Amigos que se quedaron en el camino

Depende mucho del contexto en que uno se mueva.
Yo he renovado muchísimo mis círculos de amistades... no tengo amigos fijos, depende del momento de mi vida. Llamadme chaquetero, pero depende del lío en el que esté metido me dedico más a un círculo u otro.

Es normal que se quede gente atrás... cambiamos, y aquello que nos unía (estudios, trabajo, música o lo que sea) se deshace. Entonces, la relación pasa a otro estado y la forma en la que hablas y quieres a esa persona es distinta. No es tan intensa ni de coña, pero a mí me parece más pura.

He conocido a tanta gente que incluso se me empiezan a olvidar los nombres. Y es normal que uno no pueda dedicar tiempo a todo el mundo. Lo importante para mí es que, cuando sucede el reencuentro años después, sea una continuación del punto en el que se dejó la última vez. Como si no hubiera existido un quiebro temporal por el medio. Eso para mí es lo bonito.

Como digo, uno no puede dedicarle tiempo a todo el mundo. Es duro decirlo, pero me jode cuando vienen amigos a Madrid y no puedo atenderlos porque estoy tan hasta arriba de tareas que quedar con ellos me supone un retraso inexcusable en mi trabajo. O cuando voy a Valencia: no puedo ver a 40 personas (además de mi familia) en 3 días, es insano. Me conformo con ver a estas amistades una vez al año.

Y sé que, en el momento de necesidad, siempre voy a poder contar con una burrada de colegas que van a estar ahí. En ese sentido, soy jodidamente feliz. Me siento muy querido por la gente que me rodea, y eso es impagable.

A mi me ha pasado con dos personas. La primera fue hace ya bastante (¿8 o 10 años?), cuando aun iba a la ESO. Era la persona con la que estaba casi siempre, ya fuera en su casa (vivíamos en la misma urbanización), jugando a algo (consola, fútbol, etc) o dando una vuelta. Pero fue empezar a salir con tías el y empezar a distanciarse, aunque no fue hasta que se marchó a Cataluña cuando las cosas se empezaron a distanciar, tanto que aunque tiene familia en Madrid y viene a verla en navidad (algo que estoy seguro porque el me lo dijo) solo se paso por Alcorcón las primeras veces (y alguna semana santa también).

La otra fue unos años después. Aunque tenía un buen amigo (también vecino) me llevaba mucho mejor con un compañero de clase, de esos con los que compartías casi todo (mismos gustos de cine, frikadas, videojuegos, deportes, etc), tanto que hasta empezaste a hacer con él el mismo Ciclo de Grado Superior, pero fue dejar este y empezar otro (lo hicimos ambos dos) y el coger otras amistades, tanto que la cosa se fue diluyendo hasta tal punto que de pasarnos horas hablando por msn (cuando no le apetecía salir, pues vive o vivía en la urba de detrás mía, que solía ser casi siempre) a ponerme no admitido o crearse otra cuenta. Iros a saber que fue lo que pasó. Yo me llevaba genial con el, y aunque antes de acabar tuvimos una pelea estúpida por un día en el que yo quería salir y el no (es de las personas que viven mejor solas, se le notaba) que duró varios meses, no fue hasta la otra cuando le perdí la pista. Bueno o casi, pues alguna vez nos cruzamos, el viniendo del curro y yo yendo y solo nos dijimos hola, pues yo no tenía ganas de empezar, por muchos buenos ratos que hayamos pasado (Festimad de la destrucción 2005 incluido), pidiendo disculpas cuando sentía que era el quien había jodido/roto todo. La siguiente vez que le vi, y última de momento, en el metro me hice el sueco para que no me viera (estábamos sentados muy cerca). Se que a veces la he cagado y he cometido errores, pero entre que soy demasiado orgulloso y que por una vez tengo razón pasé de arreglar algo que no tenía arreglo, pues no creo que el estuviera por la labor, sino no solo no habría hecho lo que hizo sino que lo habría intentado arreglar.

Pero bueno, la gente viene y se va, y al final solo los que importan se quedan. Actualmente tengo una novia, un muy buen amigo y una muy buena amiga, además de algunos amigos amigos salidos del foro, y no me puedo quejar. Mas vale 1 muy bueno que miles regulares.

Está claro, la gente viene y va y solo quedan los que realmente a cada uno le vale la pena. Bueno, al menos así nos consolamos cada uno contando sus penas y amarguras. Lo malo es que conforme nos vamos haciendo mayores es más difícil encontrar gente con la cual compartir tantas cosas.