el hedonismo, la hipocresía extrema y desenfrenada en las redes sociales, hasta la angustia psicológica, la pérdida y la búsqueda de la propia identidad que siguen. En “Venerea” hablamos de todas aquellas enfermedades de nuestra sociedad que vienen por contagio de ideas venenosas y seductoras. Son enfermedades que apuntan a nuestros instintos más bajos y por su culpa perdemos por completo la cabeza.

Cambiando a “Idi”, que salió el pasado noviembre, cumple lo que promete el texto introductorio: es el gemelo malvado de “Venerea”. ¿Era vuestra intención hacer un álbum político o simplemente describir la deriva del mundo actual desde una cierta distancia?

DANIELE: Hicimos ambos. La decisión fue precisamente hacer un disco de orientación política, siempre usando la estratagema de contar cosas sobre mundos lejanos, pero para contar hechos que suceden detrás de nuestra casa. El mundo, ahora mismo, está en manos del enemigo y le hemos contado su versión de los hechos, lo que hace aún más evidente lo equivocado que está. Hablamos, pues, de plantas habitadas por personas guiadas exclusivamente por bajos instintos y necesidades primarias, que justifican incluso las acciones más atroces para llegar al final. O de mundos en los que la gente ha dejado de hablar para dedicarse únicamente a la lucha, encerrándose en una burbuja llena de gente de ideas afines. O incluso de mundos claramente fascistas convencidos de que viven en democracia. Se puede ver claramente en todos los pasajes, excepto en “Prometea”, que es una oración de un pueblo oprimido que invoca la venganza a través del ingenio, el arte y la libertad intelectual.

Hoy en día hay guerras que tienen lugar en las redes sociales. ¿Qué pensáis de la utilización que se les da y de la permisividad con que se usan?

DANIELE: Lo que creemos lo hemos dicho muy claro en “Macerie”. Lo que queda de una sociedad polarizada en torno a ideas inquebrantables son escombros.

Dedicáis el disco al “enemigo” y decís que habéis tratado de darle voz. ¿Se puede aprender algo de ese “enemigo” al que aludís?

DANIELE: Como te dije antes, “Idi” quiere contarte sobre la visión del enemigo de la sociedad para dejar en claro lo equivocada que está. En italiano decimos “te quema” cuando algo te molesta. También se dice en inglés. Aquí, queríamos despertar cierta molestia en el oyente, y un movimiento de repugnancia pensando en las estrategias del Enemigo. El Enemigo es el que estimula el odio hacia el diferente, que se convierte en chivo expiatorio, es el que simplifica cuestiones complejas y manipula tu opinión. El Enemigo es el que no cree en la comparación, reduce los hechos a opiniones y polariza la opinión pública. El Enemigo es el que miente al público de forma lúcida y calculada. “Idi” quiere cabrearte con quién hace todo esto.

Ya hemos dicho que “Idi” es un EP más duro y seco. Algunos riffs y la voz de Walter tienen esa solemnidad propia del doom, pero usáis las dinámicas y el ritmo para enriquecer las canciones y darles un aire distinto. Una de las cosas que más me fascina de Ottobrenero es cómo sois capaces de sacar los géneros de su contexto original para crear algo diferente. ¿Es eso, tal vez, lo que mejor os define?

WALTER: Puede ser. En definitiva, somos voraces oyentes de la música en sus formas y géneros más dispares: mientras una pieza toma forma intentamos no limitarnos e insertamos ideas derivadas de nuestras múltiples influencias, manteniendo una cierta coherencia que, creemos, es lo que la hace Ottobrenero.

El diseño gráfico del grupo me parece muy atractivo. De hecho, la portada de “Mercurio” fue uno de los motivos que me empujó a escucharlo y la de estos dos EPs es igualmente sugerente. ¿Quién se encarga del arte gráfico de Ottobrenero?

VIRGILIO: Entre las mil ambiciones que he tenido en mi vida también está la de diseñador gráfico. Me divierto mucho con la fotografía y la ilustración digital y probablemente el diseño del librito de “Mercurio” fue una de las fases más divertidas de la historia.

Las portadas de los EPs tienen una especie de simetría: fondo blanco y el cerebro en “Venerea” y fondo negro y el corazón en “Idi”. Explicadnos qué queréis expresar exactamente con esas imágenes…

DANIELE: Queríamos utilizar imágenes, conceptos y referencias conocidas vinculadas a Marte y Venus como las dicotomías Hombre y Mujer, Racionalidad y Emoción, Guerra y Amor, mezclándolos. En “Venerea” terminan las ideas seductoras y venenosas para la mente, se difunden de manera lúcida y al final oscurecen el corazón. En “Idi” hablamos de mundos que terminan en guerra porque han abandonado la racionalidad y prestan atención solo a los sentimientos más siniestros.

De momento, “Venerea” e “Idi” solo se pueden escuchar en plataformas digitales. “Mercurio” se editó en CD de modo independiente (y yo soy el orgulloso poseedor de una copia). ¿Hay planes de sacar los EPs en formato físico?

VIRGILIO: Como dije, el diseño gráfico para medios físicos me parece mucho más fascinante e inspirador. Mi primer trabajo fue como asistente en una imprenta y me encanta imprimir, las tintas, tocar el resultado de mi trabajo. Por lo tanto, estaría encantado de producir copias físicas de todos nuestros trabajos. Sin embargo, la experiencia de “Mercurio” nos ha enseñado que la demanda de ese tipo de formato es muy baja y sin una gran cantidad de seguidores, la inversión es arriesgada.

Imagino que el coronavirus no os habrá afectado en lo musical. Sois un grupo atípico: no ensayáis, no dais conciertos ni tenéis planes de darlos...

VIRGILIO: Quizás estemos entre los grupos menos afectados por estos enormes cambios. De hecho, yo vivo fuera de Milán desde hace un año y medio, lejos de Walter y Daniele. Nuestros contactos son constantes, pero para nosotros la distancia física ya era la norma. Por el momento, no hemos hablado de tomar otros caminos. Pensamos que todavía hay demasiadas incógnitas y lamentablemente nuestros diferentes estilos y ritmos de vida no son muy compatibles con la idea clásica de grupo musical.

Voy terminando. Sé que es pronto, pero todavía os quedan por explorar muchos planetas del Sistema Solar. ¿Está Virgilio dándole vueltas a nuevas ideas para otra grabación? ¿Seguiréis creciendo e introduciendo influencias nuevas?

VIRGILIO: Podríamos decir que mi deseo de escribir música es casi patológico. Las razones pueden venir a la mente en cualquier momento. Si no tengo una guitarra a mano, simplemente las tarareo y las grabo por teléfono para poder transcribirlas lo antes posible. Otras veces tomo notas más teóricas, como cuando se me ocurrió buscar un riff que, sin cambios, fuera bueno tanto en mayor como en menor: así nació el estribillo de “Strade Buie”, una oscilación de registros cuya constante es el fraseo de la guitarra solista que con las mismas notas devuelve atmósferas muy diferentes. Dicho esto, sí, de momento tengo muchas canciones nuevas en mis manos y estoy en la fase larga en la que quiero cincelar toda la materia prima. Ciertamente incluiremos muchos ingredientes nuevos también porque la idea básica es ser más atrevidos y jugar a que todo sea consistente. La belleza del proyecto Ottobrenero reside precisamente en que no hay pretensiones de márketing y es más un laboratorio. O, para decirlo de forma más lúdica, uno de esos areneros de los parques infantiles. Tenemos absoluta libertad: si nos gusta, todo está permitido.

Y la última, una curiosidad. ¿De dónde salió esa pieza de piano con la que concluye “Mercurio”? Me parece un final inesperado, excelente.

VIRGILIO: El final del disco es lo que algunos llamarían un easter egg, un secreto que planté allí casi por diversión. Comienza con progresiones de acordes que recogen las partes de guitarra, mientras que los últimos dos minutos son en realidad mi reinterpretación de “Firth of Fifth” de Genesis. Es muy lenta y está completamente transpuesta a diferentes escalas, a veces pensé en descartar la idea porque el trabajo resultó ser bastante complejo dada la estructura del original, que es de todo menos lineal. Hasta ahora, solo una persona ha notado la cita, ¡así que creo que la he escondido demasiado bien!


Tienes más información de Ottobrenero en:
https://ottobrenero.bandcamp.com/
https://www.facebook.com/ottobrenero/
https://www.instagram.com/ottobrenero/
  


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