leon escribió:shaggy_daddy escribió:the_one escribió:Lo que yo me pregunto es como tratarían el tema muchos de los foreros si les hubieran matado a algún familiar, estuvieran amenazando constantemente a un amigo muy cercano con reventarle la empresa etc etc.
o si conocieran al chaval q tuvo q ser operado de urgencias tras haberse mordio las venas para quitarse la vida durante el segundo dia de incomunicacion en comisaria y la familia q se entero 4 dias despues mediante un titular en el periodico, la madre q ve como desnudan y cachean a su hija de 3 años antes de ver a su padre q "vive" en cadiz, la familia de Jon Anza, la madre de josu Muguruza, la de Unai Romano o las familias de los mas de 50 000 fusilados durante la dictadura etc etc .

Mejor me callo y no suelto todo lo que pienso de esto porque paso de discutir y que me vuelvan a llamar hijo de puta.
Unai Romano y sus representantes legales no fueron capaces de presentar ninguna prueba médica que permitiera apreciar racionalmente que el denunciante hubiera padecido torturas. En ausencia de pruebas, "la continuación del procedimiento exige que tales hechos se vean confirmados con las pruebas o diligencias practicadas, es necesario que existan en la causa unos mínimos indicios probatorios que den verosimilitud o credibilidad a la denuncia a efectos de proseguir con la investigación, y en el presente caso, si bien hay un informe presentado por el perito de la acusación particular que considera que pudieran haber existido malos tratos existen una serie de contrainformes más objetivos al no ser de parte, que no sustentan dicha versión, sino que avalan las autolesiones.
Se alega en la denuncia que Unai Romano mientras estuvo detenido en los calabozos de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid recibió por parte de los agentes que le interrogaban múltiples golpes en la cabeza, que le golpeaban por detrás en la cabeza, y según el informe emitido por el doctor Fernando Rabadán (folio 535) le quedaron como secuelas necrosis y alopecia en la zona occipital superior, traumatismo acústico en oído izquierdo con pérdida de audición y cicatrices en la cara anterior de ambas muñecas por autolesión.
No obstante, si bien es cierto que las lesiones existen, sin embargo, lo que se ha evidenciado en la instrucción, según se desprende de la prueba pericial médica practicada, es que las mismas no fueron causadas por los imputados."
El auto añade múltiples detalles adicionales demostrativos de que el detenido contó con asistencia médica forense durante toda su detención. La doctora Leonor Ladrón de Guevara le examinó y recogió escrupulosamente en su informe del 6 de septiembre de 2001 las primeras manifestaciones de Unai Romano, muy diferentes a las que realizó tras su liberación: "Unai Romano refiere haber sido detenido de madrugada en su casa, sin violencia y haber sido trasladado a Madrid en un furgón y sin esposar (…) no se aprecian señales de violencia reciente."
¿Cuándo aparecen las lesiones? Al día siguiente. La misma doctora forense le examina el 7 de septiembre y entonces aprecia lesiones, por lo que determina su traslado al Hospital Clínico de San Carlos, donde es objeto de un reconocimiento exhaustivo por cuatro especialistas que ordenan someterle a dos TAC (craneal y orbital), pero ninguno de estos profesionales aprecia lesión alguna en la cabeza del detenido ni en su capacidad auditiva, presuntas lesiones inapreciables en esas pruebas.
Lo más llamativo es que Unai Romano no presenta ninguna denuncia formal por malos tratos hasta el día 11 de septiembre de 2001, pero entonces, según el auto, tampoco "se hace referencia alguna a lesiones en la parte occipital ni en el oído. Posteriormente se amplia la denuncia y es cuando se solicita que se le practiquen una serie de pruebas médicas entre las que se incluye una audiometría." El auto judicial añade que cuando recibe el alta en la enfermería del centro penitenciario tampoco aparecen las lesiones que habrían producido las torturas denunciadas.
Hay que esperar un mes y medio tras la puesta en libertad para que Unai Romano padezca y exhiba la alopecia, necrosis y pérdida de audición que popularizan las famosas fotos de las supuestas torturas. Hasta el 25 de octubre el médico forense no observa, después de los numerosos exámenes realizados, "una amplia herida en la región parietal media posterior y occipital media superior en vías de cicatrización con deformidad y sangrado espontáneo y todos los médicos intervinientes que reconocieron al denunciante confirman que no existió ninguna lesión occipital anterior al mes de octubre."
En definitiva, las heridas en las que el etarra basa su denuncia de torturas se produjeron, sin excepción, más de un mes después de ser puesto en libertad. Incluso el perito de la acusación, el doctor Echevarría, "coincide con los demás doctores en que de existir hematoma en la parte occipital y no haberse absorbido en el tiempo normal, quince o veinte días (…), Unai Romano hubiera tenido graves molestias y se habría apreciado claramente dicho gran hematoma y eso no ocurrió. En consecuencia, no existe relación entre los hechos denunciados y la necrosis de su herida en la zona occipital, al quedar demostrado que la misma se la produjo con posterioridad a su ingreso en el centro penitenciario."
Por si fuera poco, en primera declaración Unai Romano reconoció que se había autolesionado en el calabozo "mordiéndose las venas de sus muñecas". El lamentable aspecto de las fotografía posteriores pudo deberse, con mucha probabilidad, a un único golpe seco propinado a la frente contra una superficie plana y dura –un caso frecuente de autolesión en los calabozos, según los informes de los forenses-, recibido en todo caso muchos días después de haber salido de la cárcel.
Las otras torturas supuestamente afligidas por los guardias civiles –descargas eléctricas en pene, testículos y detrás de las orejas, golpes en el oído que llegaron a reventarle un tímpano- no dejaron ninguna secuela ni marca física que permitiera aceptar su verosimilitud. El tímpano aludido estaba, de hecho, misteriosamente intacto. La investigación forense anterior había dejado probado, como se recordará, que los informes médicos de la empresa donde Unai Romano trabajaba, certificando la disminución de capacidad auditiva, habían sido falsificados e introducidos en la base de datos de los servicios médicos por el propio denunciante o algún cómplice, también con posterioridad a la puesta en libertad.
La conclusión de los jueces no puede ser más definitiva y demoledora para las pretensiones de Unai Romano: "En definitiva, no existe ningún dato del que pueda concluirse ni siquiera indiciariamente que se hubiera atentado de cualquier forma contra su integridad moral. Precisamente esta carencia de indicios de comisión delictiva conlleva el que haya de desestimarse el recurso de apelación interpuesto (…) puesto que carece de sentido proseguir las actuaciones sin una mínima base incriminatoria que no sea las manifestaciones del denunciante."
Es indudable que todas las denuncias por torturas, malos tratos o brutalidad policial deben investigarse escrupulosamente por el tribunal correspondiente, y si es posible bajo la vigilancia de organismos independientes especializados en la prevención y denuncia de la tortura. Todos los casos de torturas comprobados deberían ser severamente castigados, pero por idénticas razones de justicia y defensa de los derechos humanos las denuncias falsas también deberían ser castigadas en proporción al daño causado a los acusados falsamente, en este caso al conjunto del Estado de derecho.
El ejemplo de las autolesiones de Unai Romano ilustra muy bien esta encrucijada paradójica en la que se halla sumido el Estado de derecho a causa de la deslealtad sistemática de quienes debieran defenderlo. Aunque las organizaciones del entorno de ETA, como el TAT, intentan implicar en la denuncia por torturas a organismos internacionales, sólo consiguen convencer a medias al relator contra la tortura de Naciones Unidas, Theo Van Boven, y eso porque el relator desprecia desde el principio las pruebas aportadas por la justicia española a partir de su firme convencimiento prejuzgado de que en España se tortura sistemáticamente, o casi, a los activistas de ETA. Es necesario señalar que, lejos de ocultar el caso Unai Romano y otros semejantes, las autoridades españolas invitaron a Van Boven a visitar España con plena libertad para entrevistarse con quien quisiera en el año 2003.
Aparte del visionario relator, ninguna organización internacional independiente con prestigio ha tomado en consideración las denuncias de ETA en torno al "caso" Romano. Cosa muy natural si se considera que la acusación particular no fue capaz de aportar ninguna prueba objetiva o testimonio médico-forense independiente que diera la razón a las testarudas denuncias de un activista detenido y luego puesto en libertad, que llegó a admitir que se había autolesionado de un modo grotesco, y que hasta cuarenta días después de su puesta en libertad no pudo presentar otras pruebas de sus torturas que las fotos ya comentadas. Ni siquiera el médico de la acusación particular se atrevió a certificar que las lesiones de Unai Romano se hubieran producido durante su breve estancia de seis días en los calabozos, el Hospital Clínico San Carlos y la enfermería de la cárcel. Por el contrario, todo apunta a que los propagandistas de ETA encontraron en este muchacho a un sujeto al que no le importaba sufrir brutales lesiones producidas únicamente para ofrecer al mundo un ejemplo de las sedicentes "cárceles de exterminio" españolas. Aunque la historia no se sostuviera en pie por ninguna parte, sin duda ha causado gran impacto en algunos círculos sensibles y receptivos a los argumentos de ETA.
Por ejemplo, en instituciones como las JJGG de Gipuzkoa o el Parlamento Vasco. Lo que roza la prevaricación es que estas y otras instituciones acepten o aprueben, en el caso guipuzcoano, mociones que condenan al Estado -del que forman parte- que ha cumplido son su obligación investigando las denuncias con todas las garantías procesales. Dura condena inapelable que contrasta con la simpatía sin límites por las sinrazones de ETA.
"Ante una detención, por insignificante que sea, aunque os pongan en libertad sin cargos ni fianza ni ninguna otra medida represora, hay que denunciar torturas."
"Aquí todo vale y cuantas más denuncias mejor, estaremos seguros de que llegarán a ser oídas y atendidas."
"Esta campaña de denuncia debe de abarcar todo el estado español. Allí donde se produzca una detención (aunque sea de tráfico), tiene que haber una denuncia y no parar hasta sentarlos a todos delante de "su señoría".
"Fijarse en las descripciones físicas de los txakurras, eso ya aporta veracidad a la denuncia posterior."
"Si la detención se produce en la calle y es normal, dejar los golpes para la entrada en comisaría o en el vehículo policial. Pero en este caso gritar como si os mataran, gritar también el nombre, y forcejear todo lo que podáis. Luego ya sacaremos testigos, además hará creíble todo lo que contéis."
"Aprovecha todo contacto con personas ajenas a los txakurras para iniciar la denuncia, desde el primer momento de la detención hasta que nos pongan en libertad o nos dejen en el mako (denunciar tambien los contactos con los carceleros). Ya en el mako el colectivo os indicará la estrategia a seguir en cada momento."
"Ante el juez negar todo y tan solo hablar de torturas, no os importe ser pesad@s, al final veremos los frutos."
"Los txakurras os amenazarán e intimidarán para que no denunciéis, darles largas cuando estéis en sus manos y luego caña. Ahí les duele, hemos comprobado con el tiempo que la denuncia, aunque sea como estrategia, ha retirado a muchos enemigos de valor, hay que seguir por esa línea y explotar la "grandeza de la democracia"."
"Desgastar a nuestro enemigo militar mediante todo el "matxake judicial" que se pueda. Está comprobado que las denuncias, aunque no acaben en condenas, hacen mucho daño a los de la trinchera de enfrente. Si se consigue alguna condena, en ellos cunde la desesperación y además se retroalimenta nuestra campaña."
Como sabrán ETA denuncia torturas de forma sistemática —no digo que aisladamente no se produzcan, en cuyo caso deben ser perseguidas y caer todo el peso de la ley sobre sus responsables— pero la banda criminal utiliza esta táctica para hacer creer fuera de nuestras fronteras, así como a su apoyo social en el País Vasco, que vivimos en una dictadura donde se tortura por sistema con el beneplácito del gobierno a todo disidente. Esto justificaría lo que ellos llaman lucha armada. En algo tienen razón, vivimos en una dictadura porque ser demócrata esta penado con el ostracismo o la muerte. También se tortura por sistema con el beneplácito del gobierno, vasco, claro, porque miles de personas viven con la incertidumbre de si les van a matar mañana porque ciertos asesinos viven, con la bendición del PNV, bajo el domicilio de quien sufrió y sufre su crueldad aniquiladora, porque mil familias están destrozadas y nadie las escucha mientras desde Ajuria Enea se da voz y credibilidad a quienes las destrozaron. Me gustaría ver al comité contra la tortura (TAT) creado por los abertzales luchar por los derechos pisoteados de estas personas.
http://www.bastaya.org/actualidad/Viole ... siones.pdfEl caso de Jon Anza, desaparecido hace un año y hallado ayer muerto en una Morgue de Toulouse, pasará a la historia de las curiosidades macabras de ETA: es el primer etarra de quien la propia banda cuenta a qué actividades criminales se dedicaba y también al primero al que pide públicamente que se busque. Literalmente lo delató como miembro de ETA.
Juan María Anza Ortúñez, que habría cumplido 48 años, comenzó en ETA en los años 80. Pasó una larga temporada en la cárcel, de 1982 a 2002, por haber participado directamente, como miembro del comando Lau Haizeta (Cuatro vientos), en el asesinato en San Sebastián del subteniente de Policía Nacional retirado Leopoldo García Martín, el 17 de enero de 1981. Cuatro tiros a bocajarro en la cabeza acabaron con la vida del agente marbellí.
A la salida de prisión, tras un periodo de descanso, volvió a incorporarse a ETA en 2005. Lo primero que hizo fue instalarse en Francia. La organización lo encuadró en el aparato político internacional. Su papel no estaba realmente claro, pero fue ETA la que se encargó de contarlo en mayo de 2009, cuando Anza ya llevaba dos meses en paradero desconocido: era un enlace, un correo que distribuía y trasladaba mensajes entre las distintas estructuras de la banda terrorista y, de vez en cuando, llevaba dinero.
El día en que se le vio por última vez, el 18 de abril de 2009, Anza estaba llevando dinero a miembros de la banda. Fue la propia ETA la que contó el 18 de mayo que tenía como misión entregar dinero a otros etarras. Lo que exactamente dijo la banda, de haber estado vivo Anza, lo hubiera puesto de patitas en prisión: "El 18 de abril, el día que desapareció, Jon tenía una cita con una estructura de ETA, en el centro urbano de Toulouse. Para llegar a esa cita tomó el tren en Bayona. Jon portaba una cantidad de dinero que era para la Organización. Jon no apareció a la cita que tenía con ETA en el centro urbano de Toulouse. El mismo día y al día siguiente, tampoco apareció a la cita que estaba establecida por situaciones ocasionales". Tenía billete para volver el 20. Luego se supo que llevaba encima 300.000 euros.
ETA daba un dato más: Jon Anza estaba gravemente enfermo. De cáncer. En algunos medios radicales y policiales incluso se llegó a especular con que Anza, con sus documentos perfectamente en regla y sin nadie que lo siguiera, hubiera decidido pagarse un tratamiento con esos 300.000 euros. El 15 de mayo de 2009,la familia denunció la desaparición, a través de la abogada Maritxu Paulus Basurco, ante la Fiscalía de Bayona (Francia). ¿Por qué un mes después?
La banda empezó su campaña de propaganda. Empezó a acusar a los gobiernos y las fuerzas de seguridad francesa de haber perpetrado una "detención extrajudicial", dentro de una nueva oleada de "guerra sucia". El 9 de agosto último, lanzó un nuevo comunicado, pésimamente escrito: "Es esclarecedor que la policía francesa, muestre a los amigos y familiares de Jon en las investigaciones que llevan a cabo, como hipótesis de más peso la participación de la Policía Española o de la Guardia Civil detrás de la desaparición. No sabemos si estas manifestaciones de la policía se hacen para limpiar la responsabilidad de Francia o para demostrar la implicación unilateral de España".
La apuesta etarra fue creciendo, mientras Anza yacía en una cámara frigorífica y las investigaciones no avanzaban por errores burocráticos. "Han hecho desaparecer a Jon Anza secuestrando sin reivindicación alguna y con nocturnidad a independentistas vascos". El diario Gara iba incluso más allá: "El secuestro del militante de ETA, gravemente enfermo, habría dado paso a interrogatorios ilegales en cuyo transcurso falleció". Y, claro, habría sido enterrado por "un cuerpo policial español".
La campaña perdió algo de fuelle cuando se supo que la Fiscalía de Bayona había cursado, en febrero pasado, una Comisión Rogatoria a la Audiencia Nacional para la investigación en España de la desaparición. Pero ayer, 11 de marzo, el hallazgo del cadáver cambió el curso de las cosas. La campaña va a seguir, y seguirá. Bastará para saberlo leer el próximo comunicado que ETA, mientras se esconde, sea capaz de hacer público.
La fiscal francesa achaca a un error burocrático la larga 'desaparición' del etarra Anza.
El 18 de abril, este presunto miembro de la organización terrorista ETA llegó acompañado por su mujer a la estación de tren de Bayona (en el suroeste de Francia, pero a tan solo 54 kilómetros de San Sebastián), donde cogió un tren en dirección a Toulouse. Tenía un billete de vuelta para dos días después, pero nunca lo usó. Los dos boletos se encontraron en su cadáver, junto a 500 euros en metálico. No portaba ningún documento de identificación.
Anza no volvió a Bayona. Once días después de su viaje de ida, fue encontrado inconsciente y en parada cardiorrespiratoria en el boulevard de Estrasburgo, tirado con la cabeza hacia adelante sobre una jardinera que rodeaba el restaurante de la cadena Hippopotamus. Tenía 47 años.
Los servicios sanitarios acudieron a la llamada de la policía local, y lograron reanimarle, pero no recuperó la conciencia. Fue hospitalizado en el centro Purpan, donde murió 15 días después, el 11 de mayo. Según el atestado policial, no tenía signos aparentes de violencia, pero el próximo lunes se le realizará un reconocimiento post-mortem y una autopsia para determinar la causa de su fallecimiento.
La Fiscalía de Bayona envió un requerimiento a todos los hospitales del país para saber si tenían en sus instalaciones a Jon Anza, o a alguien que correspondiese con su descripción. El Hospital de Tolouse comunicó el 4 de junio que no, como el resto de centros, pese a que el presunto etarra descansaba en su morgue. La fiscal, Anne Kayanakis, ha dicho hoy que está "contrariada", pero en su opinión no le corresponde tomar medidas por este supuesto error. "Recibimos una respuesta negativa de Tolouse cuando ésta debería haber dado resultados", ha explicado.
¿Cuál fue la causa de su muerte? Kayanakis asegura que no tiene datos para llegar a una conclusión porque desconoce qué fue de Anza entre el 18 y el 29 de abril. Sí ha explicado la fiscal cómo se resolvió el entuerto: un funcionario del instituto medico-legal de Toulouse se puso en contacto hace unos días con un policía de la localidad con el que tenía buena relación, y le habló del cuerpo sin identificar que descansaba en la morgue.
El agente intentó rastrear su origen a partir de los billetes de tren, pero fueron comprados con dinero en metálico. Sin embargo, se puso en contacto con la policía de Bayona, que cuadró el círculo. Ayer se confirmó la identidad tras analizar sus huellas dactilares. Anza estaba citado con otros miembros de ETA en Toulouse para entregarles dinero, y de hecho su desaparición fue denunciada por la propia banda terrorista, algo sin precedentes. La familia del presunto etarra aseguraba que Anza estaba enfermo de cáncer y que había ido a Tolouse a visitar a unos amigos.
El entorno de ETA atribuye su muerte a maltratos policiales, algo que la fiscal asegura por ahora que no se puede determinar. En cualquier caso, todo apunta en contra de la versión de ETA sobre supuestas torturas, asesinato y una tumba sin nombre.
Las conclusiones preliminares de la autopsia practicada al cuerpo del miembro de ETA Jon Anza descartan la existencia de "lesiones traumáticas" externas ni hemorragias internas y apuntan a un fallo "polivisceral neumocardiopulmonar" [un colapso de corazón y sistema respiratorio] como causa última de su fallecimiento. El cadáver no presentaba indicios de haber recibido golpes ni en la cabeza ni en ninguna otra parte del cuerpo.
La fiscal del Tribunal de Bayona Anne Kanayakis ha informado hoy, en una rueda de prensa en esa localidad francesa, de las primeras constataciones de la autopsia practicada al cuerpo de Anza en el Instituto de Medicina Legal de Toulouse, cuyas conclusiones definitivas se darán a conocer a finales de esta semana o principios de la próxima.
La fiscal también anunció que dejará el caso en manos de un juez de instrucción después de que la familia le comunicara su deseo de personarse en la causa. Aún quedan pruebas toxicológicas que practicar al cuerpo de Jon Anza, del que Kanayakis ha asegurado que no hay duda de que ha permanecido durante todo este tiempo en una de las cámaras frigoríficas de la morgue de Toulouse.
Kayanakis ha explicado que no se ha permitido la presencia de un médico de confianza de la familia del etarra, en contra de lo que había pedido el entorno de la izquierda abertzale, porque es una situación que no prevé el procedimiento en este tipo de casos. No obstante, ha indicado que la autopsia ha sido practicada por el director del Instituto de Medicina Legal de Toulouse y por el segundo responsable de este centro, tras lo que ha defendido la competencia y fiabilidad de estos dos profesionales.
http://es.wikipedia.org/wiki/Josu_MuguruzaEl asesinato se produjo un 20-N, fecha con un fuerte simbolismo para la extrema derecha española, ya que ese día se celebra el aniversario de la muerte de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Otro dirigente de HB, Santiago Brouard, ya había sido asesinado también un 20-N, 5 años antes. Se cree que el objetivo de los asesinos era atentar contra la vida de Jon Idigoras, pero fallaron al alcanzar las balas en su lugar a Muguruza y Esnaola.
El atentado fue reivindicado por el GAL, pero el hecho de que llevara 2 años inactivo y el modus operandi del asesinato dirigieron las sospechas hacia grupos de ultraderecha ligados a las Bases Autónomas. Dos ultraderechistas fueron detenidos acusados de ser los autores materiales del asesinato: Ángel Duce y Ricardo Sáenz de Ynestrillas. El primero de los dos fue condenado en 1993 a 99 años y ocho meses de prisión, mientras que el segundo fue absuelto por falta de pruebas. Duce, obtuvo el tercer grado unos años más tarde y murió en un accidente de circulación mientras disfrutaba de uno de esos permisos. Sáenz de Ynestrillas, hijo de un capitán golpista ascendido a comandante, que había sido asesinado por ETA, se convirtió a raíz de aquel atentado en el ultraderechista más conocido de España y en un referente de dicho movimiento.
La noche del martes 17 de noviembre de 2009, cuando se aproxima el aniversario de su muerte, unos desconocidos escribieron con pintura roja insultos contra ETA y la palabra "asesino" en el mural en homenaje a Josu Muguruza en la plaza de Recalde, en Bilbao.
Evidentemente, meter todo esto en una muy acertada comparativa para medir "qué bando ha sufrido más" es para quitarse el sombrero, sobre todo si de paso se mete a las víctimas de los fusilamientos franquistas.

Luego el hijo de puta será el que pueda pensar que argumentos como esta absurda comparación se pueden confundir con una pseudojustificación y pseudorespaldo del terrorismo etarra.
Aquí se comparan las cientos de víctimas del terrorismo etarra con 3 ó 4 casos sueltos que nunca se ha probado que haya pasado nada por lo que el estado haya sido declarado culpable (y aunque así fuese se trataría de 3 casos contra mil) y para intentar compensar la descompensación numérica se mete de paso al franquismo de por medio y nadie tiene los santos huevos o la cabeza para decir que esto es una burrada de proporciones cósmicas.

Manda cojones macho.
