Me acabo de acordar de aquella moda de principios de los 90 de agujerear nuestras cazadoras vaqueras con cuantos más pins posibles. Todavía conservo algunos míticos como el de Curro de la Expo Sevilla 92.
La moda de los recientes años de chapas, sobre todo las pequeñitas, es medianamente comparable, aunque no tiene el mismo encanto que tener pins de distintas formas y hacer agujeros tochos en las cazadoras, tanto que luego ya tenías el sitio fijo donde colocar cada pin.