CRÓNICA

Mucho se ha hablado sobre la vuelta a la actividad de Refused. Y es normal, estas situaciones siempre generan controversia entre el público, y mas si eres una de esas bandas con fuertes ideales reflejados en tus letras, como es el caso de los suecos y encima te despediste de aquella manera.

Pero no estamos aquí para hablar de esos temas, así que trataré de dejarlo al margen en lo posible y centrarme en ese regreso a los escenarios tras catorce años de ausencia, periodo durante el cual la banda ha aumentado su popularidad en gran medida. Aún así no fue suficiente para llenar una sala de tamaño medio como es La Riviera, incluso con la parte de los balcones cerrada. Supongo que otros factores, como el precio de las entradas en esta época crisis o el hecho de que toquen poco mas de una hora, también han influido.

El caso es que para cuando entré en la sala, con Buena Esperanza, los primeros teloneros de la tarde-noche ya tocando, el aspecto era desolador. Su parte ya estaba acabando, y no le preste mucha atención.
Los segundos teloneros eran Moksha. No es un estilo que me entusiasme en exceso y la verdad es que su directo tampoco me convenció, ni a mi ni a la mayoría del poco público allí reunido.

Se acercaba la hora esperada por todos. Las críticas de otros conciertos previos los abalaban, y la sala comenzaba a llenarse un poco más, aunque siempre lejos del lleno.
Tras bajar un telón con el nombre del grupo se empezaban a oir los primeros compases de "The Shape of Punk to Come", sin nadie sobre el escenario. ¿Música enlatada? Pequeños temores saltaron a mi cabeza, rápidamente disipados. El grupo hacia acto de aparición, y el telón caía mientras Denis se ponía a los mandos del micro. A partir de ese momento fue un no parar.

Y es que si comenzaba el artículo hablando de las dudas que había sobre la actitud de la banda en algunos aspectos, pocas habrá a la hora de hablar de la entrega y contundencia con la que se desenvuelven cuando están sobre el escenario.
Un setlist casi conocido, con pocas modificaciones, donde los hits iban cayendo poco a poco. "Rather Be Dead", "Summerholidays vs Punkroutine" o "Hook, Line and Sinker" entre otras, sonaban mientras Denis no paraba de bailar, saltar, lanzar el micro, hacer posturitas... Se le veía con ganas, e incluso un par de veces bajo a cantar entre y sobre la multitud, que respondía, sobretodo en las filas mas cercanas al escenario. Todo ello acompañado de un espectacular trabajo de David Sandström desde la bateria, oculto tras ese bombo con el curioso lema 15 Toma la plaza.

"Worms of the Senses/Faculties of the Skull" ponía el punto final al set inicial. Un brevísimo descanso y la banda salía de nuevo, con una pequeña improvisación antes de la introducción de "New Noise". Todos sabíamos lo que venía ahora, y tras el grito de Can I scream??!!!! se desató la locura.
Como es habitual, "Tannhüser/Derivè" servía como cierre, con un último discursito de Denis antes de acabar la canción. Había leído tantas veces la cantidad de pausas que había, que la verdad es que no me parecieron demasiadas ni excesivas.

En total una hora y diez minutos de concierto. Con mucho movimiento en las primeras filas y un sonido arrollador. Por supuesto, no faltaron los típicos lamentos sobre el sonido que siempre acompañan a la sala La Riviera de la gente que se encontraba mas atrás, pero en general grandes sensaciones las que dejaron en su vuelta a la capital. Sin duda se puede afirmar que Refused are fuckin alive.