El guitarrista Paul Marc Rousseau revela:
“Esta canción es la espiral que lleva a rendirse. Esas horas llenas de ansiedad en las que no puedes sentir nada más que el bajo y constante crescendo del pánico que finalmente se vuelve tan intenso que las yemas de los dedos pierden la sensibilidad. Es inútil sentirse así, y también inútil el tratar de soportarlo. No aprendí nada de sentirme así. Solo quería que se detuviera”.