CRÓNICA

Crónica: Jorge Pérez
Fotos: Tania Albarracín, Devildriver

Viendo la cantidad de giras de grupos americanos que pasan por el resto de países europeos y que no se acercan a España ni siquiera por equivocación, fue una auténtica sorpresa cuando las promotoras Last Tour International y Frontline anunciaron que esta gira de Devildriver iba a hacer 4 paradas en nuestro país. Además de las ya habituales Barcelona y Madrid se le añadía un par de fechas más en el norte, una en Vigo y otra en Bilbao y es que sin llegar a ser un grupo que mueva masas si que cuentan con bastantes seguidores entre el público más joven, capaces de llenar 4 salas de un aforo similar al de Apolo 2.

Para abrir la noche teníamos la vuelta a los escenarios de los catalanes The Eyes que después de casi un año desde su última actuación volvían a lo grande, teloneando a un grupo internacional como Devildriver. Además se presentaban con un cambio importante en sus filas, la baja del cantante Iván unos meses atrás hizo que el grupo se pusiera a buscar un sustituto y el elegido finalmente fue Jordi (también cantante de Stained Blood), que como pudimos comprobar esta noche dio la talla aunque quizá le falte ese punto de espectáculo que tenia Iván. Por lo demás dieron un buen concierto aunque la sonorización se podría haber mejorado ya que muchas partes no acababan de sonar demasiado claras y se perdían detalles de guitarra o batería. Pese a esos problemas técnicos el grupo se entregó mucho y así pudimos volver a disfrutar de temas de su debut como “Save Us”, “Bleeding Before Death” o “Flames Again” además de poder escuchar también temas nuevos que incluirá su segundo disco, algunos de los cuales llevan ya tiempo tocando en sus conciertos junto a otros que escuchábamos por primera vez.

Después del buen sabor de boca que nos dejó The Eyes y tras el descanso pertinente salían al escenario los cabezas de cartel y motivo por el que estaba allí la mayoría del público, Devildriver. Para empezar abrieron con su último single "Not All Who Wander Are Lost”, un buen tema para comenzar a calentar el ambiente aunque en este caso tampoco estuvo acompañado de demasiado buen sonido, por suerte el técnico pudo subsanar los problemas y hacer que aquello se escuchara de manera bastante decente el resto del concierto. Así fueron cayendo más temas de su último trabajo como “These Fighting Words”, “Clouds Over California” o “Burning Sermon”, alternadas con temas más antiguos como “I Dreamed I Died” o “Nothing's Wrong“, en todo momento los músicos demostraban una calidad y una técnica impecable y Dez se mostraba como un gran frontman, sin llegar a ser un Phil Anselmo o un Robb Flynn si que es verdad que sabe mover bien al público y hacer que en cada tema se monte un buen pit como por ejemplo pasó con “Sin And Sacrifice” o “I Could Care Less”, 2 canciones que se pueden considerar ya prácticamente clásicos del grupo. Para la parte final del concierto recuperaron “Guilty As Sin” tema que solo aparece en la edición especial de su segundo trabajo además de otros 2 temas de ese disco como “Before The Hangman's Noose” y la mítica “End Of The Line”.

Tras varios problemas con el amplificador del bajista durante los cuales Dez aprovechó para pegarle algún que otro tiento a una botella de vino además de comentar al público las ganas que tenia de ir a comer sushi y beber sake, volvieron para despedirse con el tema “Meet The Wretched” donde consiguieron abrir un hueco en el público y conseguir convertir casi toda la sala en un circle pit.

Así pues con ese tema terminaba el concierto que, sin ser el mejor concierto del año, se lleva buena nota tanto por los teloneros como por el cabeza de cartel, la única nota negativa se la tendríamos que dar a los técnicos de sonido o bien a la sala en sí, ya que durante ambos conciertos hubo momentos donde todo sonaba demasiado sucio y apelotonado.