
Bastante bien. A veces el tono no me agrada del todo, pero gracias a ello tiene puntos cómicos buenísimos. Sobretodo en lo referente a actitudes de personajes históricos (El maldito diputado militar Berenguer, por ejemplo).
En lo referente a la fidelidad histórica... bueno, hay algunas cosas que no me gustan (por allí leí incluso "corona catalana"), pero hace muy bien en diferenciar lo que eran los monarcas, los diputados catalanes (felpudos rojos los llamaban) y la gente de a calle. También creo que acierta en narrar el extraordinario asedio de Barcelona. Defendida casi sin ejercito y gracias a civiles, bombardeada sin piedad, no solo las murallas sino la ciudad entera, algo doblemente raro viendo el contexto histórico, donde la práctica militar era un oficio y un ejercicio político. A ver, la historia del asedio mas o menos me la sabia, sobretodo el contexto, pero es curioso como muchísima gente no tiene ni idea de lo que paso en ese asedio, ni de lo que significó. Mucha gente catalana incluso. Y bueno, el 11 de Septiembre me parece una celebración cojonuda, objetivamente. Se celebra un día que fue épico y muy peliculero, donde no hay intrusión política ni nada, era simplemente pocos miles de civiles contra 50.000 soldados, ¡comandados por un general castellano que se negó a abandonar la batalla aún renunciando a su titulo!. Y la gente aún cree que el 11 de Septiembre se celebra una derrota.
Referente a Rafael Casanova, supuesto héroe de la defensa de Barcelona, que el libro ha hecho famoso su "falsa" historia. Bueno, es más bien un símbolo que una certeza, a estas alturas todo el mundo ya sabe que no fue un héroe de novela. Incluso se podría decir que fue un cobarde. Más bien fue un cobarde entre valientes, por que aún yendo a remolque de la población (no fue partidario de la resistencia), le toco llevar la bandera de Santa Eulalia en la última carga suicida, como máximo representante de Catalunya en ese momento. Y el tío la pillo y tiro para adelante, le hirieron con una bayoneta o algo así, y aprovecho para salir pintando al hospital

lo dicho, sería un valiente entre cobardes, pero es que en la Barcelona de 1714 era un cobarde entre tanto valiente.