El culebrón Lambesis tiene tintes épicos. Si la semana pasada el señor Warwick tachaba las acusaciones de falsas y fraudulentas y decía que habían sido instigadas desde la familia de Meggan Lambesis, ya que al parecer algún familiar directo trabaja para la oficina del sheriff del condado, ahora parece que la defensa se está ciñiendo a las drogas y a la religión para salvar a su cliente.
Según declaraciones a la NBC de San Diego, el abogado comentó que la "cultura del gimnasio" ha afectado a su cliente tanto física como mentalmente. Al parecer el anillo de ciclopentanoperhidrofenantreno es el culpable de que Tim Lambesis intentara contratar a un asesino para acabar con la vida de su esposa, ya que según Warwick los esteroides han transtornado a su cliente. Por lo visto, la obsesión del cantante por el gimnasio y los suplementos, a los que luego seguirían los esteroides, no sólo le afectaron físicamente aumentando su peso de 70 a 100Kg, sino que "No era la misma persona. Se convirtió en un ser muy irritable y perdió contacto con Dios", declaró su abogado. "Ha sido una terrible tragedia. Era un hombre cariñoso y gentil antes de tomar esteroides y hay que traerlo de vuelta". El caso es que Lambesis a día de hoy dice haber dejado los esteroides, tener la mente más despejada y ser consciente de su error, inducido totalmente por el ciclopentano y derivados. En un régimen de aislamiento total, para permanecer alejado del resto de internos, el frontman recibe regularmente visitas del capellán de la cárcel para recuperar el favor de Dios y recibir consejos del clérigo.
El diario The San Diego Union-Tribune ha publicado también que durante el juicio del pasado viernes la fiscal Grasso declaró que Lambesis estaba dispuesto a pagar 20.000$ para el asesinato de su mujer y que ni siquiera pestañeó cuando comentó este hecho en el gimnasio y al detective de incógnito que sirvió de gancho para su detención. De momento el cantante seguirá encarcelado a la espera de juicio. Se enfrenta a una pena de 9 años de prisión con bastantes pruebas en su contra.