Después de grabar el que podría considerarse el disco más en solitario de la carrera de Robert Smith, de la noche a la mañana el (casi) dúo pasa a quinteto. Vuelve Simon Gallup, se queda Porl Thompson como segundo guitarrista y entra Boris Williams a la batería. El resultado es tan variado como "The Top" pero mucho más coherente y, sobre todo, accesible. El inicio con el pildorazo de pop agridulce de "Inbetween Days" (de nuevo con esas reminiscencias a New Order: algunos dicen que guarda cierto parecido con "Dreams Never End", de su álbum debut) concilia una melodía brillantísima con una letra que lidia con la pérdida y el miedo a envejecer, temas recurrentes en la discografía de la banda.
Aquí cada canción suma: la pesadilla que retrata "Kyoto Song" (en el que Smith conjuga dos sueños: la muerte de su novia Mary ahogada en una piscina y otro sobre canibalismo), el recuerdo a los tiempos de "Japanese Whispers" en "The Baby Screams", la desinhibición de "Close To Me" (uno de sus singles más populares), la juguetona "Six Different Ways" o los toques aflamencados de "The Blood". Como siempre, hay temas más oscuros como "A Night Like This" o el atmosférico final con "Sinking", pero tal vez el mayor mérito del disco sea lograr que estos sean recordables y pegadizos gracias a unos arreglos y a unas melodías que se encuentran entre las más inspiradas que grabaron. En resumen: como ya se ha dicho por ahí, uno de los discos más accesibles de su carrera. No parece descabellado decir que estos casi treinta y ocho minutos sin desperdicio y el cardado de Smith (ya icónico) les situaron entre las bandas con mayor proyección de la época.

Todo aquel que se sumergiera en "Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me" sin haber escuchado sus singles podría pensar que era un retorno al escenario de sus discos más oscuros: "The Kiss" es una de sus canciones más violentas (también en la letra) y guitarreras de todas las que han grabado. Pero en esto que justo después entra "Catch", que es una de las melodías más dulces y bonitas de los años 80 y recuerdas que Robert Smith, de tan versátil y creativo, parece presentar rasgos de bipolaridad: es capaz de desear tu muerte a grito pelado y al momento siguiente recordar con cariño a una chica de la que ni siquiera recuerda su nombre.
Grabado con la misma formación que "The Head on the Door" pero más extremista a todos los niveles (digamos que está entre el sexo salvaje y el amor idealizado), este excesivo y ambicioso doble álbum (en vinilo, el CD está en torno a los 75 minutos) contiene algunas de las canciones más populares del grupo: la animada y loca "Why Can't I Be You?", con esos ya archifamosos teclados, la funky "Hot Hot Hot!!!" y, sobre todo, una excelente, mítica y maravillosa "Just Like Heaven" que hace honor a su título y se convirtió no solo en un emblema de la banda sino en una de las canciones favoritas de una generación, que revivió en una magnífica versión de los americanos Dinosaur Jr.
Aprovechando la ocasión (que, por qué no decirlo, yo mismo me he brindado), también me gustaría hablar de una de sus canciones más tapadas, una de mis favoritas del grupo y la única que recuerdo, de hecho, en la que Smith trata un tema que podría considerarse "social": el odio al pobre, porque, a pesar de que "How Beautiful You Are" parece por el título una canción de amor (y así empieza), gira y explota hasta mostrar el odio del protagonista a su aporofóbica novia. De las menos conocidas también tengo debilidad por la ruidosa y pesadillesca "The Snakepit", la extraña "Like Cockatoos" o esa especie de mantra meditativo hindú que es "If Only Tonight We Could Sleep", muestras todas de la (hasta el momento) inagotable creatividad del quinteto.
Pero, a pesar de todo lo bueno que hay en este disco, no es tan perfecto como su predecesor. Por lo pronto, en lo que a mí respecta, sobran canciones, como mínimo "All I Want", "Hey You!" (una especie de coda de "Why Can't I Be You?" y "One More Time". De todos modos, siendo justos, también habría que decir que es un disco infaltable para todos los fans y, como ya he explicado, incluye alguna de las canciones más inmortales y brillantes de la carrera del grupo.