black metal / doom metal / death metal / extreme metal
 Barbarian Swords

ENTREVISTA

Hunting Rats por César Aguilar
10 de Marzo de 2014 1892 lecturas
Lacerante, lento y pútrido, pero extrañamente adictivo, desde las cloacas de Catalunya nos llega “Hunting Rats”, el álbum debut de Barbarian Swords, un quinteto de metal extremo absolutamente único en la Península. Con ellos no hay lugar para las medias tintas: su mezcla de funeral doom, death y black metal o se ama o se odia. Punto. Voice of Noise (guitarra), Steamroller (guitarra), Panzer (bajo), Joe Beltza (batería), además de su deslenguado y no tan misterioso vocalista, Von Päx, han venido para amargarnos la existencia con una buena dosis de misantropía en vena que tardaremos en olvidar. Precisamente Von Päx es quien tiene la deferencia de contestar a nuestro cuestionario clara, contundentemente y con un detalle digno de agradecer. ¿Qué te creías? Aquí no se hacen prisioneros, eh. Así pues, ¡qué empiecen a rodar cabezas!

¿Cuáles son tus primeros recuerdos musicales? ¿Cómo te enganchaste al metal extremo?

La verdad es que mi vida siempre ha estado rodeada de música. Desde mi más tierna infancia tengo recuerdos ligados a ella, ya que mis padres son dos personas cultas y refinadas que nunca permitieron que vulgaridades pop infectaran nuestra mente. Mi padre escuchaba rock progresivo, rock sinfónico, así que recuerdo flotar siempre entre una banda sonora basada en Pink Floyd, Jethro Tull, Yes, Genesis o incluso la electrónica de Enigma. Mi madre es harina de otro costal, siempre ha optado por los grandes maestros del jazz y el blues, además de ser toda una especialista en música clásica. Eso sí, mi vida cambió para siempre a los 6 ó 7 años, cuando mi hermano mayor trajo el Black Album de Metallica a casa. Me impactó de tal forma que he sido un metalhead desde entonces. Ya desde esa edad tuve contacto con el metal extremo, pues con Metallica ya llegaron por parte de mis hermanos Entombed, Slayer, Dismember, Paradise Lost, My Dying Bride, Sepultura, Obituary o In Flames, pero mi cerebro todavía no estaba preparado para ello, ¡era sólo un crío!, así que me dediqué al metal clásico, al power metal, a AC/DC y, sobre todo, a la primera banda que me marcó hasta límites obsesivos: Judas Priest. Por mucho que algunos listillos digan, en este puto país se produjo antes la invasión del death metal sueco y de Tampa que la del black metal, así que tardé en engancharme de verdad al extremo… Aunque entre 1997 y 1998 todo cambió. Un álbum como “Enthrone Darkness Triumphant” de Dimmu Borgir me mostró que algo podía ser tan épico como el metal clásico y a la vez tan dañino como el metal extremo, y así, el black metal pasó a ser algo esencial en mi vida. También recuerdo que mi hermano mediano trajo a casa el recopilatorio “From Within The Purgatory”, y me enganchó muchísimo a través de “Mother North” de Satyricon o “Ravenna Strigoi Mortii” de Dark Funeral… Todavía tardé un tiempo en dejar un poco de lado el metal típico y tópico, pero ésas fueron experiencias reveladoras para mí.

Tu hermano, Voice of Noise, y tú formasteis la banda después de un concierto de Electric Wizard al que asististeis juntos. ¿Habías cantado antes o al menos lo habías intentado? ¿Cómo fueron tus inicios como vocalista?

Nunca antes había cantado ni lo había intentado más allá de los clásicos gorgoritos que todos hemos hecho con un peine antes de entrar en la ducha. Respecto a los inicios, supongo que fueron tan patéticos como lo de cualquiera que haya intentado cantar black metal desde la nula experiencia. Una o dos semanas de afonía, dolor de cuello al día siguiente cuando te pasas de la raya en los ensayos, etc. Por suerte, yo antes me dedicaba a la retransmisión de eventos deportivos en la radio, así que pronto aprendí a dominar el diafragma como si estuviera en medio de una locución, y desde entonces, ningún problema fuera del algún catarro ocasional. La ingesta continuada de cerveza también ayuda lo suyo a conseguir el gargajo blacker, para qué nos vamos a engañar… (risas).

Creo que andas por los 28 años y esta es tu primera banda, ¿piensas ahora, ya metido en el ajo, que deberías haber empezado antes con Barbarian Swords?

Por desgracia, hace muy poco cumplí los 29 ya… (Risas) La verdad es que no, creo que hemos empezado el grupo en el momento propicio. Yo, que afortunadamente puedo decir que vivo del metal, estoy harto de ver las prisas con las que los chavales ahora publican un disco de cualquier manera, cómo arruinan el trabajo de muchos meses colgándolo en Bandcamp a la primera de cambio, cómo se carcomen algunos por dentro víctimas de los celos y un inexplicable ansia de fama… Y todo ello obedece a una simple razón: la comprensible y perdonable efervescencia juvenil. Afortunadamente, a todos los miembros de Barbarian Swords esto nos ha cogido bastante creciditos, todos tocamos de pies en el suelo, sabemos que con esta música tan minoritaria no nos vamos a comer una mierda jamás, y eso hace que vayamos con pies de plomo, muy poco a poco, pero con paso seguro. La banda me ha pillado con un notable conocimiento sobre el negocio y sus peligros, avisado de los buitres que la pueblan y con unas convicciones inquebrantables. Por ejemplo, tenía muy claro que “Hunting Rats” debía ser publicado en precioso digipack, y ningún sello o persona iba a hacerme sacar este disco en un cutre jewel case de mierda. Antes caía feliz en la autoedición que permitir sacar el debut con un packaging de andar por casa. Somos mayorcitos para saber que ahora mismo, si no es un sello de los grandes, no sirve de absolutamente nada estar en uno mediano o pequeño, que no hay que pagar para salir en según qué medios y mucho menos para que una supuesta disquera nos publique el disco, con qué bandas nos conviene relacionarnos y con cuales no, y así en todas las demás materias que envuelven a una formación musical.

La mayor parte de vuestro álbum transcurre a paso lento, como una especie de mantra putrefacto y lleno de pesadumbre. ¿Con qué os identificáis más, con el funeral doom representado por Thergothon o Esoteric o con el doom death escuela Celtic Frost, que cuenta con exponentes tan dignos en los 90 como Necro Schizma, “Zzooouhh” de Delirium o “Shadows of the Unknown” de Mystic Charm?

Nos identificamos con cualquier banda de metal extremo que entienda realmente qué significa esta denominación, que sienta profunda admiración por los pioneros del género, que perciba su propuesta como un noble arte de transgresión y humillación hacia el oyente, que huya de las producciones irreales y más que sobreproducidas de la actualidad. Yo personalmente prefiero el funeral doom, pues observo que muchos grupos death doom se quedan a medias en cuanto a agonía, laceración y abominación musical, aunque una de las bandas de las que más bebemos sean obviamente Asphyx.

En el tema título los riffs de apertura son totalmente Asphyx de la época de “The Rack”, y esa coda con la batería machacando ese redoble es genial. ¿A quién se le ocurrió la idea?

El tema “Hunting Rats” es el mayor suceso inexplicable de este álbum. Sólo te diré que antes de entrar en el estudio no había sido ensayado ni una sola vez, sólo habíamos escuchado una demo casera enviada vía mail por Voice of Noise, y sobra decir que, aunque tenía más o menos su letra creada, su total coordinación con la música no estaba ni por asomo garantizada. Pero fue grabar las voces a primera toma y que todo cuajara, que todo cuadrara de una forma casi astrológica. Antes de entrar en los Moontower yo no me la quería jugar, no quería incluir ese tema en el álbum por su evidente falta de rodaje, pero fue salir de grabar las voces y saber que habíamos logrado algo muy bestia, tan grande para nosotros que enseguida decidimos que sería el single y el tema título. Su historia es una de esas cosas que sólo pueden ocurrir durante el transcurso de una grabación… Es mi canción favorita del disco de largo.

No sé si estarás de acuerdo, pero Barbarian Swords me parece una formación eminentemente old school. Tiene la oscuridad y las malas intenciones de las bandas de antaño. ¿Crees que todo aspirante a hacer buena música debería revisar la raíz de cada género?

No creo que debas revisar la raíz de cada género como si fueran unos deberes impuestos en el cole, simplemente creo que el sentido común mismo te indica qué es realmente lo más grande que has escuchado en tu vida. Nosotros no vamos de guays, en plan ‘todo lo nuevo apesta, somos trues y sólo nos molan las demos de Von’, pero sí queremos reivindicar en parte lo que debería ser siempre el metal extremo y que, por desgracia, se está perdiendo con el paso del tiempo. La violencia física y musical, la transgresión, las letras incendiarias que no toman prisioneros, el sonido crudo, malicioso y real y no infinitamente manipulado hasta extremos robóticos... No soy el único que opina que uno podría quedarse en el 95 y pocas cosas le sorprenderían de lo que ha aparecido últimamente. Y eso que me gusta el deathcore, respeto a Mastodon y estoy al tanto de todo lo que ocurre en el universo metal por mi profesión, pero desde hace años asistimos a una reiteración de los viejos fundamentos, a un perfeccionamiento sistemático de lo ya existente. Barbarian Swords podrían entrar en esto, claro está… Nadie se salva. Origin han quedado en nada, pero las nuevas bandas de brutal técnico no han roto los esquemas de nadie. Fleshgod Apocalypse son la rehostia, pero ya habíamos disfrutado de unos Therion, de Behemoth o del power sinfónico de Rhapsody Of Fire, y no dejan de ser un popurrí de enorme categoría. Me encantan The Black Dahlia Murder, pero no dejan de ser una versión salvaje de At The Gates con breaks. Salvo contadas excepciones, yo podría vivir perfectamente con el metal que se hizo entre el 84 y el 95, con lo que se creó entre el año 80 y finales de los 90 a mucho estirar, y con nuestra banda, obviamente, nos remitimos a ello.

Para el álbum habéis regrabado todos los temas de vuestra demo “Crusaders of the Apocalypse”. Al principio me chocó bastante, pero me lo explicaste y lo entendí. Ahora explícaselo a nuestros lectores, por favor…

Como el mismo término ‘demo’ indica, éstas no dejan de ser demostraciones de lo que debería ser un tema antes de entrar a grabarlo de forma profesional en un estudio. Probaturas sin mayor valor que el de comprobar qué falla o qué debe tirar para delante de una serie de canciones en cuestión. Lo que pasa es que, como últimamente pasa con todo, esta idea original de lo que de verdad es una demo se está perdiendo, devaluando con el tiempo. La gente de ahora entiende que una demo es una especie de disco corto, rollo EP, y se gastan el pastizal para grabarlas en un estudio, y eso, obviamente, está en las antípodas de lo que una maqueta siempre había sido. Si se entra a grabar una demo con todo ensayadísimo y listo para un álbum, ¿cuál es su puñetero sentido? Ojo, que se pueden grabar demos en un estudio, pero dejan de serlo cuando se producen con el perfeccionamiento y el dispendio actual que muchas bandas les dedican. Nosotros, como seguimos teniendo los mismos ideales que antaño, lo hicimos casi al aire, con una grabadora de lo más chusquera, para ver cómo petaban los temas de cara a presentar tiempo después el álbum de verdad. Y punto, sólo actuamos como mandan los cánones… Nosotros no tenemos la culpa de que actualmente se hayan diluido las fronteras entre los formatos físicos, y no íbamos a desperdiciar casi nuestros mejores temas porque ya hubieran sido publicados para unos pocos en “Crusaders Of The Apocalypse”, ¿verdad?

¿Y cómo fue el paso de grabar en un 4 pistas casi sin retoques, directamente del local de ensayo, a hacerlo con un profesional como la copa de un pino como Javi Félez (Crisix, Onirophagus…) en los estudios Moontower?

Aburrido, por lo menos para mí… (risas). Recuerdo el proceso de grabar la demo con el clima distendido, porreta y cervecero que reina en los ensayos de Barbarian, pero claro, en los Moontower, aunque también abundó la birra, no dejas de estar trabajando con un jefazo que a duras penas levanta el culo de delante de la mesa de mezclas para ir a mear o echar un cigarrillo. También hubo cachondeo, pero no sé, como me importan un carajo los procesos técnicos que envuelven la producción musical, quizá para mí no fue tan enriquecedor como para el resto… Odio perder el tiempo, y las horas muertas pueden acabar conmigo. Los tiempos del jaco y las putas en los estudios de grabación han pasado a la historia, Barbarian desde luego ni los hemos olido (risas).

Sé que en algún momento pensasteis en que “Hunting Rats” fuera un doble CD. ¿Qué tenéis pensado hacer con los temas sobrantes? ¿O vais a hacer tábula rasa para el segundo álbum?

Eso fue una ocurrencia mía, que siempre ando tramando locuras con el grupo imposibles de realizar. Yo quería un debut doble simplemente porque si un CD de Barbarian ya es una tortura, ¡imagínate dos! (risas). Básicamente quería llevar a cabo esta idea para acabar de joder a nuestros oyentes, para que no pudieran más ante tanta aberración doom black. Además, ¿¡dónde se ha visto a un grupo publicando un primer disco ya a lo bestia, un doble!? (risas). Tras organizar los días de grabación, ver cuánto nos costaba una sola jornada de estudio y el trabajazo que ya era grabar, mezclar y masterizar los temas pactados, obviamente desestimamos tal idea. Hay canciones que no verán la luz porque no son lo suficientemente ominosas y purulentas, pero hay una en particular que valdría para un EP o incluso un split. Se trata de 15 minutos de absoluto trance parapsicológico, un viaje a las regiones más recónditas de nuestros maltrechos cerebros, y ésa si vale la pena recuperarla para otro lanzamiento. De cara a la segunda obra, seguramente todo el material sea nuevo, porque lo que más nos gusta es crear nuevas canciones y no somos mucho de reciclar riffs o viejas ideas.

Haciendo un esfuerzo mental no recuerdo a ninguna banda estatal similar a vosotros, tal vez Onirophagus (a los que mencionáis en el listado de agradecimientos), pero ellos son considerablemente más death… ¿Os identificáis con alguna o voláis totalmente por libre?

Es gracioso que menciones a Onirophagus, porque su batería y uno de sus fundadores, Uretra, es el hermano que hay entre mí y Voice of Noise (¡no tenía ni idea! –ndr). Yo creo que ahora mismo debemos ser los únicos tres hermanos, y de generaciones distintas, enrolados en el metal extremo de este asqueroso país. A parte de que hemos compartido escenario y que nuestra propuesta contiene una vertiente espiritual innegable, no creo que tengamos nada que ver con nuestros queridos Onirophagus. Los riffs que se saca de la chistera Moregod son infinitamente más técnicos que los nuestros, y ese alarde de virtuosismo jamás sería consentido en Barbarian Swords. Nosotros vamos hacia los instintos más bajos y primitivos del doom black, hacia su más malsana putrefacción, y ellos en cambio buscan la belleza perdida entre eones de oscuridad. Lo nuestro es punk, lo suyo es barroco. Respecto a las demás bandas de la escena, como he dicho, mientras sean extremas y lo sientan como tal, bienvenidas sean, aunque musicalmente, con ninguna. Quizá con la rama más atmosférica del black sí casaríamos mejor, pues opino que las bandas doom en general toman pocos riesgos actualmente, son muy arquetípicas y huyen poco de los clichés del estilo. O copian los 70 descaradamente o están obsesionadas con el gothic doom inglés, no hay vuelta de hoja. Y ojo, eso puede molar cacho, pero poco tiene que ver con nuestra visión del doom.

Teniendo en cuenta tus gustos, que tiran mucho hacia el blast beat, y que JB Christoffersson de Grand Magus me dijo hace unos meses que se aburrieron de tocar doom en directo al segundo álbum, os veo tirando hacia el black de “For My Honor” o hacia los ritmos más heavies de “Pentecostal Black Punishment”, aunque, por otro lado, he leído que no tenéis intención de evolucionar…

Si “For My Honor” y “Pentecostal Black Punishment” forman parte del debut, es obvio que no hace falta evolucionar para volver a incluir temas de esta índole en futuras publicaciones. Nuestro ADN está tan formado de estos trallazos black thrash como de esas torturas megalíticas, así que supongo que siempre habrá ese equilibrio en nuestras obras. Por mi parte, como metalhead soy adicto al blast beat, pero como músico, si es que merezco esa distinción, sólo me interesa lo absolutamente lento, lo más aborrecible y destructivo del funeral doom. Es curioso, pero soy el más reacio del grupo a dar algo de vidilla al oyente con esos temas con más ritmo pues, si por mí fuera, todo serían “Doomed Bastards” y “Pyrenean Nightfall” en los discos de Barbarian Swords. Yo desde luego es cuando más disfruto, y si Grand Magus se aburrieron de tocar doom en directo, sería que no le ponían el sentimiento debido o que lo tocaban por pose, de forma impostada.

Del austero diseño del digipak de “Hunting Rats” me han llamado la atención dos cosas: primera, la frase “Death To Infidels”. Y, segunda, la corona de laurel dibujada en el CD. ¿Qué significado tienen para vosotros?

El laurel es un símbolo de honor, de señorío, que nos ha sido legado de la cultura grecolatina, y ya lo empezamos a usar con nuestros ‘crucipollas’ desde el inicio del grupo. Es un diseño que nos inventamos de dos nardas en forma de maza medieval haciendo la cruz invertida, el anticristo, para todavía burlarnos más de esa repugnante religión que desde hace siglos ensucia mentes y destruye vidas. Estamos orgullosos de ser Barbarian Swords, de ser según algunos la banda más extrema que hay en este país, y por eso rubricamos el CD con el laurel. La leyenda ‘death to infidels’ es bien clara: muerte a los infieles, a los enemigos del metal extremo, a cualquier persona que pretenda joderte la existencia. Especialmente, da caza a esos hijos de puta del metal clásico que se atreven a decir que el metal extremo es ruido, justamente utilizando el mismo triste recurso que usaría una zorra de Los 40 Principales para desprestigiar el heavy metal sin tener ni puñetera idea de música o cualquier otra cosa que precise contar con más de tres neuronas. En ese sentido, ‘infiel’ puede atribuirse a cualquier persona, forma de ser o corriente ideológica que nos moleste de este pútrido planeta. Dale muerte y quédate con la conciencia tranquila. Amar es un sentimiento sano y natural, pero también odiar, aunque a muchos no les interese que eso sea de dominio público. No hay nada malo en desearle la más dolorosa de las defunciones a la escoria de la Tierra.

No he encontrado las letras del disco por ninguna parte y apenas logro aprehender palabras sueltas. Títulos como “Putrid Whore – The Holy Church” no dejan lugar a dudas, pero ¿puedes contarme de qué van en líneas generales?

“Hunting Rats” va de la guerra eterna contra la ignominia humana, es una proselitista oda al nihilismo, la más sangrienta y aberrante de las venganzas, la desesperación y la profunda desazón. Es pura aversión hacia la lastimosa humanidad. Quizá la más críptica de todas sea “Putrid Whore – The Holy Church”, también “Hunting Rats”, donde narramos la concienzuda persecución de los cristianos y su posterior aniquilación sistemática. Y claro, ‘el cristiano’ es un término que abarca a muchos estamentos de esta atomizable sociedad, que no es demasiado diferente de la de hace varios siglos. Justicia herética para volver a teñir de sangre el Gólgota. No has encontrado las letras porque también tenemos algo de vista, y entendemos que el actual sistema penal hecho a medida por esta dictadura ultraliberal podría traernos problemas. Seguro que les encantaría poder llevar a la Audiencia Nacional a otra banda, esta vez por proclamar las ganas que tiene de arrancarles la cabeza, violar a sus viudas, profanar la tumba de sus hijos y encular a todo lo que se ponga por delante. “For My Honor” es la peor de todas sin duda, pero mejor se queda entre nosotros… Lo que sí me gustaría recalcar a raíz de algunas cosas que he leído por ahí es que Barbarian Swords no es una formación satánica ni lo será nunca. Le tengo demasiado respeto a esa materia como para frivolizar sobre ello. Si no hay ni una sola mención a Satanás ni a su culto en todo el debut, no entiendo por qué la gente nos identifica con ello… He sido muy cuidadoso para que así sea, pero parece que no hay manera.

Me encanta lo evocador del título “Pyrenean Nightfall”. ¿Cuál es tu relación con el Pirineo?

El Pirineo es el único lugar medianamente puro que queda sin mancillar en mi tierra, Catalunya. Una sola brizna de hierba del Pirineo me merece mucho más respeto que cualquier vida humana. Actualmente vivo mucho más cerca de él de lo que nunca hubiera imaginado, así que mi dicha es grande. Escuchar su silencio, aunque parezca un antagonismo, o incluso acercarse a él a solas con black metal es una sensación indescriptible, mágica. La humanidad se ha entestado en negar la existencia de todo aquello que no puede comprender, que teme y no puede controlar, ha entronizado la ciencia cuando ésta sólo explica sucesos ya existentes desde hace millones de años. En la soledad del Pirineo puedes llegar a atisbar que hay poderes que nunca dominaremos, que están fuera de nuestros parámetros físicos. Algo te eriza el bello y no alcanzas a saber por qué. Bien, “Pyrenean Nightfall” habla de un poder dormido durante siglos que despierta para terminar con el supuesto dominio humano de la zona, un poder prohibido e inalcanzable para nosotros que lleva reinando y reinará mucho después de que nosotros, al fin, sólo seamos motas de polvo, simples anécdotas, en un universo en continua expansión. Negras entidades saldrán de la sombra y ya no habrá vuelta atrás, y espero que sea más temprano que tarde.

Teniendo en cuenta tus quehaceres diarios, que sé que son multitud, ¿qué es Barbarian Swords para ti, un capricho o una necesidad?

Más bien una jodienda (risas). No, ahora en serio… Creo que ninguna de las dos cosas. Nunca he tenido la necesidad de tener un grupo y creo que sigue siendo igual, me divierto con estos crápulas yendo lo más lejos posible con nuestra horripilante propuesta, así que si es un capricho, el cabrón sale caro de cojones. No hay nada más caro que tener un grupo en los tiempos que corren, ¡y eso que yo no preciso de cabezales, cuerdas o instrumentos! Ahora que ya no vivo en Barcelona disfruto más del grupo, la verdad, ¡pero que ellos no se enteren! (risas). Ensayar cuando puedo ayuda a que no me resulte tan ‘esclavo’, pues, como ya has comentado, son muchos los quehaceres que ocupan mi vida diaria… ¡Y varios del grupo están igual! Creo que Barbarian es un divertimento que se está volviendo serio, pero sin pasarse.

El título “Hunting Rats” es toda una declaración de intenciones. En un país donde parece haber más ratas que habitantes censados, si en vez de un álbum “Hunting Rats” fuera un videojuego, ¿cuál sería la rata jefe que tendrías que aniquilar para llegar al final?

Sin duda, la más divertida de cazar sería esa putera a la que constitucionalmente es imposible echarle el guante, aunque parece que finalmente sí lo sea su hija. Ésa que Franco nos impuso a dedo y que muchos cobardes subnormales perpetuaron con la gran farsa del 78. Pero la verdad es que en los tiempos que corren es complicado esclarecer quién es tu enemigo… Todo está diluido, sólo podemos llegar a avistar a sus títeres. Parece que Botín y nuestro amado Gobierno y Presidente personifican el absolutismo económico, pero no hay que olvidar que sólo son burdos muñecos de Bruselas, y ese Parlamento lo es de Merkel, y Merkel a su vez lo es de Estados Unidos, y los estados están regidos por los Mercados y los grandes accionistas. Si tuvieras mil sogas preparadas, no sabrías muy bien a quién ejecutar. Son serpientes muy inteligentes a las que ya no les hace falta un garrote vil, sino amenazar con el desahucio y el paro indefinido. Aunque su hora debería llegar, porque tristemente, con violencia hemos avanzado y con violencia saldremos de ésta, por mucho que esté de moda negarlo.

Supongo que está descartado que salgáis de gira. Pero, ¿tenéis algún concierto previsto para informar a nuestros lectores?

Exacto, no saldremos de gira. Shows interesantes esporádicos y poco más, a mí personalmente no me interesa la vida en la carretera. Si finalmente no sale un show con una reputada banda black en Barcelona, supongo que la fecha más cercana será con Agónica en Barcelona el mes de junio ya.

Dime tres discos sin los que Barbarian Swords no existirían y otros tres discos nacionales que creas absolutamente infravalorados.

Nunca me he parado a pensar qué nos inspira, pues son backgrounds tan interiorizados durante años que hasta que no te pones un disco suyo o vas a un show no te das cuenta de cuánto te ha marcado ese artista… Supongo que con “Last One On Earth” de Asphyx, “Transilvanian Hunger” de Darkthrone y la compilación “Demon Entrails” de Hellhammer te haces una idea de cómo suenan Barbarian Swords. Respecto a la segunda parte de los álbumes nacionales, diré que, junto a “Exodromos” de Wormed, el mejor álbum de metal extremo y parte del otro que se ha hecho nunca en este país es “Som” de Vidres A La Sang. Y para rematarlo, citaré “Psy Atman” de Atman, cualquiera de ellos de hecho, y “CWM ANNWN” de Argar.

Pues terminamos, muchas gracias por tu tiempo y si tienes algo más que añadir, ya sabes…

Muchas gracias por las preguntas y vuestro tiempo. Cazad a una puta rata, violadla hasta la muerte y veréis cómo mejora vuestro estado de ánimo. Y si no os limitáis a ella y lo extendéis a su familia, mucho mejor.



Podéis escuchar “Hunting Rats” en:
barbarianswords.bandcamp.com

y seguir a la banda en:
www.facebook.com/BarbarianSwordsOfficial
twitter.com/BarbarianSwords

  


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