
Hola, aquí Dani. Normalmente no soy yo quien redacta estas publicaciones, pero esta vez necesitaba hacerlo:
La verdad es que si echo la vista atrás han pasado muchas cosas junto a ellos en estos tres años, muchísimas. Hemos conocido a gente increíble, gente que nos ha abierto su casa sin esperar nada a cambio, gente que nos ha abrazado de forma sincera siendo apenas unos desconocidos, gente que nos despidió con un hasta pronto y no un adiós. Hemos ganado concursos, perdido otros tantos, movido trastos para arriba y para abajo, recorrido kilómetros, tocado en conciertos llenos de gente y muchos más totalmente vacíos, nos hemos enfadado, nos hemos perdonado.
Nos reíamos a menudo porque en muy poco tiempo pasé de tocar cohibido a partir unas baquetas cada dos por tres, pero Same Fire me ha enseñado mucho más que música. La constancia, la paciencia, el valor y la amistad son acordes que también se escuchaban a menudo por el local.
Tomar esta decisión me ha costado muchos días en silencio y noches sin dormir, además de una grieta en el pecho que no se cerrará de la noche a la mañana.
Actualmente tengo el punto de mira puesto en otras metas personales. La pasión y la empatía por tal instrumento que tantas alegrías me ha dado se ha diluido. La situación con la música y las bandas me ha superado. Es hora de cerrar etapa, de desenchufar los altavoces y guardar mis baquetas de forma indefinida, o al menos hasta que encuentre de nuevo una razón por la que volver a tocar.
Gracias a todos de corazón. He llevado el símbolo de Same Fire en el pecho con mucho orgullo, por todo lo que ha sido, es y será.
Nos vemos en los conciertos, pero la próxima vez será desde el otro lado.