PcPunk escribió:Ya te ha respondido Espesito a lo primero.
Si en todos los espacios hubiera un 50% de hombres y mujeres, estaríamos viviendo en una sociedad igualitaria. Como dice OrientalBLCircus, existen unos roles de género bastante marcados, y lo que pretendo es analizar cómo esos roles contribuyen en gran medida a determinar una situación de opresión de la mujer con consecuencias extremadamente graves.
Sobre el "nuevo feminismo", no sabría recomendarte un texto que lo resumiera, podrías pasarte por http://www.pikaramagazine.com/ e ir leyendo cositas. Básicamente es el feminismo de siempre, pero adaptado a los nuevos tiempos y haciendo especial hincapié en "el machismo que no se ve", situaciones cotidianas (que muy acertadamente se ven por ejemploen twitter en @everydaysexism ) que sufren las mujeres y tienden a pasar desapercibidas, y también en la cada vez mayor cosificación de la mujer y la violencia sexual.
Sin demasiado espíritu proselitista, te dejo un texto de una compañera de mi organización sobre el tema: http://lahiedra.info/nuevo-sexismo-viejo-capitalismo/
Da igual que para 100 puestos de trabajo tuvieramos a 100 mujeres mejor preparadas o 100 hombres muy preparados o 75 mujeres muy preparadas o 75 hombres muy preparados, la verdadera igualdad consiste en que por ley hubiese 50 hombres y 50 mujeres, porque sí, si naces con vagina tienes derecho a tener un puesto de trabajo aunque tu preparación deje que desear. Y así es como avanza la sociedad, desde luego...
Bien, ha salido pikara magazine, vamos a ver que es lo que hay por ahí:
http://www.pikaramagazine.com/por-que-pikara-2/
Pikara Magazine propone un periodismo de calidad, con perspectiva de género, protagonizado por personas e historias que rara vez aparecen en los medios. Tratamos todos los temas sociales y culturales que te interesan con un enfoque distinto: incisivo, inclusivo, comprometido, transgresor y disfrutón.
– Compromiso social optimista. Somos feministas, antirracistas, anticapitalistas. Queremos transformar la realidad y para ello hay que denunciar injusticias, pero no sólo eso. No queremos recrearnos en la crítica y en lo que va mal. No queremos limitarnos a hablar de feminicidio y trata. Queremos denunciar realidades duras e injustas, pero también queremos celebrar muchas cosas: la diversidad, el poder de transformación de las personas, las propuestas a favor de un mundo mejor… Queremos ilusionar e ilusionarnos. Llámanos románticas, pero lo cierto es que creemos que la alegría es más revolucionaria que el cabreo con el mundo.
¿Quienes apoyan y financian esta basura entre otros?:
http://www.pikaramagazine.com/apoyanos/nos-apoyan/
Ayuntamiento de Ondarroa

http://www.pikaramagazine.com/2015/01/las-cuentas-de-pikara-por-que-decimos-que-somos-pobres-y-que-os-necesitamos/
En 2010, cuatro periodistas sin experiencia empresarial – June Fernández, Itziar Abad, Lucía Martínez Odriozola y Maite Asensio – pusimos unos ahorritos (menos de 1.000 euros por persona) para arrancar Pikara en 2010.
El primer año, nuestro presupuesto fue de unos 12.000 euros; 9.000 provenían del apoyo de Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer, a través de la convocatoria de subvenciones a asociaciones de mujeres a la que hemos concurrido año tras año. El resto, de la inversión inicial y de las 38 lectoras y lectores que se animaron a hacerse amigas de Pikara el primer año, aportando una cuota anual.
A medida que crecíamos, quedó claro que el proyecto exigía una fuerte dedicación de al menos una coordinadora. June pasó largo tiempo manteniendo Pikara al día en los ratos que le dejaba otro trabajo. Andrea Momoitio se sumó a Pikara casi al principio, cuando aún estaba estudiando Periodismo, pero su entrega y su iniciativa en seguida la convirtieron en una pieza imprescindible. En 2013 fue nombrada subdirectora. Desde ese año, Andrea y June cobran una compensación simbólica por coordinar el proyecto (150 euros brutos al mes cada una en 2014, mas una paga de 500 euros netos por haber coordinado el número 2 de Pikara en papel), a la espera de que las cuentas alcancen para pagar aunque sea unos salarios mínimos a media jornada. Ellas tiran del carro del proyecto, lo que implica asumir tareas para las que otros medios tienen figuras específicas (lo mismo hacen de comerciales, que llevan la contabilidad, que diseñan unos banners). Uno de los principales objetivos en 2015 es garantizar sus derechos laborales.
Los ingresos de Pikara han ido subiendo año a año: en torno a 20.000 euros en 2013 y 30.000 en 2014. Emakunde nos ha concedido 2.000 euros menos al año (para los machitrols que están tan preocupados por que vivamos de sus impuestos, que sepan que este año la subvención ha sido de 3.164 euros), pero esto se ha compensado fundamentalmente con un fuerte incremento en el número de amigas y amigos de Pikara y con la iniciativa de lanzar la edición de Pikara en papel: la venta de materiales en sus presentaciones y las campañas de crowdfunding para financiarlas suponen un importante aporte, aunque su elaboración implica fuertes gastos (imprenta, distribución, etc.). En la actualidad contamos con 310 socias, de las cuales 264 lo son mediante pago de cuota anual (40 euros al año de media), y 46 por haber realizado trabajos gratuitos para Pikara (un artículo gratis al año en el caso de las colaboradoras).
Así que estas revolucionarias se han ido financiando a base de subvenciones primero y luego gracias al apoyo de gente que no tiene mejor sitio que gastar su dinero. Como todos sabemos, las buenas revoluciones se financian desde el gobierno de turno (Hay-untamiento de Ondarroa y el Instituto Vasco de la Mujer).
Cosillas que se publican en pikara magazine que nos enseñan que es este feminismo positivo y constructivo:
http://www.pikaramagazine.com/2014/06/repensando-el-orgullo-desde-sudafrica/
A las 11:00 horas del sábado 6 de octubre de 2012, una veintena de mujeres de la organización feminista One in Nine Campaign interrumpieron el paso del orgullo LGTBI de Johannesburgo (Sudáfrica). Tumbadas sobre la carretera, detuvieron las 38 carrozas rebosantes de purpurina, músculos, música y patrocinadores, para desplegar un par de pancartas que rezaban “No cause for celebration” (No hay motivos para celebrar) y “Dying for justice” (Muriendo por la justicia). El objetivo de la acción consistía en pedir un minuto de silencio a los más de 20.000 asistentes al desfile, en memoria de las víctimas de la violencia homófoba, lesbófoba y tránsfoba en Sudáfrica.
Por un lado que feministas africanas fuesen a reventar la celebración del día del orgullo en Johannesburgo está fenómeno.
Llegados a este punto, reflexiono acerca del movimiento LGTBI, y me pregunto si no habría que repensarlo, refundirlo, reconstruirlo. Me da la impresión que un fantasma recorre Orgullos como el de Madrid, donde la heteronormatividad normativiza y convierte a los asistentes en gais y lesbianas soldado, dispuestos a luchar por el sistema neoliberal que les patrocina, y en ciertos aspectos, les privilegia.
Por otro el sistema neoliberal patrocina y privilegia a los gays y lesbianas, no está mal reconocerlo y esto lo dicen feministas subvencionadas.
Artículo brillante como siempre de esta mujer que no está en Podemos como todo el mundo sabe, Beatriz Gimeno:
http://www.pikaramagazine.com/2014/02/construyendo-un-discurso-antimaternal/
El único discurso negativo sobre la maternidad que se permite es el de la mala madre, la madre perversa, la que no quiere a sus hijos/as, la que los maltrata. Y el discurso sobre la mala madre no sirve sino para potenciar y prescribir un tipo de maternidad, precisamente la contraria, la que ejerce la buena madre. Porque la mala madre es la peor imagen que cualquier cultura reserva para algunas mujeres, las peores; nadie quiere ocupar ese lugar. Una puede asumir desde el feminismo, e incluso defender transgresoramente, que es una mala esposa, mala compañera, mala hija, mala amante, mala trabajadora, mala mujer, mala en general (Las mujeres buenas van al cielo, pero las malas van a todas partes), pero… ¿mala madre? Que la idea nos resulte tan personalmente devastadora es síntoma de lo absolutamente férreo que es el control sobre la maternidad y, por ende, sobre las mujeres. Ser mala madre es casi lo peor que una mujer puede ser.
No ser madre es una elección personal al alcance de muy pocas mujeres en el mundo y se sigue llevando con discreción, casi en soledad, y sobre la que siguen recayendo sanciones sociales. La no-madre se pasará la vida contestando a preguntas que dan por hecho que lo normal es elegir ser madre. Pero aun cuando ese margen de elección sea muy estrecho, hay otra cuestión aún más prohibida: la de ser madre y arrepentirse. Existen múltiples barreras psicológicas y sociales para poder expresar algo como eso, para poder expresárselo incluso a una misma. La madre que lo es y se arrepiente de esa elección jamás lo confesará. Reconocerse arrepentida de la maternidad es lo mismo que reconocer que no se quiere a los hijos, o que no se les quiere lo bastante y ahí, de nuevo se entra en la categoría de mala madre. Y sin embargo, la maternidad es una experiencia tan determinante en la vida de cualquier mujer que, por supuesto, cabe la posibilidad de arrepentirse o de pensar que de haber conocido lo que verdaderamente significaba ser madre, se hubiera escogido no serlo. Y esto puede pensarse aún incluso queriendo a los propios hijos, o queriéndoles mucho, no es contradictorio.
Porque, además, ¿es obligatorio querer a los hijos? ¿Hay una medida de amor mínimo obligatorio? La maternidad exige que se les quiera siempre por encima de todo: por encima de una misma sobre todo; el amor maternal se supone siempre y en todo caso incondicional, esa es una de sus principales características. En realidad, eso es lo que define la maternidad. Sin embargo, el amor del padre se supone mucho menos incondicional; de hecho, no existe el amor paternal como categoría. Los padres suelen querer a sus hijos, sí, pero sin que este amor esté categorizado como absoluto, como extremadamente generoso o incondicional. Más bien parece que cada padre quiere a sus hijos/as como puede o como quiere. El amor maternal, en cambio, no admite matices.
Otro artículo muy bueno de leer de estas pikaras:
http://www.pikaramagazine.com/2014/05/carmina-heroina-de-lo-domestico/
Cansada de que siempre la que se jode sea ella, decide crear sus propias tácticas, porque si algo muestra Carmina es que, si el sistema te machaca, al sistema hay que combatirlo con otras armas. Así, en Carmina o revienta es ella quien soluciona el problema con los yonkis que le han robado la (mítica) furgoneta Diane 6 a golpes, se zafa del cobrador del frac propinándose un botellazo a sí misma en la cabeza y acosando al cobrador, convence con sus palabras y su mirada al hombre que ha tenido un golpe con el coche y, lo que es más definitivo, simula un robo en su venta para afrontar los anteriores robos que ha sufrido. Estrategias que incluyen la violencia física y psicológica, no habituales ni reconocidas como válidas en las mujeres.
Además, Carmina no actúa de forma impulsiva. Es fría y calculadora, algo especialmente visible en Carmina y amén. La película arranca con la muerte de Antonio en su propia casa. Muere un viernes, dos días antes del ingreso de la paga extraordinaria. Carmina decide dejar el cuerpo de Antonio en el cuarto de estar para poder cobrar la paga.
Carmina es un personaje poderoso por cómo resuelve sus problemas, por cómo se enfrenta a la vida, por cómo cuida de su familia y de sus gentes por encima de todo. Pero es además un personaje único porque es capaz de cagarse encima, de beberse en un vaso de agua un lavado vaginal destinado a diluirse en 2 litros de agua, de viajar en una vespino mientras se le vuela la blusa, de tener una autoestima a prueba de bombas: “Yo antes era muy delgada y ahora, aunque estoy gorda, no me veo gorda. Que yo muchas veces digo: ¿tendré lo contrario a la anorexia?” Estas actitudes la hacen merecedora de un lugar en el olimpo de la iconografía del cine español.
Si en el cine vemos a un hombre que hiciese lo mismo que Carmina, seguramente estaríamos ante una muestra increíble del machismo falocentrico opresor y de la cara más chusca de la masculinidad, pero ojo, si lo hace una mujer está de puta madre.
http://www.pikaramagazine.com/2014/03/estamos-tomando-conciencia-de-que-la-respuesta-institucional-contra-la-violencia-machista-es-insuficiente-de-que-tenemos-que-hacer-algo/#sthash.uqar3U99.dpuf
Yagüe: Los agresores con sentencia favorable salen del proceso judicial cabreados por lo que “esa tipeja se ha atrevido a hacer”, crecidos e impunes, sienten que nadie les va a detener. Muchas veces las mujeres tienen que huir, lo que se traduce en desarraigo para ellas y para las hijas y hijos a su cargo. Los maltratadores siguen yendo al bar de la esquina, al mismo trabajo, quedan con los amigotes. No hay respuesta social.
Destacan que entre 2011 y 2012 651 mujeres fueron condenadas como consecuencia de las contradenuncias presentadas por sus agresores.
La justicia no vale una mierda si una mujer denuncia a un hombre por "violencia machista" y este no sale condenado, todo el mundo sabe que los hombres son culpables de cualquier delito aunque se demuestre lo contrario. ¿Y que las mujeres son condenadas por una contradenuncia de esos no demostrados agresores? Pobrecitas, son todas inocentes. Este es el nivel de las feministas respecto de la Justicia.
Hay muchos más artículos interesantes en este panfleto subvencionado, ya iremos viendo otras grandes perlas para entender que es esto del feminismo.