La primer vez que escuché el Smash yo tenía 14 años. Por aquel entonces había escuchado el Dookie, que llevaba un par de meses en la calle, aunque yo era de Iron Maiden y Blind Guardian y Green Day eran como muy rabiosos pero demasiado nenas para mi cerebro tricotado con riffs y batallas épicas y oscuras. Estaba preso por multitud de sentimientos contradictorios. Mis muñequeras de pinchos querían convertirse en unas Airwalk tricolor y todo me daba mucho miedo. Entonces, escuché el puto "Ah, it's time to relax. You know what that means. A glass of wine, your favorite easy chair, and of course, this compact disc" y mi mundo se vino abajo. Ese año llevaba una TDK de 90' a todos lados. Cara A, Smash, cara B, Smash.
Desde entonces el Smash es mi disco favorito del mundo mundial. No sólo porque fue el disco que me sacó de una espiral de hachas y cinturones de tachuelas, sino porque ningún disco me ha hecho sentir igual.
Sobrevalorado el Smash? No lo creo. La putada es que ese disco acabó con Offspring, que desde Americana se van arrastrando como lombrices.
Que hay otros grupos infravalorados? Ya ves, cientos, pero ninguno tiene un disco tan redondo, directo y sincero como Smash.
Rancid? Venga coño, no me hagáis reír.