Acabo de ver el resumen de todo lo de ayer por la tele, y creo que vale la pena hacer incapié en el discurso de los jugadores del Madrid en el sentido de que el árbitro les ha masacrado a faltas, como si su juego hubiera sido limpio como cualquier otro.
Yo es que vi una cantidad de entradas ayer como pocas veces había visto, especialmente a Messi, que fue cosido a faltas, y pocas tarjetas para lo que realmente fue.
Por eso no me creo al Madrid cuando justifica su eliminación en una sóla jugada, por mucho que haya podido ser equivocada. Porque el futbol no es eso, no es intentar quitar el balón a cualquier precio esperando que el árbitro lo permita. Las faltas son ilegales, y más si son a destiempo. Eso no deberían olvidarlo los jugadores.
Por eso me parece especialmente triste ver ayer a Casillas tocándose la cara cada vez que pitaban una falta contra el Madrid, como si fuera lo más normal del mundo, o las repetidas quejas porque acaban todos los partidos contra el Barça con 10, como si dispusieran de barra libre para entrar al balón como les dé la gana.
Y lo más triste es ver como el discurso es exactamente el mismo en todos, como parte de un guión preconcebido, como si estuvieran abducidos por su técnico. Con un porcentaje de autocrítica igual a 0. Al mismo Casillas, al final del partido no le reconocí, su rostro se había transformado como si fuera la niña del exorcista.
Todo es cosa de ciclos, ya nos tocará a nosotos volver a las catacumbas, eso seguro. Y también seguro que saldrá algún que otro impresentable lloriqueando o con malperder, no somos ni mejores ni peores en eso, y menos los jugadores (bueno Pepe y Adebayor están zumbaos

, aunque nosotros tenemos a los teatreros). Pero lo que está haciendo el técnico portugués entre el madridismo si que creo que marca la diferencia, y está creando un odio ciego y desmedido que me parece muy peligroso y que está haciendo estragos en la imagen del club.