eraser-head escribió:

No puedo con él ni con su maldito programa. Cada una de las pocas veces que lo he visto accidentalmente, en menos de cinco segundos me produce vergüenza ajena y me dan ganas de suicidarme. Pobre gente que va invitada a soportarle (aunque por otro lado, que se jodan, que seguro que cobran lo suyo

).
Algo que odio supremamente es la siguiente secuencia:
—¡Hola! Tengo que contarte una cosa.
—Espera un segundo —terminando de hacer algo importante—. Venga, ya estoy. Dime.
—Nada, no era nada importante.
—¡Espera! Dímelo anda.
—Que no, que no, que no era nada —se pira.
¡UffffffffffffFFFFFFF! Ya sé que lo mejor sería escuchar a esa persona en el momento que quiere contarme lo que sea que me quiere contar, pero si por casualidad no puedo atenter por causa de fuerza mayor... ¡¡¡NO ME DEJES EN ASCUAS!!!!
No existe nada más creativo que la maldad.