alternative rock / alternative metal
 Sôber

CRÓNICA

Sôber
Sôber, Ciclonautas
24 de Julio de 2021 por Jorge Azcona Pabellón Buesa Arena (Vitoria-Gasteiz) 1817 lecturas

Como esperando a que las aguas por fin vuelvan a su cauce y, al igual que tantas otras bandas con nuevo disco bajo el brazo, Sôber se han embarcado en una mini-gira veraniega con la que ir presentando "E-L-E-G-I-A" hasta que la normalidad permita hacerlo en mejores condiciones. Las restricciones acabarán, pero de momento queda combatirlas con lo único que nos queda, la cultura segura.

Tan solo un par de meses después de pisar Vitoria en formato sala, la conexión navarro/argentina que responde al nombre de Ciclonautas llegaba al pabellón del Buesa Arena para acompañar a uno de los estandartes de su propio sello discográfico, "El Dromedario Records", e intentar caldear el ambiente dentro de lo complicado que supone hacerlo con todos los protocolos actuales. Tras la habitual toma de temperatura, geles hidroalcohólicos y una puntualidad tan exquisita que desafió a más de uno, comenzaba a sonar "El Sol", corte inicial y uno de los más representativos de su último trabajo. El trío, formado por Alén Ayerdi (Marea), "Mai" Medina y Javier "Txo" Pintor (La Venganza de la Abuela entre muchos otros proyectos), lleva curtiendo esta peculiar mezcla de stoner, rock urbano y dejes latinos desde 2014, pero es ahora, con su tercer "Camping del Hastío", cuando más ha conseguido calar entre el público. De él nació el grueso de su repertorio, desde "Abrazado a un misil", la rockera "El ombligo o "Bombo Sicario", hasta un "Dele al play" que consiguió animar al personal no solo a petición de la propia banda, sino por su animado brío. Tampoco faltaron algunos de sus clásicos anteriores como "Bienvenidos los muertos" o "Qué tal?, utilizados para despedir una humilde y más que correcta actuación.

Llevaba 10 años sin ver a Sôber en directo, y debo reconocer que en todo este tiempo mi relación con ellos fue difuminándose hasta el punto de escuchar los discos de su última etapa casi de pasada, perderles la pista y aplicar, en definitiva, aquél famoso dicho del "no eres tú, soy yo". Quizá por este mismo motivo ha sido interesante recuperar toda su discografía estas últimas semanas y, de paso, redescubrir algunas buenas canciones de todos esos álbumes olvidados. Seguramente no conecte con todas sus facetas como antaño, pero volver a recordar aquellos buenos momentos y sumar nuevas causas por el camino es algo totalmente recomendable y placentero en estos tiempos tan extraños.

Precisamente fueron esos "Diez años" los encargados de abrir su actuación, un inicio sorprendente tanto por escuchar una de sus canciones más emblemáticas de entrada como por la improvisación de Carlos Escobedo al bajo en mitad de ella. Pese a venir presentando "E-L-E-G-I-A", su nuevo trabajo editado hace escasas semanas, la banda ha optado por bucear a través de toda su discografía (excepto "Torcidos") y ofrecer un repertorio más festivalero, quizá con la idea de darle el protagonismo que se merece cuando la situación permita una gira más amplia. Gracias a ello pudimos disfrutar de temas no tan sobados como "Blancanieve" o "La araña", perteneciente a un disco tan querido por el público como "Superbia" en palabras de la propia banda, clasicazos a lo "Eternidad" u "Oxígeno", con el que recordar la vena más potente y oscura del cuarteto.

Solo tras ellos cayó el primero de los dos temas nuevos presentados hoy. Se trata de "Verona", una canción que, añadiendo algo de épica y brillo a la fórmula habitual ha conseguido calar muy bien entre el público. Somos muchos los que crecimos de la mano de discos como "Morfología" (1999) o "Synthesis" (2001) y aún seguimos teniéndolos en un altar. Nuestro momento llegaría en forma de "Cubos" y atravesando "La prisión del placer", temas que sirvieron para ofrecer una retrospectiva cronológica junto a "Sombras", aquél tema que dio la bienvenida a los nuevos Sôber allá por 2010 y que tan bien sigue funcionando en directo, otro imprescindible desde su creación como "El hombre de hielo" o un emotivo "Naufrago" con el que abandonaron el escenario por primera vez.

Una vez de vuelta era hora de presentar "Mi heroína", segundo corte inédito de la noche dedicado a la figura femenina. La respuesta nada tuvo que envidiar a la de "Arrepentido" o "La nube", canciones ya imprescindibles en la carrera de los madrileños. Aunque siempre fue una banda sobria (touché!) sobre el escenario, la figura de Carlos ha ido ganado enteros con el tiempo y sobre él recae todo el peso dinámico del show, tanto en los momentos más potentes (todo un acierto incluir algo menor y tan cañero a lo "Vulcano") como en los más íntimos, donde se convierte en el auténtico protagonista. Este punto llegó a lo más alto en "Estrella polar", paseándose por toda la pista y cantándola a capella entre la audiencia con la facilidad que el actual formato de teatro permite. "Tic Tac" relajó algo el ambiente, tan solo lo justo para recordar, añorar y esperar que este final con "Loco" tenga aún más sentido en un futuro próximo...


Foto: Sôber  

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