Los artistas invitados fueron Jan A.P. Kaczmarek, ganador de un Oscar por Descubriendo nunca jamás, John Ottman, colaborador habitual de Bryan Signer (Sospechosos Habituales, Verano de Corrupción, X-Men), Mark Snow, compositor de infinidad de música de teleseries (Starsky Hutch, Falcon Crest, Dinastía, Expediente X, Millenium) y Clint Mansell, responsable de la música de todas las películas de Darren Aronofsky (PI, Requiem por un sueño, La fuente de la vida, El Luchador).
Clint Mansell fue fundador y líder de la banda inglesa "Pop will eat itself" hasta su disolución en 1996. PWEI empezaron haciendo punk pop y con el tiempo apostaron por el rock electrónico, colaborando con The Prodigy para el disco "Music for the jilted generation" y formando parte del sello Nothing Records de Trent Reznor.
La relación artística entre Trent y Clint se mantuvo durante varios años, compartieron gira y estudio. Clint también aparece en los créditos de The Fragile, pero esa parece haber sido la última colaboración hasta la fecha. En Youtube circulan varios videos en los que canta y salta junto a Trent en Nueva York, durante la etapa más creativa y anarquista de Nine Inch Nails.
Ahora, 13 años después, lo veo sentado en el Teatro Leal de La Laguna (Tenerife) en su primer concierto en España, rodeado de violas y violines. El concierto empieza puntualmente y junto a él se encuentran sobre el escenario "The Sonus Quartet", un cuarteto estadounidense de formación clásica, además de la pianista Carly Paradis, el guitarrista Mike Fonte, el bajista Brian Emrich, colaborador habitual del pionero de la música industrial James George Thirlwell (alias Foetus) y el batería Kevin Dompe, también conocido por Kevin Haskins (Bauhaus, Tones on Tail, Love and Rockets).
Una mezcla de instrumentos y estilos musicales que podría proporcionar la autenticidad y originalidad que tanto se echa en falta en la música actual. Tocan temas de casi todas sus composiciones, desde Pi hasta The Moon, filme de Duncan Jones que aún no se ha estrenado.
Pi: fe en el caos, opera prima de Darren Aronofski, se puede considerar una de las películas clave del cine independiente de los noventa. Su banda sonora cuenta con artistas de la talla de Massive Attack, Orbital o Aphex Twin, aunque debido a su reducido presupuesto Aronofsky no pudo pagar los derechos de autor de todos los temas que quería incluir, por lo que recurrió a Clint Mansell para rellenar los huecos. Fue así como Clint inició su carrera en solitario como compositor de bandas sonoras. Después llegaría su trabajo más conocido y aclamado hasta la fecha: Requiem por un sueño, en el que composiciones experimentales clásico-electrónicas muy en la linea de FM Einheit (ex Einstürzende Neubauten) se mezclan con melodías melancólicas al estilo de Yann Tiersen, creando una banda sonora original y muy difícil de olvidar, que escuchamos cada dos por tres en anuncios, documentales, etc. Le seguirían La fuente de la vida y The Wrestler (El Luchador), composiciones más clásicas. La nueva película de Aronofksy Black Swarn que parece contar con Natalie Portman como protagonista, sí volverá a tener más samplers y sonidos electrónicos que las dos últimas producciones.
