• Angelus Apartida: Diario de Gira parte 4

    Publicado el 2 de Mayo de 2016 por RockZone
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    Angelus Apartida: Diario de Gira parte 4
    Aquí os presentamos la última parte del diario de gira de Angelus Apatrida por latinoamérica. El grupo está en estos momentos en China donde dará inicio a su gira por Asia y Oceanía.

    Diario de Gira parte 4:
    El segundo concierto en Colombia fue en Medellín. Una ciudad que teníamos muchas ganas de visitar porque durante todo el viaje la gente nos había dicho que es un sitio precioso. Bueno, por eso y porque hay bastante enganche en nuestro grupo con Narcos, la serie.

    No pudimos ver mucho, pero comprobamos en seguida que se trata de un lugar muy distinto a como era hace muy poco. En tan sólo 5 años ha dejado de ser una de las ciudades con más homicidios del mundo a convertirse en una de las urbes más seguras de Colombia. Allí pudimos probar uno de los platos más populares de la gastronomía local, la bandeja paisa. Decididamente, no fue la mejor idea para antes de tocar. Su mezcla de torreznos, frijoles y arroz pesaba como el cemento.

    El concierto fue muy parecido al del día anterior en Bogotá en términos de asistencia, aunque el público era más inquisitivo y menos pasional. Aún así, lo disfrutamos como el que más y con la adrenalina a tope no pudimos evitar salir a celebrar por los bares locales, escuchando mil y una historias sobre la época de Pablo Escobar.


    Al día siguiente tocaba un viaje de varias horas a Sao Paulo, una de las capitales de la música en Sudamérica. Allí llegamos a unas tempranísimas 6:00am de un día festivo, por lo que la ciudad se recuperaba a esa hora de una noche de fiesta y parecía un lugar fantasma. No fue la mejor primera impresión, pero en cuanto dormimos unas horas, comimos algo y la vida volvió a las calles, todo empezó a tener un aspecto distinto. Esa noche no tocábamos de modo que pudimos ir a ver a Candlemass haciendo un conciertazo que sólo nos puso las pilas aún más de cara a lo que nos tocaría hacer a nosotros al día siguiente.

    Pero antes tuvimos tiempo de ir a la Galeria Do Rock, un centro comercial de seis plantas repleto de tiendas dedicadas casi exclusivamente a la venta de merchandising y discos de rock. De toda la inmensidad de sitios nos quedamos especialmente con la tienda de vinilos que hay en el quinto piso. Allí estuvimos dos horas viendo maravillas y aún así no vimos ni la cuarta parte del material que atesoraban. Una maravilla.


    El concierto tuvo lugar en Hangar 118. Qué curiosa sensación de familiaridad encontrar una pegatina de una banda española entre las muchas que había allí, en aquel caso, de Berri Txarrak. Para cualquier persona vinculada al mundo del metal tocar en Brasil en un sueño, y también lo fue para nosotros poder comprobar, y disfrutar, del cariño que nos tienen allí. Fueron 90 minutos de sudor y energía increíbles.

    Poco espacio para el descanso, muy poco, y a las 6:00am ya estábamos camino de Uruguay, penúltima parada del tour. Nada más llegar nos invadió una extraña sensación de familiaridad con el entorno. Nos habían dicho que Montevideo es una de las ciudades más europeas de Sudamérica y eso es justo lo que nos pareció a nosotros. Daba la impresión de que fuéramos a tocar en una sala de Argüelles en Madrid.


    Antes de la prueba ya había gente que había viajado desde muy lejos que devoró el poco merchandising que nos quedaba de modo que ni siquiera tuvimos que sacar el puesto. Del concierto, recordaremos siempre la calidez de la gente. Verdaderamente especial, tanto antes como después.

    Pudimos pasar tiempo allí mientras esperábamos a que a las 5:00am saliera el autobús que había de llevarnos al barco en el que cruzamos el Río de la Plata camino de Buenos Aires. Última parada.

    Llegamos sin dormir, destrozados, y tuvimos que elegir entre comer y cerrar los ojos un rato, así que preferimos llenar el estómago un poco después. Era una tarde especial, jugaban Boca y River, los dos equipos más grandes de la ciudad, y del fútbol argentino, era domingo, llovía, y se sentía algo especial en el ambiente alrededor nuestro. No sabemos si era fruto de nuestra alegría por haber llegado hasta la última fecha de una manera tan ajustada a lo que habríamos deseado desde el principio, o era que de verdad el cielo estaba cargado de algo especial, pero todas las constelaciones se alinearon y pudimos hacer un show increíble en frente de una sala abarrotada que nos cantó, nos besó, nos abrazó y nos puso muy muy difícil aquello de querer volver a casa.


    Y es esa la reflexión con la que nos quedamos después de estas semanas. Siempre nos preguntan el por qué del nombre y siempre mencionamos que una de las explicaciones es que nos sentimos ciudadanos de cualquier sitio, que no sentimos que tengamos una patria definida por fronteras. La experiencia en Latinoamérica nos ha dado la razón, nuestra patria, nuestro hogar, estará siempre donde esté nuestro corazón, y desde hace muy poco, una parte del nuestro se ha quedado en todos esos países que hemos tenido la suerte de conocer.


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