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 Toundra

CRÓNICA

Toundra + The Hardtops
Toundra, The Hardtops
23 de Febrero de 2013 por Gonzalo Puebla Joy Eslava, Madrid 3688 lecturas

Por mucho que lo hayamos dicho cientos de veces, debemos de insistir en ello. Hay que aplaudir el trabajo y esfuerzo de un grupo como Toundra y un sello como Aloud, que desde que decidieron cruzar sus caminos no han parado de romper los moldes de lo establecido en cuanto a la idea de cómo debe funcionar el negocio discográfico en nuestro país se refiere. Y es que ver como un grupo de rock instrumental con temas que sobrepasan los siete minutos de duración, que está en una casa discográfica que no se niega a ofrecer su música de manera gratuita y a precios asequibles para todos los bolsillos, merece toda nuestra sorpresa y admiración. Todo un ejemplo de que con esfuerzo, trabajo y un poco de talento, las cosas pueden funcionar estupendamente.

Que Toundra estén arrasando ahora mismo a todos los niveles en el panorama nacional quizás les resulte curioso a los más escépticos, pero a los que les llevamos siguiendo desde sus inicios cuando tocaban en Barracudas para 50 personas, a pesar de lo increíble que es todo lo que han conseguido hasta ahora, tampoco es que nos pille a contrapié, pues sabemos todo el curro que hay detrás… y qué coño, ¡se lo merecen! Que su primer concierto en Madrid desde hace más de un año, cuando llenaron La Caracol para cerrar la presentación de (II), fuese en la Joy Eslava, un recinto con capacidad para unas mil personas, no era ningún farol. Y efectivamente, a un par de semanas de la fecha, el cartel de “no hay entradas” ya se había colgado.

La expectación como es de imaginar era máxima y desde primera hora ya se formó una cola bien maja, digna de las grandes noches. Pero antes de lo que íbamos a presenciar, The Hardtops aparecieron puntuales en el escenario para ir abriendo el apetito. Quizás su elección como teloneros no pareciese la más adecuada, ya que su rock and roll con tintes punk y power pop no tenía absolutamente nada que ver con los protagonistas de la noche. Pero el combo liderado por Escri junto a miembros de Trono de Sangre y Emerge demostró que aunque han arrancado hace poco, ya tienen mucho rodaje y nos hicieron disfrutar con coplillas como “62’ Impala” o esa maravillosa “I Need You”. Que Esteban de Toundra saliese a marcarse junto a ellos el “High Voltage” de AC/DC, dejó patente la camaradería y el buen rollo existente entre ambas formaciones. Una manera inmejorable de arrancar la velada.

Y llegaba la hora. Nueve en punto de la noche y Esteban, Víctor, Alberto y Alex, acompañados al teclado por Manolo de The Hardtops y un cuarteto de cuerda, hacen acto de presencia sobre las tablas. Arrancan con “Ara Caeli” y “Cielo Negro”. Nos quedamos sin palabras. El sonido que sale de los altavoces es devastador y bello a partes iguales. Intensidad desde el primer momento, con una ejecución milimétrica, todo ello interpretado con una pasión que pocas veces se ve en los grupos grandes. Ver como Alberto y Esteban sonríen mientras se mueven al compás de su música encendiendo al público, a Víctor, más comedido, encargándose de clavar sus partes, mientras Alex detrás de los parches se encarga de repartir estopa con sus ritmos imposibles… simplemente lo dice todo. ¡Que grupazo, señores!

Poco a poco van recuperando temas antiguos, como la primeriza “Bajamar / Pleamar” con la que algunos les descubrimos hace años. Todo un clásico ya en su repertorio que sigue sonando de lujo. Siguen cayendo temas de (III). “Marte” nos aniquila por completo, para que acto seguido llegue uno de los momentos culminantes de la noche. Con 11 músicos encima del escenario (cuarteto de cuerda, teclados, Macon de Adrift a la guitarra acústica, Escri de The Hardtops en la solista, más los cuatros miembros de la banda) interpretan “Réquiem”. La magia se respira en el ambiente y cuando llega el solo aquello roza la perfección. A continuación, Escri vuelve a tomar el protagonismo con una versión de “I Believe In Miracles” de los Ramones, que suena como un cohete confirmando el fiestón que estamos viviendo. Mataríamos por ver a una banda de tributo así para los de Queens.

La cosa va llegando a su fin, pero antes suenan “Zanzibar” y “Espirita”, para ahora si decir adiós con esa montaña llamada “Bizancio” que nos pone a todos en pie para despedirles como se merecen, con todos los participantes dando las gracias a los que allí nos habíamos dado cita. Solo un detalle para terminar. El comprobar que tras solo unos minutos de finalizar su concierto más importante hasta la fecha, los cuatro miembros ya estaban entre el público nuevamente, atendiendo gentilmente a la clientela en el puesto de merchandising, o en la calle saludando a sus amigos, como si aquella extraordinaria actuación que acababan de realizar no hubiese sucedido. Humildad a prueba de bombas.

Con Toundra no hay límites, no hay techo (al menos por ahora) y desde luego, ya no nos quedan palabras. GRANDES.

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