¡RECUPEREMOS EL PUNK!
ESTO NO ES UN PUTO COMUNICADO DE MIERDA
(Y no te llevará más de 3 minutos leerlo)
Se están cargando el punk. Una nueva religión se está apoderando del mismo. No es una religión como las de antes, aunque se parece mucho a ellas. Sus adeptos creen ser mejores personas que los demás. Superiores. Son capaces de reunirse para conspirar contra aquel que disienta con su credo - porque por supuesto tienen su credo - o simplemente cuando alguien no les cae bien. Utilizan un lenguaje artificial animados por la falacia acientífica (valga la redundancia) según la cual modificando el lenguaje se modifica la realidad. Se consideran inclusivos por utilizar siempre ambos géneros e incluso el neutro en el lenguaje, aunque en sus hechos son elitistas, sectarios y excluyen a quien no comulga con su doctrina. Sonríen mientras apuñalan. Dicen perseguir la justicia social, pero son tremendamente injustos cuando obtienen poder. Son capaces de hundir la reputación e incluso la vida de cualquier humano utilizando un puñado de palabras - “agresor sexual, racista, misógino, …” - o redactando ridículos comunicados en los que acusan sin necesidad de mostrar la más mínima prueba. No les hacen falta pruebas. No necesita más que acusar para que la acusación se convierta en condena. Una condena a veces de muerte. Cuanto menos de muerte social. Son una jauría envalentonada por el miedo que propagan con sus sonrisas diabólicas. Ellos son el bien y están luchando contra el mal. De la misma forma que el ISIS lucha contra los infieles. Como el Nacionalcatolicismo contra la conspiración judeomasónica. Como los fascistas contra el inmigrante. Ellos dictan lo que es el bien y dictan lo que es el mal.
Los adeptos de esta nueva religión prometen una sociedad justa e igualitaria si haces lo que ellos dicen que hagas. Es muy importante que hagas los que dicen que hagas, que hables como ellos dicen que tienes que hablar, que pienses correctamente. Criticar o disentir o poner en duda sus métodos o prácticas sitúan al que lo hace directamente en la fila a la hoguera. ¡Les encantan las hogueras!. Disfrutan muchísimo de ellas. En realidad, estoy seguro que hasta saben que con hogueras y linchamientos no van a acercar ese fin deseado de una sociedad justa e igualitaria. Pero a ellos les encantan. Es una verdadera fiesta en la que, ante el público excitado, puede uno afirmarse como alguien fiel a la doctrina lanzando piedras o avivando las llamas que achicharrarán a la próxima víctima. No hay lugar para la duda, no hay derecho a un juicio justo. Ni hablar de perdón, ni de reinserción. El acusado, por el mero hecho de serlo merece la condena. Pero no cualquier condena, sino la peor de las condenas. Por supuesto, proponer una pena menor o un juicio justo o dudar de que el acusado quizá sea inocente te convierte directamente en enemigo. ¡Prohibido escuchar al acusado! Los linchadores, con cada piedra que lanzan o llama que prenden, reciben su premio en forma de mayor aceptación por su comunidad religiosa por su compromiso con el dogma que permitirá reducir todo el dolor y sufrimiento que experimentaron en el pasado. Estos linchadores, adheridos al credo de la nueva religión, suelen ser individuos resentidos, muchas veces mediocres que actúan no por el bien que dicen querer conseguir, sino por alimentar su menguado ego. La religión les ha unido. Pero actúan para ellos mismos. Sería falso afirmar que estén interesados verdaderamente por mejorar las condiciones materiales de los obreros, la opresión hacia la mujer, el racismo o cualquier tipo de violencia que sufran individuos y colectivos minoritarios. Ellos, lo único que quieren es poder. Poder para ejercerlo autoritariamente contra aquel que consideran enemigo. Contra aquel que envidian. Contra aquel al que ven feliz. Poder para sentirse únicos y especiales. Poder para huir de sí mismos y no afrontar sus propias debilidades. Su propia mediocridad que les empuja a abrazar el dogma de esta nueva religión.
Hoy han cancelado a Minority Of One una vez más. Mi banda ya se fue a la mierda hace 5 años después de un lamentable comunicado en el que acusaban a uno de nuestros miembros -sin pruebas- de lo peor que a alguien comprometido le pueden acusar. Ese comunicado nos hizo un daño brutal, no sólo como banda sino como personas. A mí mismo me han llamado violador, racista y agresor sexual. ¡Joder, son acusaciones muy graves y tanto más ridículas cuanto más me puedas conocer! Todavía tengo pesadillas con este asunto, y me vuelvo a ver en ese escenario en Euskadi cuando nos cortaron la música en directo y sin explicación mediante nos llamaron agresores sexuales y nos recluyeron en un cuartito. Cualquiera que me conoce de primera mano sabe que soy justamente lo contrario a todo eso. Pero daba igual, había un dogma que había que cumplir y “había que posicionarse con las víctimas” aunque no hubiese ninguna víctima. Aunque el comunicado no estuviese firmado. Aunque fuera ridículo que se acusara a nuestro amigo de algo tan grave. Soy consciente de que no podré recuperar jamás a mi banda. Es algo que me ha costado aceptar. Pero lo que no estoy dispuesto a aceptar es la deriva autoritaria y reaccionaria en la que se ha visto envuelto el punk y el hardcore en los últimos años. No aguanto más adoptando una actitud pasiva ante esta injusticia. Por eso quiero preguntar: ¿hasta cuándo vamos a seguir de brazos cruzados? ¿hasta cuándo vamos a esperar a que pase esta oleada de irracionalidad y sinsentido? ¿cuánto más vamos a esperar a hacer frente a esta caza de brujas de fundamentalistas religiosos que creen ser los dueños del punk y el hardcore? Son muchas las personas y bandas que me han escrito o dicho directamente que nos entienden y apoyan y que no son capaces de hacerlo en público por miedo a que les señalen o por pánico a que linchen a sus bandas y sea también el final de las mismas. ¡No tiene sentido que el miedo controle nuestras vidas e invada nuestro mundo!. ¡ES ABSURDO QUE EL PUNK SE HAYA CONVERTIDO EN UNA LISTA DE NORMAS QUE CUMPLIR, IDEAS PROHIBIDAS, PALABRAS QUE DECIR Y DINÁMICAS AUTORITARIAS! Justamente el punk nació para combatir toda esa mierda. Hagamos del punk un sitio donde cualquiera pueda expresarse: por supuesto, libre de racismo, de homofobia, de sexismo, y de cualquier tipo de discriminación. Esto es algo más que obvio. Joder es tan obvio que resulta ridículo tener que repetirlo. Hagamos del punk un lugar libre de autoritarismo irracional y discriminado. Libre de etiquetas y de identidades que dividen. Libre de dogmas posmodernos. Libre de religiones. Y sobre todo un punk LIBRE DE GILIPOLLAS.
Animo a todos a ‘salir del armario’ respecto a todas esas cosas de las que hablamos en ‘petit comité’ pero que nos da miedo hablar en público por la posible reacción autoritaria en forma de linchamiento con la que amenazan constantemente los creyentes de la nueva religión. ¡Ya está bien! ¡Animo a todo el mundo a recuperar el punk! ¡Porque es de todos y es de nadie! ¡Porque no es en absoluto de ellos!
Fede MO1/TTF