progressive metal / post-hardcore
 Gospel
The Loser
ZONA-ZERO
90
7 VOTOS
87
+
Gospel

The Loser

Publicación:
Mayo 2022
Sello:
Dog Knights
Productor:
Kurt Ballou
Género:
metal, punk-core
Estilos:
post-hardcore, progressive metal

Tracklist

  • 01. Bravo
  • 02. Deer Ghost
  • 03. Hyper
  • 04. S.R.O.
  • 05. Tango
  • 06. White Spaces
  • 07. Metallic Olives
  • 08. Warm Bed

Miembros

  • Adam Dooling: guitarra, voz
  • Sean Miller: bajo
  • Jon Pastir: guitarra, teclado
  • Vinny Roseboom: batería

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Análisis

por el 11 May 2022
2871 lecturas
Tengo bastante claro que uno no elige a sus bandas favoritas, sino que son las bandas favoritas las que lo eligen a uno. Los gustos son subjetivos y personales, sí, pero también son en un alto grado irracionales: podemos tratar de ponerlos en orden y comprenderlos hasta cierto punto, pero a menudo lo que hace que ciertas bandas o artistas nos atrapen es bastante inexplicable. Puedes pensar que en general te gustan los tempos acelerados, las letras comprometidas, las voces femeninas o los solos de theremín... ¿Pero por qué? Ahí está la clave a menudo indescifrable de nuestras afinidades musicales.

El caso es que yo no he acabado de tener mucha suerte con las bandas que me han elegido para que sean mis favoritas. Muchas de ellas, demasiadas, han tenido a bien torturarme durante años a base de privarme del placer de recibir más música por su parte. Ya no hablo solo de largos períodos de tiempo sin editar nuevas referencias; hablo de décadas enteras sin noticias de ellas, sin pistas siquiera sobre si siguen activas o no, que ni eso me han dado para tranquilizarme. Me lo hicieron Circle Takes the Square con los ocho años de espera entre "As the Roots Undo" y "Decompositions: Volume I" (aquí seguimos, de nuevo, 10 años después sin saber si habrá algún Volume II... y no parece). Me lo hicieron Godspeed You! Black Emperor durante los diez años que transcurrieron entre "Yanqui U.X.O." y "Allelujah! Don't Bend! Ascend!". Me lo hicieron también Yndi Halda con los once años de silencio entre "Enjoy Eternal Bliss" y "Under Summer". Y me lo han hecho Gospel: diecisiete años (¡diecisiete!) sin confirmar ni desmentir si "The Moon Is a Dead World" tendría alguna vez continuación.

Mis grupos preferidos, confabulados para ponerme siempre en un brete. Porque si algo me han enseñado estos y otros muchos ejemplos es que tales períodos de ausencia son casi siempre combustible para la decepción. Mentiría si dijera que no disfruté de todas esas reapariciones inesperadas (al fin y al cabo, siguen siendo buenos discos), pero la sensación en casi todos los casos fue la de que faltaba algo, que ya no era lo mismo. La decepción también es una sensación tremendamente subjetiva. Depende exclusivamente de nuestras expectativas, y en casos como este es inevitable tenerlas por las nubes.

Estamos hablando de un grupo que viene de entregar un álbum que ha se ganado con merecimiento un estatus de culto a lo largo de todo este tiempo. "The Moon Is a Dead World" no solo fue un gran disco, también era único en su especie: una mezcla improbable de hardcore, screamo y rock progresivo que funcionaba sorprendentemente bien. El hecho de que haya pasado tanto tiempo desde su lanzamiento solo contribuye a inflar el deseo de que su regreso esté a la altura. Y ahí es donde vienen las dudas. No son pocos los grupos que han vuelto tras largos paréntesis solo para entregar un trabajo muy lejos del nivel que se les presuponía.

Quizá sea culpa nuestra dar por hecho que todo sigue igual, como si el tiempo no pasara para todos. En el caso de Gospel, ¿cómo y cuánto han podido cambiar los miembros de la banda, sus gustos, su técnica, las relaciones entre ellos, su química a la hora de tocar juntos después de tantos años? Para añadir un elemento más de incertidumbre, aquella fue su única obra. Siempre es más fácil saber qué esperar de una banda con una larga trayectoria. Aparte de aquel debut, solo contábamos con un tema suelto titulado 'Tango' y un bootleg no oficial en directo de una canción de 23 minutos titulada 'The Magic Volume of Dark Matter' como referencias para tener en cuenta. Resulta difícil trazar una evolución con un material tan escaso y, además, tan lejano.

Aquí llega, pues, la decepción obvia que estabas sospechando desde hace un par de párrafos: efectivamente, "The Loser" no es "The Moon Is a Dead World". Pero ahora viene la buena noticia que me he estado guardando para darte justo después y dejarte con buen sabor de boca: tampoco lo pretende. Gospel han vuelto con un disco que retiene los elementos indispensables para que la identidad de la banda siga intacta, pero que a la vez trae suficientes novedades como para que esto no parezca un mero autohomenaje. Es diferente, pero en el fondo todo sigue igual. Ya puedes suspirar de alivio.

Si hablar de Gospel era hablar de teclados setenteros apareciendo de la nada en mitad de vendavales de pura tralla hardcoreta, ahora han decidido darles más protagonismo hasta el punto de que en 'Bravo' son omnipresentes. Un tema de apertura que precisamente por eso desconcierta en su primera mitad hasta que aparece, por fin, la seña de identidad que tanto hemos echado de menos: esos riffs que me gusta describir como circulares, que parecen dibujar un tornado, que dan vueltas sobre sí mismos. Esos que nos enamoraron en temas como 'Paper Tiger' o 'Golden Dawn'. Esos que solo ellos saben componer y que hacen tan necesaria esta vuelta. 'Deer Ghost' sube la apuesta con un tema del que no nos sorprendería que nos dijeran que fue concebido para su debut y que podría, también por calidad, haber formado parte de él sin desentonar. Puro Gospel en su máxima expresión, una de sus mejores canciones.

Para cuando llega 'Hyper', ya con la tranquilidad de saber que la banda no ha perdido ni la forma ni el fondo, empezamos a constatar lo que falta. Su núcleo más hardcore y extremo, aquel que nos regalaba en su debut las partes más aceleradas y los cambios de tempo y compás más locos, ha quedado reducido a su mínima expresión y solo aparece en momentos puntuales. Ha ganado terreno una influencia post-harcore que dota a las canciones de una mayor cohesión y estructuras menos intrincadas. Nada que objetar: precisamente son aquellas partes las que peor han envejecido de "The Moon Is a Dead World", que no era perfecto aunque nos guste pensar que sí. 'Hyper' y 'S.R.O.' son dos buenos ejemplos; con sus seis minutos de duración cada una, presumen de una consistencia de la que carecían algunos de los cortes más largos de aquel primer disco. Y son, dicho sea de paso, otros dos temas de gran factura que completan una primera mitad magnífica.

La segunda mitad reserva un menú más variado. Para empezar, se apuntan el acierto de haber regrabado para la ocasión 'Tango', aquel single que editaron en 2010 y que suponía su última referencia de estudio. Un tema que no se desviaba de lo ofrecido en el debut cinco años antes y que encaja como un guante en "The Loser". Algo parecido se puede decir de 'Metallic Olives', un auténtico ejercicio de maestría que, siendo el momento más progresivo y a la vez más puramente hardcore del disco, marca otro de sus puntos álgidos.

Son 'White Spaces' y 'Warm Bed' las canciones que se apartan más de la estética del álbum al tener un enfoque más directo y, por decirlo de alguna manera, convencional. Quizá lo más flojo del conjunto, pese a que la primera deja una curiosa estrofa final en la que el aparente desinterés de Adam Dooling por vocalizar acaba siendo un recurso muy efectivo y la última nos regala una segunda mitad épica que cierra el disco de una manera más que satisfactoria con ecos evidentes de su primer álbum.

Estos son los Gospel de 2022: una banda más centrada, menos imprevisible, pero a la vez más efectiva y consciente de lo que quiere hacer. Y una banda que también deja atrás el injusto estigma de tener un percusionista con un nivel muy superior al de sus compañeros. Casi se me olvida comentar que Vinny Roseboom es uno de los baterías más creativos e impresionantes que he tenido el privilegio de escuchar y "The Loser" vuelve a ser, como era "The Moon Is a Dead World", un disco que merece la pena escuchar solo por su aportación. Ahora bien, que nos os engañen las malas lenguas porque no era lo único bueno de aquel debut y tampoco de este segundo trabajo. Sí es verdad que encontramos aquí a un grupo mucho más maduro, como cabría esperar, y que ha mejorado a la hora de componer canciones.

¿Decepción? Ninguna. Han merecido la pena, y mucho, la espera y la incertidumbre por la ausencia de noticias durante más de una década. No creo que "The Loser" alcance los picos de genialidad que ofrecían 'Golden Dawn', 'Paper Tiger' u 'Opium', pero a cambio tenemos un disco más consistente, con más momentos destacados y una producción más nítida a cargo de un Kurt Ballou que, a juzgar por el sonido de ambos trabajos, también ha aprendido algo a lo largo de todos estos años. La sombra de "The Moon Is a Dead World" es alargada, pero estos tíos son muy grandes.


Lo Mejor: Constatar que la personalidad del grupo sigue intacta después de tantos años de silencio y que conservan todos los rasgos que los hacen únicos.

Lo Peor: Haber tenido que esperar tanto para tener noticias de ellos y no saber si esto seguirá igual en el futuro.
 


COMENTARIOS

7 Comentarios

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    spin
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    tanoka
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    Fuel
  • 88 Muy Bueno
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    Wakibu
    Enorme.
  • 85 Muy Bueno
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    rucius
  • 90 Muy Bueno
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    MONs
  • 90 Muy Bueno
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    Wirrak
 

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