CRÓNICA

Cambio de sala por no estar a punto la nueva Zentral Café Teatro, baja de los teloneros Devil You Know, y por si fuera poco una última polémica surgida a raíz del "veto" a los fotógrafos de medios digitales. Todo eso es lo que rodeaba la gira de Machine Head, y más en concreto la fecha de Pamplona, pero aún y todo la gente llevaba meses esperando este día.  Aquí no se está acostumbrado a eventos de tan primerísima línea, y además era la primera vez de los de Oakland por estas tierras.

Fuera llovía a cantaros, así que a las 8 en punto ya estaba más de la mitad de la sala llena esperando a que saldrían Darkest Hour, bien por curiosidad o bien por hacer tiempo. Sin apenas retraso sobre los nuevos horarios salieron a escena, y con un sonido altísimo (el bombo te retumbaba hasta dentro) arrancaron con "Wasteland" y "Rapture In Exile" de su último disco, del que abarcarían más de la mitad del show.  Poco a poco se fue equilibrando el sonido y también pudimos escuchar varios temas del anterior "The Human Romance", aunque sólo concedieron material antiguo hacia el final, como "With A Thousand Words To Say But One" con la que se despidieron tras 40 minutos. Estuvieron correctos.

Ahora hubiera sido la hora de ver a Howard Jones y su nueva banda, pero lo cierto es que ni a esta ni a ninguna otra. Que el precio de la entrada sea tan elevado y no se ponga un relevo en el cartel con tanto tiempo me parece un asunto a tener en cuenta (no olvidemos además que Darkest Hour ya fueron uno de los teloneros de la última gira de Machine Head). Así pues sólo quedaba esperar a que llegase la hora de la verdad, y no fue hasta otros 40 minutos después. Con un escenario decorado con el artwork (en rojo) del último disco y el símbolo del grupo por todos los lados fueron saliendo los californianos mientras sonaban los violines que abren "Bloodstone & Diamonds".  Entre que la abarrotada sala (no fue sold-out pero cerca andaría) estaba con ganas de entrar en calor y que te plantan un inicio con "Now We Die", "Imperium" y "Beautiful Mourning" en toda la cara pues la respuesta era evidente, junto con el tramo final lo más movido de toda la noche.  Con el inicio de "Locust" llegó algo de calma, y también con la recuperada "Bite The Bullet" pero esta vez por la respuesta de un público que parecía no conocerla o sólo estaba ahí para los clásicos más escuchados. Con lo que agradezco yo estas cosas...  Tras la primera mención al pasado con "Ten Ton Hammer" y el típico discurso de Robb Flynn llegó el momento emotivo de la velada, una "Darkness Within" muy coreada por el público y que tiene pinta de quedarse en el repertorio una buena temporada visto lo visto. En la siguiente tirada tuvimos temas de todas sus etapas, una "Bulldozer" que resiste otra gira más, otra novedad como "Killers & Kings" pasando la prueba del algodón, y la eterna "Davidian". En este momento es cuando me di cuenta que esto se iba acabando y que el tercer tema nuevo que venían haciendo (alternando "Night Of Long Knives" con "Ghosts Will Haunt My Bones") no iba a caer en Pamplona. A pesar de ello la actitud del grupo fue inmejorable como (casi) siempre; Flynn carismático, Demmel elegante, McClain en su línea, y un nuevo Jared MacEachern a las cuatro cuerdas muy integrado y con más protagonismo del que esperaba a pesar de que tuvo algún problemilla con su instrumento.

Un pequeño respiro que no llegó a parón dio paso a "Aesthetics Of Hate" y a la recta final de la actuación, junto con "Old" y el nuevo himno "Halo". Los temas antiguos siguen siendo inmortales, pero cada vez veo más comunión público-grupo con los temas del "The Blackening". Los duelos espalda con espalda o como si las guitarras fueran espadas son dignos de admirar, y escuchar a la gente corear cada punteo pone los pelos de punta.  Seguro que a muchos no les ha hecho tilín su nuevo disco, pero de que en directo son unas bestias creo que no queda ninguna duda.

Jorge Azcona
Foto: Facebook Zentral Café Teatro.