CRÓNICA

Angelus Apatrida + Chaos Before Gea + V3ctors
Angelus Apatrida, Chaos Before Gea, V3ctors
19 de Diciembre de 2015 por César Aguilar Eventual Music, Málaga 2900 lecturas

En esta ciudad son raras las colas para entrar a un concierto de metal, pero de un tiempo a esta parte los thrashers Angelus Apatrida se han labrado una reputación que ya quisieran para sí muchos grupos foráneos. Infalibles, generosos, una auténtica máquina de matar sobre el escenario, los de Albacete son un reclamo aquí y en Pekín, y a estas alturas de la película llenan salas por donde quiera que pasan. Si a eso le sumamos la presencia de dos de las bandas locales con mayor proyección de los últimos tiempos, V3ctors y Chaos Before Gea, la excelente entrada que se registró en Eventual el sábado previo a las elecciones del 20D tampoco debería de extrañarnos tanto.

Los encargados de abrir la noche fueron el ahora sexteto V3ctors. A los conocidos Nano, Milo, Juan, Cuervo y Yeray se ha unido Pablo como segundo vocalista, y nos podía la curiosidad por ver cómo ha encajado en el seno de la formación. Una intro más progresiva y atmosférica hacía prever un cierto cambio de su sonido y eso fue así relativamente. Es cierto que los temas nuevos que presentaron (como “Exile” o “Emissary”) son más exhuberantes y dinámicos, pero tampoco puedo decir que se alejen en demasía de lo expuesto en el prometedor y ya lejano “Physis”, del que rescataron piezas como el single “Mental Disorder”, “White Rhino” o “La Causa”. Lo cierto es que tras más de un año sin tocar en directo la banda no ha perdido fuerza, y, obviando su lógica falta de tablas (era su primer concierto con la formación), Pablo también cumplió con creces. Ahora solo hace falta que echen el resto, completen ese esperado segundo largo y lo presenten lo antes posible.

La casualidad hizo que Chaos Before Gea también se presentaran en formato de sexteto, con la adición de José María Tornay –productor de los dos largos de la banda, “Erebo” (2013) y “Khâron” (2015)– a los teclados y samples y la novedad de Hernán Jensen a la guitarra reemplazando a David Martín. Unos días antes del concierto, al ser este una especie de puesta de largo de “Khâron” –un álbum de referencia para pulsar el estado del metal nacional en 2015 y, con mucho, el que más he escuchado este año–, la banda anunció en las redes sociales que lo presentarían íntegramente y en su orden.
 
Trasladar al directo un disco tan arreglado, complejo y rico en matices se antojaba una tarea complicada. Y en la práctica así fue. Desde el inicio con “In Death” los teclados y samples estuvieron enterrados en la mezcla y solo pudieron ser apreciados por los oídos más avezados y conocedores del largo. Pero, dejando aparte ese detalle, las prestaciones de la banda fueron creciendo a cada tema, con un Ismael pletórico que alternaba voces limpias y guturales sin esfuerzo aparente. El tema título y una “The Voice” más despojada de adornos sonaron a gloria, potentísimas. Todo iba a pedir de boca hasta que tras “Time Stands Still”, el frontman, urgido por la organización al más puro estilo troika, anunció recortes en el bolo. Así pues “A New Mankind” y “March Forth” se quedaron en el tintero y siguieron con el tremendo single “Red Lights”. De propina, porque sobre un escenario también se puede resistir ante la autoridad, cayó el habitual “Lobo”. Compactos, cómodos y cada vez más fiables. De los mejores conciertos que se les ha visto por aquí.

Desde la jornada de apertura del Inmensa Festival de 2012 (en el que presentaron su anterior “The Call”), Angelus Apatrida no habían tocado en Málaga. Han tardado, pero llegó el momento destruir la sala Eventual con “Hidden Evolution”, álbum editado a principios de año y que ya tienen más que rodado en directo. Suerte hubo, porque por problemas logísticos –su furgoneta les dejó tirados en Holanda con todo su equipo cuando se disponían a regresar a España tras su gira europea– el concierto estuvo a punto de cancelarse.

Empezaron con “Immortal”, apertura de una quinta referencia donde el cuarteto sigue oxigenando su sonido a base de estructuras más complejas y estribillos más accesibles y elaborados. Tras el frenesí de “Violent Dawn”, un extenso (y muy a lo Megadeth) “Hidden Evolution” supuso una bajada de revoluciones considerable y fue una buena oportunidad para que Guillermo y David dieran rienda suelta a sus endiablados solos. La banda entraba en calor, disfrutaba. Y es que, sin desmerecer a sus canciones, lo mejor de Angelus Apatrida, y de lejos, es su actitud sobre las tablas. Jamás podrán evitar la alargada sombra de sus referentes, unos, digamos, Testament, Slayer o Exodus, pero suplen ese hándicap (si es que para alguien que no sea servidor lo es) con su entrega, ese amor tan patente por lo que hacen y una técnica apabullante. Guillermo, José y David exprimen las cuerdas de sus Jackson con una pericia incontestable y, además de pegarle que da bendición, Víctor es un auténtico metrónomo tras los parches. A lo largo del concierto parece que ni se despeinan, que no les cuesta trabajo alguno generar semejante violencia sonora con tanto estilo. Veni vidi vinci.

Con un sonido que se fue ajustando poco a poco hasta rozar la perfección, el cuarteto se metió al público en el bolsillo desde el principio, incitando al pogo; incluso hubo un wall of death. Lógico cuando caen favoritas como “End Man”, “Fresh Pleasure”, “Give ‘em War” o “You Are Next”, uno de los últimos clásicos de su repertorio. La cerveza volaba sobre nuestras cabezas y en el escenario y fuera de él se consumía a buen ritmo. Los pogos y los circle pits eran constantes. No sé si me equivoco, pero parece que en cada concierto Angelus Apatrida hacen lo posible para montarse su propio Oktoberfest indoor. Sus jefes de Century Media pueden sentirse orgullosos. Por muchos motivos.

Ya en la recta final, durante la presentación de “Serpents on Parade” el simpático y comunicativo Guillermo hizo un llamamiento a que nos acercáramos a las urnas para desalojar a las serpientes que nos gobiernan; eso sí, ellos dicen que no se casan con nadie; y hacen bien. Muy a gusto, cerraron con “Thrash Attack” y, atendiendo la petición del respetable, su celebérrima versión del “Domination” de Pantera. Enorme show del que, imagino, salieron satisfechos hasta los más exigentes.

Fotos: María Guerrero.

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