Madre mía, qué disco. Esos gritos en falsete melena al viento, ese jebi añejo entre Black Sabbath y Deep Purple más ingenuo que un niño de teta, los ramalazos viking a tope de testosterona, la grabación amateur, las salidas de tono constantes (hasta un tema que me recuerda a Bad Religion hay aquí)...
Pinta mal, ¿eh? Pues no, amigo, no. Y si no pinta mal es solo y exclusivamente porque el que perpetra todo esto es única y exclusivamente el gran Fenriz. Y todo lo que hace Fenriz es tan entrañable y tan
from the heart que hay que abrazarlo y darle cariño, joder
Menos mal que has avisado de esto y le he dado chanse, Jolocho, porque creía que era un disco ambient y no tenía intención de escucharlo.
El camino más aburrido entre dos puntos es la línea recta.