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 Muse

CRÓNICA

Muse
Muse, Editors, The Big Pink
16 de Junio de 2010 por Israel Higuera Estadio Vicente Calderón, Madrid 4548 lecturas

Crónica: Israel Higuera
Fotos: Gonzalo Puebla

Qué mejor escenario que el de las grandes gestas de esta temporada en España, las que ha librado un glorioso Atlético de Madrid, para albergar uno de los espectáculos más épicos de la actualidad. El Vicente Calderón se preparaba para acoger la actuación de Muse, y allí nos presentamos con la decepción de haber visto caer, pocos minutos antes, a nuestra selección en el debut mundialista ante Suiza. Las ironías de la vida…

Desde varias horas antes de la apertura de puertas los alrededores del estadio presentaban un ambiente inmejorable. Pese a las nubes que amenazaban con ponerse a ducharnos en cualquier momento, miles de personas hicieron larguísimas colas para acceder antes que nadie al recinto. Desde púberes adolescentes hasta entrañables puretas, había gente de todas las edades y nacionalidades. Se notaba en el ambiente que era una fecha señalada. Y es que aunque el trío británico nos visitó hacía tan sólo ocho meses, venían aquí para aprobar su particular reválida. Los que asistimos a aquellos conciertos de noviembre salimos con una sensación prácticamente unánime: Muse estaban ya al nivel de los grandes y había llegado el momento de dar el salto. Pocos meses después, nos enteramos de que el grupo emprendería una gira por estadios de toda Europa.


Nada más entrar en el estadio, la cosa ya prometía. El escenario era una suerte de edificio de arquitectura efímera. La estructura en cuestión era triangular, y dos de sus vértices se desplegaban de una esquina a otra de uno de los fondos; el tercero miraba hacia el centro del campo, es decir, hacia el público. Se levantaba del suelo hasta unos 20 metros, rematado por una gran bola. En el centro, el escenario en sí, cubierto totalmente por dicha estructura e iluminado por 64 focos dispuestos en un rombo de ocho por ocho. Sin luces ni nada ya era espectacular, como una gran nave espacial aparcada en mitad del campo, y se dejó notar cierta impaciencia por saber qué secretos y trucos escondería semejante monstruosidad.

Mientras seguía el goteo de espectadores los primeros teloneros salieron puntualmente a un escenario adornado con motivos de color rosa. Todo para la actuación de los británicos The Big Pink, que calentaron al público con su post punk industraloide, pero sobre todo por el carisma de su batería Akiko Matsuura, una chica japonesa que salió al escenario vistiendo un bañador rosa. Media hora de concierto, otra media espera y de nuevo puntualmente aparecieron Editors, que desplegaron un pequeño setlist con sus mayores éxitos, incluyendo “The End Has a Start”, “Papillion” o “Munich”, con cierta respuesta del respetable. Pero el público venía a lo que venía y conforme se acercaba la hora de que salieran a escena Bellamy y los suyos, el estadio se fue llenando cada vez más y más, con la buena noticia de que se empezaban a ver claros en el cielo y la amenaza de lluvia parecía desaparecer. El concierto se iba a celebrar en las mejores condiciones.

Con 20 minutos de retraso por primera vez en toda la tarde-noche, llegó el momento. Las luces se apagan, suenan sirenas y cuando vuelven a encenderse, vemos a un grupo de encapuchados irrumpir en el escenario con banderas de La Resistencia en las que se podían leer versos de “Uprising”. Los encapuchados se diluyeron entre el público y fue entonces cuando Matthew Bellamy, Christopher Wolstenholme y Dominic Howard aparecieron para hacer sonar las primeras notas de la canción que abre su último disco. Y fue entonces cuando descubrimos que aquellas grandes paredes que se levantaban ahora sobre ellos servirían para todas las proyecciones del concierto.

La primera mitad del concierto pasó sin mayores sorpresas en lo que se refiere a escenografía, excepto por una gran explosión de serpentinas y confeti durante “Guiding Light” (canción que por cierto no sé cómo siguen tocando viendo la tímida respuesta que suscita en cada concierto, aparte de ser una de las peores que han hecho nunca). Sí que las hubo en cuanto al setslit, ya que pocos esperaban escuchar “New Born” tan pronto como en la tercera canción o que incluyeran “Neutron Star Collision”, la polémica canción compuesta para una de las películas de la saga Crepúsculo. Aunque las mayores sin duda fueron “Bliss”, una de las poco comunes en sus últimos años y que probablemente tocaran a raíz de las votaciones que en su web pedían al público que eligieran la canción que más ganas tenían de ver en cada concierto; y “Nishe”, una cara B que hizo que Matt se sentara al piano, del cual no se movería hasta haber tocado también “United States of Eurasia” y “Feeling Good” . También sonaron “Supermassive Black Hole”, “Map of the Problematique” e “Hysteria” (precedida de su interludio en el “Absolution”), con lo que la primera hora fue bastante entretenida con grandes temazos intercalados con rarezas que fueron muy bien recibidas (incluido ese amago de flamenco de Matt).

Los músicos lo estaban bordando. El sonido fue inmejorable en todo momento con Matt dándolo todo, haciéndole auténticas perrerías a su guitarra en “Hysteria” y “New Born”, sin parar de moverse por el escenario y cantando como siempre. Por su parte Chris a lo suyo, basta con verle los 10 primeros segundos para saber lo que va a hacer el resto del concierto. Su único movimiento de cuello puede ser de lo más soso, pero ya es una marca de identidad. En cuanto a Dom, como siempre fue el más comunicativo y se notaba que disfruta de cada concierto como si fuera el primero. Pero a partir de “Feeling Good” la cosa dejaría de ser un buen concierto de rock y pasaría a ser otra cosa, algo más grande.

Desaparece Bellamy del escenario y Chris y Dom se colocan en el centro dándose la espalda; el primero con su bajo y el segundo, también de pie, delante de dos grandes tambores con luces que cambiaban de color a cada golpe. Se acercaba la “MK Jam”, ese interludio drum ‘n’ bass que tocan en sus últimas giras para que Matt no sea el único que se lleva la gloria. Buen detalle. Al igual que en sus anteriores conciertos, pero no por ello menos sorprendente, estaban sobre una plataforma que daba vueltas, pero además de eso avanzaba invadiendo el espacio del público. Con este mismo truco y uniéndose Matt con esa especie de guitarra-teclado que tiene comenzaron a tocar “Undisclosed Desires”. Y no sólo dio vueltas la plataforma, no sólo se metió entre el público sino que además se elevaba. Y allí estaban ellos, dando vueltas y tocando a tres metros sobre nuestras cabezas. La cosa empezaba a ponerse imprevisible.

Desde ese momento hasta su primera retirada del escenario desgranaron los típicos temas de sus últimos setlists: “Resistance”, “Starlight”, “Time is Running Out” y una “Unnatural Selection” que sonó como ninguna, con una fuerza impresionante. Tras eso, un descansito de cinco minutos y vuelta para empezar su bis como de costumbre con una canción lenta, la única que tocaron de su disco debut: “Unintended” fue uno de los momentos mágicos de la noche en el que el grupo pidió que el público encendiera sus móviles y mecheros. Mirar hacia atrás y ver las gradas, ya repletas, adornadas con cientos de luces mientras la melodía inundaba el estadio no tuvo precio.

Y tras el momento íntimo comenzó la locura final. Sonaban los primeros compases de la primera parte de “Exogenesis Symphony”, y no estaba tan descaminado al afirmar nada más llegar al estadio que semejante escenario no podía ser otra cosa que una nave espacial que eventualmente saldría volando. De la parte izquierda de la estructura asomó un gigantesco OVNI de unos diez metros de diámetro que sobrevoló a todo el público y, una vez en el centro de la multitud, dejó caer una contorsionista que hizo sus movimientos colgada de ahí, al estilo de lo que pudimos ver en el dvd “HAARP”. Y sin tiempo para asimilarlo, “Stockholm Syndrome” nos dejó a todos destrozados con un final apoteósico y lleno de rabia tras el que se despidieron de nuevo. Pero aún faltaba algo, no habían tocado “Knights of Cydonia” y las luces no se habían encendido. Y efectivamente escuchamos cómo empezaba “Take a Bow” y esta vez era Matt el que salió solo, con su guitarra, para subirse de nuevo a la plataforma. Y tanto le había gritado la gente “torero, torero” durante su actuación que salió con un traje de luces, aunque de manera literal. Traje negro y luces rojas y azules que parpadeaban por todo su cuerpo, rematado por unas ridículas gafas azules con más luces todavía, en este caso blancas. Y tras “Take a Bow”, de esa guisa tocó, ya con el resto del grupo y en el escenario, “Plug in Baby”, y después de esa “Man with the Harmonica” nos llevaría a “Knights of Cydonia” para terminar de rematarnos. Y, por emplear una jerga al uso, “se cayó el estadio”.

Muse nos dejaron esa noche a todos con una sonrisa en la boca además de los músculos destrozados. Dos horas con algunos de sus mejores temas, algunas novedades con respecto a sus últimos conciertos en España, un espectáculo de luz y sonido sin igual, un sonido impecable, tres músicos (o cuatro, contando con la presencia de Morgan Nicholls como siempre ayudando a los teclados) disfrutando y en un momento de forma envidiable, además de momentos como la caída de esas bragas de cuello vuelto sobre el escenario (“massive underclothes”, que dijo Dom), el intento de chapurreo de Matt en castellano o el karaoke improvisado con “House of the Rising Sun”. Pero sobre todo con grandes trucos y performances con los que sorprender al público. Y si no se les acaban las ideas, difícil será sacarlos de los estadios en lo que les queda de carrera. Mitos del rock, abran paso: Muse han llegado al Olimpo.


SETLIST
01. Uprising
02. Supermassive Black Hole
03. New Born
04. Map of the Problematique
05. Neutron Star Collision
06. Bliss
07. Guiding Light
08. Interlude
09. Hysteria
10. Nishe
11. United States of Eurasia
12. Feeling Good
13. MK Jam
14. Undisclosed Desires
15. Resistance
16. Starlight
17.Time Is Running Out
18. Unnatural Selection
(Intermission)
19. Unintended
20. Exogenesis: Symphony Part 1 (Overture)
21. Stockholm Syndrome
(Intermission)
22. Take a Bow
23. Plug in Baby
24. Man with the Harmonica
25. Knights of Cydonia

COMENTARIOS

1 Comentarios

  • #1
    USER_AVATARel 22 de Junio de 2010
    rearviewmirror
    Caramba! no sabía que ahora soy fotografo de Z-Z :P Sobre el concierto en si, bastante parecido a lo que se vió en noviembre, solo que con un escenario más grande y apropiado para estos recintos y las sorpresas de Bliss y Unintended principalmente... aún asi esta gente ya tiene un nivelazo para estar durante años tocando en estadios y ese dia lo demostraron


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