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 Rammstein

CRÓNICA

Rammstein
Rammstein
10 de Noviembre de 2009 por Rubén González Palacio de los Deportes, Madrid 3532 lecturas

Crónica: Rubén González
Fotos: Roque Manso

La verdad es que uno no sabe que esperarse cuando va a un concierto de Rammstein, más allá de saber con total seguridad de que pase lo que pase el espectáculo va a estar asegurado. Y con esta incertidumbre y expectación fue con la que nos presentamos la gran mayoría de los asistentes en el Palacio de los Deportes de Madrid para presenciar el concierto del sexteto alemán tras cinco años exactos desde su última visita a Madrid y veinte después de la caída del muro de Berlín.

Así que, sin todavía tiempo de dar gracias por haber superado rápidamente la vorágine de seguidores que se agolpaban a la entrada del recinto (en torno a 15000 personas), se presentarían encima del escenario los noruegos Combichrist, teloneros de la gira, bajo una propuesta musical mucho más electrónica y radical que Rammstein, cercana al EBM, y con unas pintas propias de unos zombis cibernéticos, que no dejaría indiferente a ninguno de los asistentes a pesar de que para muchos fuera su primera toma de contacto. Especialmente llamaría la atención la sencilla pero efectiva puesta en escena del grupo, consistente en tres pedestales repartidos simétricamente entre la totalidad del inmenso escenario, y que a su vez se presentaban alineados e iluminados cada uno por un potente foco, en donde se colocarían los tres músicos que acompañaban ese día a su carismático y verdadero alma mater: su frontman y compositor Andy LaPlegua, que no paro de moverse y animar en todo momento. Siete fueron los cortes que comprenderían su concierto, entre los que se incluirían temas como “Sent To Destroy”, “All Pain Is Gone” o “This Shit Will Fuck You Up”, con los que se encargarían de aprovechar la inmejorable oportunidad para mostrar a modo de resumen lo mejor de su discografía, y en especial su último disco “Today We Are All Demons”. A destacar, además, la contundencia con la que el percusionista Trevor Friedrich, de Eighteen Visions, secundaba la labor de su batería Joe Letz o los sintetizadores propios de una rave que se sacaba de encima su teclista Z Marr, que hizo bailar hasta al más escéptico y que seguro les hicieron ganar más de un nuevo seguidor.

Pero para que nos vamos a engañar, si estábamos allí era por ver a los teutones Rammstein y para darnos cuenta de ello, sólo necesitamos ver como, al empezar su show con una puntualidad británica, sus dos guitarristas Richard Z. Kruspe y Paul Landers irrumpirían en el escenario usando unas hachas, cada uno por su lado del escenario, del mismo modo que su líder, el vocalista Till Lindemann, usaría un soplete. Con tal sorpresa empezarían los primeros acordes del primer tema de la noche, de nombre “Rammlied”, y que también abre su último disco “Liebe Ist Für Alle Da”, en donde Til contó con una especie de luz a modo de linterna dentro de su boca que llamaba incluso más la atención que la bufanda roja de plumas que llevaba en aquel momento y que afortunadamente no tardaría en quitarse.

A todo esto hay que añadir que no empezarían finos en cuanto a temas de sonido, sobre todo en cuestión de guitarras, algo que se repetiría en varias ocasiones a lo largo del concierto, descompasándose incluso en algunas ocasiones ("Links 2,3,4" fue irreconocible por unos instantes). Sin embargo, tampoco tardaríamos mucho en perdonarles cada uno de sus pequeños errores u otro de sus puntos flacos como es la comunicación con el público (la barrera del idioma es más que evidente) gracias a la grandilocuencia de su espectáculo, representado en esta ocasión en una especie de laboratorio propio de las películas del doctor Frankenstein, que fue mutando durante el transcurso de la velada, y que se centraba una vez más en la manipulación del fuego. Así veríamos como éste sería utilizado bien a modo de lanzallamas (gracias a las mascaras que suelen usar para tal menester en el tema “Feuer Frei!”), bien en forma de chispas (en “Ich Tu Dir Wer”, cuando Til fue subido varios metros en una plataforma para dejar caer chispas sobre su compañero Flake Lorenz tumbado “debajo” sobre un ataúd) o simplemente para enriquecer la ya de por sí compleja puesta en escena mediante fuegos artificiales o explosiones.

Como momentos míticos quedaran también para el recuerdo cuando Rammstein tocarían su hit más conocido “Du Hast”, con un público enloquecido y un juego de luces alucinante (en mi caso eran ya más de diez años queriéndola ver en directo y no me defraudó en absoluto), o su polémico nuevo single “Pussy”, que a muchos nos haría sacar una sonrisa cuando Til se subió encima de una especie de cañón que recorrería las primeras filas expulsando espuma a su vez que desde el techo caía confeti. Momentos todos estos que se irían intercalando entre muchas otras anécdotas y nada más y nada menos que nueve temas de su último disco entre los que destacarían la por momentos intimista “Frühling in Paris” o la bien recibida “Waidmanns Heil”. Ya como colofón, los bises terminarían con “Seemann”, con su teclista Flake Lorenz cabalgando dentro de una barca hinchable encima de las cabezas de las primeras filas y su ya clásico “Engel” que nos dejaría respirar por fin entre tanta emoción descontrolada. En definitiva, como concierto de música, la velada pudo mejorar en algunos aspectos pero como espectáculo prácticamente fue insuperable, y con esto al fin y al cabo es con lo que nos vamos a quedar la mayoría de los asistentes.

SETLIST
01. Rammlied
02. B********
03. Waidmanns Heil
04. Keine Lust
05. Feuer frei!
06. Weisses Fleisch
07. Wiener Blut
08. Frühling in Paris
09. Ich tu dir weh
10. Liebe ist für alle da
11. Links 2-3-4
12. Du hast
13. Pussy
14. Benzin
15. Sonne
16. Ich will
17. Haifisch
(Descanso)
18. Seemann
19. Engel

COMENTARIOS

1 Comentarios

  • #1
    USER_AVATARel 27 de Noviembre de 2009
    krater


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