Wirrak escribió:-GeR- escribió:Yo, por lo que estoy leyendo, estoy fliping un poco en colores de cómo podemos seguir alimentando tanto hombres como mujeres todas las tontunas de patrón predefinido que aquí se están soltando. Que si los hombres son así, que si las mujeres son asá, ¡anda iros freír espárragos cojones!
Total, que ya por las últimas frases, extraigo que los hombres son judeocristianos y que las mujeres son protestantes. Lo que hay que leer.
Hombre es que si me dices que hombres y mujeres somos exactamente iguales y que tenemos las mismas maneras de ver el mundo, actuar y sentir pues el que flipa soy yo...
No, eso no lo he dicho en ningún momento, ¿de dónde se saca esa conclusión en mi discurso? Es evidente que hay diferencias entre hombres y mujeres. Un hombre tiene polla y una mujer tiene coño, y eso creo que ya influye bastante a nivel psicógico / social. Pero como ha dicho Kupi, tampoco creo en el determinismo genético (y vaya, creo que hay bastantes estudios científicos que a día de hoy lo demuestran).
El caso es que creo que hemos sido inculcados en una serie de valores que, para nuestra desgracia, a base de repetirlos y repetirlos se nos han quedado grabados en el cerebro.
¡Los hombres no son capaces de hacer dos cosas a la vez!
¡Las mujeres son frías y calculadoras!
¡Los hombres sólo piensan con la polla y tratan a las mujeres como objetos!
¡Las mujeres son vengativas, celosas y cuando llega una nueva la expulsan del grupo!
Y de tanto escucharlo, de tantas veces que nos lo han dicho, hemos acabado diciéndolo nosotros mismos, y lo peor de todo es que nos hemos terminado creyendo que esto es una gran verdad. Como un señor mayor que, gracias a su educación, sigue creyendo que las tareas del hogar es algo que corresponde al sexo femenino. Al fin y al cabo, este tipo de frases / comportamiento lleva implícito un tipo de sexismo (sea machismo o feminismo, ambos). Nadie es sexista, pero cuando sale este tipo de discusión bien que uno acaba poniéndose siempre del lado de su bando, del lado del bando que como individuo social se identifica, y sacará uñas y dientes para defenderlo.
Quiero aclarar que sé de sobra que nadie, con esto que se está hablando, va a mala ostia, y que nadie ha pretendido ofender ni de coña al otro sexo. Pero el caso es que creo que este tipo de conversaciones llevan, bajo su inocente superficie, un planteamiento muchísimo más serio sobre el que debiéramos reflexionar.