
Las etiquetas me importan... relativamente...
Por un lado me gustan como juego de clasificación, todo lo que da estructura y significado a lo que escucho me importa... y qué coño, me encantan las discusiones de emo vs emo flequi o si tal o pascual están influenciados por unos o por otros o son o no son hardcore (del de verdad). Es parte del friquismo musical.
Por otro lado tengo una idea preconcebida de qué espero que me transmita cada género, una especie de menú de sabores, si pido una lubina al horno no espero que me den un sobao pasiego. En este sentido la etiqueta es como un plan maestro o una presentación de a lo que aspiran transmitir los músicos (o no músicos) con su ruido.
Pop: melodías.
Rock: ritmo.
Metal: potencia.
Y luego los subgéneros serían variantes de ésto.