Dirección: Jean Becker.
Producción: Louis Becker.
Guión: Jean Becker, Eric Assous, Jérôme Beaujour (Novela: François d'Épenoux).
Música: Alain Goraguer, Patrick Goraguer.
Fotografía: Arthur Cloquet.
Montaje: Jacques Witta.
Reparto: Albert Dupontel, Marie-Josée Croze, Pierre Vaneck, Jean Dell, Cristiana Reali.
Título original: Deux jours à tuer.
País: Francia.
Año: 2008.
Género: drama.
Duración: 82 minutos.
Antoine (Albert Dupontel), 42 años, publicista, es un hombre de éxito. Está casado con Cécile (Marie-Josée Croze), es padre de dos hijos, vive en una bonita casa no lejos de París y tiene muy buenas relaciones con los vecinos. Su discreta relación con la guapa Marion no va tan en serio como para perturbar su equilibrada vida. Sin embargo, un día como cualquier otro, su vida cambia. Durante una reunión con un cliente importante, pierde los estribos y, de paso, el proyecto. Su socio le propone que se tome unos días de vacaciones para descansar, pero Antoine está decidido a acabar de una vez por todas y ofrece venderle su parte. De vuelta a casa para el fin de semana, empieza a destruir sistemáticamente lo que ha construido durante años. Ha bastado un fin de semana para que Antoine, un hombre aparentemente sin problemas, destruya toda su vida. ¿La crisis de los cuarenta? ¿Un ataque de locura
Bajo un título tan enigmático y significativo como Dejad de quererme se esconde este drama francés basado en la novela de François d'Epenoux. El director y el gran responsable de la adaptación es Jean Becker, un viejo conocido de la cartelera europea que ya cautivó a muchos con su anterior película "Conversaciones con mi jardinero".
Algo que creo que hay que dejar muy claro antes de entrar totalmente en materia es que no estamos ante un filme de autor como quizás quieran darnos a entender algunas distribuidoras, sino que tenemos entre manos una obra muy vendible, de alta temperatura sentimental, hermosos paisajes y explosiones melodramáticas. Una película, en definitiva, que a cualquier espectador le puede gustar, porque lo que nos ocupa es CINE con mayúsculas, que combina con éxito propósitos comerciales e intereses sentimentales bien entendidos.
Sinceramente, no tengo más que opiniones positivas sobre esta emotiva película. De hecho, ya en su comienzo logró sorprenderme. Debo confesar que al principio del filme, y teniendo en cuenta su argumento, me esperaba las típicas escenas de "todo va bien" que no aportan mucho pero que a veces se convierten en inevitables para mostrar el contraste que provoca una ruptura total en la vida de alguien. Sin embargo, Becker empieza la película de manera violenta y directa, mostrando a Antoine (Dupontel) en pleno conflicto consigo mismo de buenas a primeras, algo que yo interpreto como toda una declaración de intenciones por parte del director: ésta va a ser una historia agresiva, dura y complicada. Sin duda, para mí, uno de los grandes aciertos desarrollados en la película.
Otra de las claves pienso que la tenemos en el "twist in tale" que se nos presenta a los espectadores. Sin desvelar nada, diré que en la escena del río pensé: "mierda, ya me han jodido la película", y es verdad que me sentí engañado, porque, si bien es cierto que en la cena de Antoine con sus "amigos" se puede intuir, también existe la posibilidad de pensar que en ése momento sea el resultado del cabezazo que él le propina al abogado. Pero afortunadamente los diálogos, otro de los puntos fuertes de la obra de Becker, llegan al rescate para devolvernos la magia y legitiman totalmente la "sorpresa" gracias a las sobrecogedoras palabras de Antoine. Una elocuente muestra de que éste recurso narrativo, bien utilizado, puede dar aún más fuerza al mensaje de una película.
Además, hay otros elementos que refuerzan con convicción los aciertos ya comentados, como por ejemplo las buenas interpretaciones de todos y cada uno de los actores y las actrices que aparecen en pantalla, sobre todo la sobresaliente actuación de Albert Dupontel como Antoine, en el que puede ser uno de los mejores papeles de su carrera, y la réplica protagonizada por Marie-Josée Croze, actriz con la que algunos ya pudieron disfrutar en "La escafandra y la mariposa". Esa sonrisa cínica e irónica de Dupontel junto a la tierna incredulidad de Croze forman un tándem imprescindible para conformar una verdadera película de actores (no en vano Becker ha sido actor y, como se puede comprobar en el "making of", se preocupa con muchísima atención de los resultados de los intérpretes).
En definitiva, una verdadera preciosidad de película, e incluso diría que el final de la misma representa todo un canto a la vida de un hombre que actúa durante un tiempo como a él le apetece y que decide ser el dueño de su destino. El final del filme, donde dominan los silencios y el poder de la imagen, es agridulce, sí, pero uno se queda con la sensación de que Antoine no lo podía haber hecho mejor. ¿La historia de una locura? ¿Una aventura sin sentido? No, simplemente Dejad de quererlo, porque así, aunque esto sí que parezca una auténtica locura, le querréis para siempre.
NOTA: 90/100.
Culpable: desde que la recibí estoy convencido de que ha sido Pijus por tres razones:
1. Es un gran aficionado al cine francés.
2. Creo que esta película ya la puso en su momento en el "topic" de las pelis, como también "Conversaciones con mi jardinero".
3. Las indicaciones que había en el mensaje privado.