Joder, esto me ha hecho recordar cuando me compré mi primer disco de Slayer, el Show no mercy, sonaba jodidamente satánico, daba miedo ver el lucifer cabritoide mal pintado en la portada, sin duda el fruto de una mente enferma. Luego en las fotos del interior esos chavalines con muñequeras de pinchos exagerados. Joder, era todo jodidamente satánico.
Lo mismo se puede decir de sepultura, con aquellas portadas cutres, tenía un halo de misterio.
Pues estos noruegos nos hacen viajar en el tiempo a aquellos inocentes primeros noventa. Con un eco en la voz satánico del copón, guitarras con distorsión chicharrera, una batería emulando al mejor Lombardo al borde de la locura, con unos timbales al más puro sepultura de los primeros tiempos... un disco que es sin duda fruto de una mente enferma.