ENTREVISTA

Texto: Manuel Piñeiro
Fotos: Berri Txarrak

Antes de comenzar otra nueva gira por tierras asiáticas, volvéis a Galicia, ya lo hicisteis en 2007, ¿casualidad o es que os transmite buenas vibraciones esta tierra?

(Risas) Es casualidad pero si es cierto que tenemos ganas de ir por Galicia y arrancar de una vez con la nueva formación, porque estar dos meses ensayando es duro y queremos hacer un directo ya. Además, volveremos a Asia que nos apetece mucho y el público te hace sentir como en casa.

¿Qué significa para vosotros que seáis posiblemente el único grupo de rock alternativo de España que hagáis giras por Europa, EE.UU, Japón o China?

La premisa que nos ha movido siempre es que no quedara el gusanillo de no intentarlo. Si no te mueves nadie te va a llamar de Taiwan o Japón. Tenemos la suerte de que en la península tenemos una sólida base de seguidores en nuestros conciertos. Con lo que podemos sacar, pues lo invertimos en ir al extranjero. Obviamente, nos llena de orgullo hacerlo y la repercusión que tiene.


Supongo que algo habrá cambiado desde hace dos o tres años con el fichaje por RoadRunner Records…

No puede negar que nos dé algo de prestigio, porque es la discográfica que es Roadrunner a nivel mundial, pero que nadie piense que nos sentamos en el sofá y ellos hacen todo. Ahora mismo, tal como está la industria no tienen fuerza para atender a la promoción de todas sus bandas. Entre un disco de Slash o Kiss, nosotros seguimos siendo un grupo pequeño. Es cierto que se llevaron una sorpresa por la acogida inicial del disco. Creo que para el siguiente disco, como han visto que somos una banda con ganas de trabajar tendrán más ánimo.

Hace unos años me dijiste que el euskera podía echar para atrás a algún sello para ficharos, pero habéis demostrado que no…

En realidad, lo importante es hacer buenos directos y que transmitan. Claro que si tienes premisas comerciales o ciertas cotas de popularidad como objetivos es mejor que no cantes en euskera. Pero para cantar en otro idioma nosotros no seríamos Berri Txarrak ni haríamos rock.

Como vasco y como filólogo vasco supongo que seréis dignos de estudio, porque el público en muchas ocasiones no entiende lo que decís, pero en cambio les transmite…

(Risas) Es una pena que sólo los vascoparlantes puedan entender nuestras letras, porque le damos mucha importancia, pero es una ventaja que tienen un millón de personas en el mundo. Para nosotros no es nada raro, porque quien realmente tiene mérito fueron los que comenzaron a tocar en los 80 en euskera. Nosotros hemos intentado ir más allá y eso si no quedar en una especie de ghetto. El rock se fundamenta en el riesgo y nosotros hemos arriesgado.

Hace unos años me comentabas que creías en la teoría de la gota en el charco, de ir poco a poco con un grupo, ¿cómo es el charco ahora? ¿La sigues manteniendo?

A veces creo que es un poco mentira porque ahora con Internet pueden escucharte en cualquier lado, lo que no significa que lo hagan realmente. Es importante ir allí y tocar por donde y cuando puedas.

Hablemos de Payola, ¿por qué tiene ese sonido añejo?

Fue una cadena de acontecimientos. El disco lo compusimos Aitor y yo solos, sin bajo, porque David todavía no había entrado, por tanto salió muy crudo con la guitarra a tope de volumen, muy garajero. Cuando entró David ya le dio más empaque. Así, fuimos atando cabos y comentamos de hacerlo con Steve Albini, un productor que es muy anti digital, muy dado al vintage, a lo artesanal y analógico. Le enviamos la maketa, aceptó y cuando nos conocimos, pues congeniamos muy bien, la verdad.

¿Cómo fue grabar con Steve Albini?

Es raro, la verdad (risas), es un friki terrible. A veces parecía que estaba ausente, mientras jugaba al póker on-line o a las apuestas beisbol (risas). No en serio, es el tipo de productor que maneja muy bien su equipo, pero no quiere meterse en el trabajo musical en nada. Fue una experiencia porque grabar en analógico es bastante complicado, porque hay en mente como suena el conjunto y no cada instrumento por separado. Ganas en rudeza, en veracidad, pero claro, si te equivocas no es tan fácil corregirlo.

Recientemente ha dejado el barco Aitor Goikoetxea, ¿cómo se está adaptando Galder como nuevo miembro?

Muy bien, hemos congeniado bastante rápido. Es un batería diferente a Aitor, que también tenía su forma de tocar tan particular. Pero, para conocer a Galder sólo hay que escuchar lo que ha hecho con Kuraia o Dut.


¿No es poco extraño ser el único miembro original?

Si, la verdad es que me siento un poco extraño. En directo me va a costar un poco girarme y no ver a Aitor tras 18 años entre Nahi Ta Nahiez y Berri Txarrak cuando me gire hacia la batería va a ser raro. Realmente, tuve mis dudas sobre si seguir o no con Berri Txarrak sin Aitor. Pero, siempre pensaba que era una pena dejarlo a medias, con lo que hemos conseguido. Además, cada uno tiene su aguante y yo estoy donde quiero estar. Y David también es uno más ya, se ha implicado mucho desde su entrada. Ahora, vamos a tope y a probar suerte.

Sin embargo, se da la paradoja de que ahora mismo sois la representación de una generación muy fructífera en País Vasco. Además de Berri Txarrak, tanto David González con PILT como Galder Izagirre con DUT o KURAIA han aportado también su granito de arena a la escena.

Tanto David como Galder no tiene nada que demostrar a nadie. Siempre pensé que tanto uno como con otro me gustaría tocar alguna vez. Si es con Berri Txarrak, mucho mejor. Ahora estamos adaptando los temas a su forma de tocar. Ya me apetece componer y grabar un disco nuevo.

¿Cómo valoras el recopilatorio Denaz ez du balio sacado por Gor?

Bueno, la idea parte de Gor Diskak. No es un disco que me apetezca demasiado, la verdad. Tenemos muy buen trato con ellos, estuvimos diez años y nunca nos hemos quejado del trato. Creo que está bien resumir nuestra trayectoria para aquellos que se inicien.