electronic / folk rock / art rock
 Clann Zú
Rua
ZONA-ZERO
90
33 VOTOS
84
+
Clann Zú

Rua

Publicación:
Septiembre 2003
Sello:
Zahráda
Productor:
Autoproducido
Género:
pop-rock, otras tendencias
Estilos:
electronic, folk rock, art rock

Tracklist

  • 01. Words For Snow
  • 02. Five Thousand More
  • 03. Hope This Day
  • 04. All That You've Ever Know
  • 05. Everyday
  • 06. All The People Now
  • 07. Rí Rá
  • 08. Lights Below
  • 09. Crashing To The Floor
  • 10. You're Listening To A Dead Man Speak

Miembros

  • L-R Liam Andrews
  • Russell Fawcus
  • Benjamin Andrews
  • Declan de Barra
  • Lach Wooden

Análisis

por el 29 Jul 2003
8177 lecturas
Hace más o menos un mes, inaguramos la sección “Descubre”, en la que tratábamos de daros a conocer grupos de gran calidad y que por el motivo que sea, no han tenido la repercusión que se merecen. Dicha sección fue inaugurada con un grupo difícil de calificar, llamado Clann Zú. Pues bien, no sabemos cómo, el grupo descubrió nuestra web, y les entusiasmó la idea de que se hablase de ellos en otras partes del mundo que no fuese en su Melbourne (Australia) natal. Dicha emoción se tradujo en unos contactos y negociaciones rápidas, que terminaron convirtiéndose en el que es nuestro primer análisis profesional, puesto que se nos hizo llegar un pack de prensa, se nos ofreció la posibilidad de hablar con el grupo y demás.

Pues bien, tras la espera por el pack de prensa (el correo Melbourne – Barcelona no es precisamente rápido), ya está todo listo para que desgranemos este segundo trabajo de la banda, llamado “Rúa”.

La historia del grupo es curiosa: el grupo australiano Non-Intentional Lifeform, que había estado en lo más alto en su país, teloneando a Deftones, KISS o Marilyn Manson entre otros, decidió que su sonido metálico se estaba empezando a estancar en las corrientes sobreexplotadas del momento, por lo que renunciaron a su éxito, y disolvieron la banda. Buscaron experimentar, un sonido más propio e inimitable, que les sirviese para plasmar su talento sobre el pentragrama. Con esta idea, acabaron en Dublín, Irlanda, en busca de inspiración, y allí lo que hallaron fue a Declan de Barra, cantante y encargado del instrumento tradicional bodhrán. Era 1999, y del trabajo de la banda, y al intentar unir sus diferentes influencias (punk, metal, clásica, electrónica y música tradicional irlandesa), compusieron un brillantísimo Ep, que recibió las mejores críticas del año en su país. Tras girar y girar, en 2002 lograron sacar al mercado su primer trabajo de estudio, llamado “Rúa”, con un éxito aun mayor por parte de la crítica, es más, en su país, han logrado la satisfacción de que su disco debut sea nombrado uno de los 5 mejores del año. Y razones no les faltan.

Lo cierto es que la banda concibe su música como arte, y tanto sus composiciones como sus videoclips, están hechos por ellos mismos, ya que buscan controlar al máximo su capacidad artística. De momento, su único video, incluido como pista multimedia en este “Rúa”, perteneciente al primer single “Five Thousand More”, ha participado en varios festivales, con buenos resultados. El vídeo en sí, es una serie de simples animaciones, que mezclan los dibujos a mano con simples gráficos animados 3D, que logra una expresividad y una concepción de globalidad impresionante.

Pero bueno, no estamos aquí para hablar de sus vídeos, sino de su música. Como ya he comentado antes, sus influencias musicales son muy amplias. Y lo más curioso de todo, es que la predilección musical de cada miembro es distinta, pero estas diferencias, en vez de dar pie a discusiones o a interferencias en su creación, se han sabido aprovechar para mezclarlas sabiamente, y con ello, dar lugar a un sonido inclasificable y realmente original.

Las constantes en sus canciones son la triple melodía, y es que la más que agradable guitarra, bastante melódica, el violín y la música electrónica forman una cuerda triple, que da consistencia a su música. Otro dato curioso, es la carencia de batería, puesto que la función de percusión, recae sobre la electrónica, un aspecto más de los que configuran su original propuesta y puesta en escena. Si bien su música es realmente buena, en Australia e Irlanda, donde de momento han realizado sus shows, y han participado en importantes festivales como el Galway’s Dominica Festival, los mayores elogios han llegado por parte de su directo, potente, perfeccionista y lleno de pasión y virtuosismo. Muestra de ello, es que con tan solo algunos conciertos en pequeños locales, fueron invitados a realizar dos actuaciones en la Casa de la Ópera de Cork, Irlanda.

Su sonido, está compuesto por melodías, todas ellas oscuras y tristes, calmadas pero altamente emotivas. El violín tiene buena parte de culpa, y es que pocos instrumentos llegan a estremecer como lo hace un buen violín. La guitarra por su parte, no realiza riffs poderosos y potentes, sino que en todo momento se muestra ligera y frágil, muy melódica, ayudando en todo momento al violín. El bajo, a cargo de Liam Andrews, es por lo tanto una pieza fundamental en las melodías. El mismo está repleto de toques de calidad que sirven de soporte para el resto de instrumentos. En el disco, los momentos más “potentes” corren a cargo de los samplers de Lach Wooden y de Rusell Fawcus, con sus ritmos electrónicos. El propio Fawcus es en parte el alma del grupo, y es que a parte, se encarga del violín y de los teclados, y no es un músico cualquiera, sino todo un estudiante de conservatorio.

Metiéndonos ya de lleno en el disco, esta potente bomba de fragilidad, empieza con “Words for Snow”. La electrónica nos da la bienvenida al disco, con unos arreglos de fondo, bastante lentos y oscuros, a los cuales, la guitarra se le va sumando con acordes preciosistas. La voz de Declan de Barra en primer momento sorprende, se hace extraña, pero creedme, tras escuchar el disco un par de veces, uno se convence. La verdad es que como cantante no es una “máquina”, pero sí que tiene su estilo personal, tiene una voz reconocible y que impregna todos los temas de una pasión, una sensibilidad y una fragilidad sobrecogedoras. Aquí, encontramos ya ese elemento de importancia electrónica, puesto que hacia medio tiempo, parece sonar una batería, pero nada de eso, se trata de pura y dura música electrónica. Tras una pausa en la que de Barra relata, llega una pequeña explosión de sonido, unos coros casi sollozantes, el violín que penetra en la cabeza como una bala y la lírica que en boca de Declan de Barra seduce extrañamente con su peculiar forma de cantar. Para que os hagáis una idea, su forma de cantar es una variación de Omar de At the Drive-In.

Siguiendo con su música, llega “Five Thousand More”, primer single y con un video bastante impactante como ya dije con anterioridad. Aquí todo es más pausado, más profundo y la emotividad es tal, que te pone la carne de gallina. Su música suena a lloro, a impotencia por ver lo que sucede y no se puede evitar. Aquí se repiten las pausas, en las que el cantante relata, así como introducen un nuevo elemento: un coro con voces extrañamente semejantes al reagge más profundo. Otro elemento característico de la canción es la guitarra, puesto que Benjamin Andrews, guitarrista del grupo, ahora toca más agudo, con un sonido más eléctrico. Es sin lugar a dudas, una gran canción, de las que más me han gustado del disco, aunque todas tiene elementos excepcionales.

“Hope This Day”, vuelve a poner la emotividad en flor de piel. El violín pasa al fondo, y la batería electrónica marca el ritmo. Lo mejor, los coros. Aquí la voz de Declan de Barra suena más desnuda, como aquel que desea algo que está lejano. La guitarra sigue con su melancolía particular, aunque aquí su sonido es más roquero. Pero aunque como siempre, todos instrumentos están impecables, lo que más me ha seducido del tema es la forma en que está cantado. Hay que quitarse el sombrero. Después, llega “All that You’ve Ever Know”, más etérea. Siguen las melodías oscuras, que invitan a la añoranza, la tristeza y la soledad. Tal vez este sea el tema que más necesita ser pulido, y aunque resulta muy bueno, su sonido, con la excepción de la melodía inicial y el violín, no suena tan sorprendente ni profundo como otros.

Para mí, el mejor tema del disco, es “Everyday”, quinta pista, que llega y sorprende. La melodía queda en un segundo plano en sus comienzos, mientras que la voz, gana protagonismo, con una curiosa forma de cantar. Poco a poco, el tema va creciendo, hasta llegar al estribillo, con teclados y violines en su máxima expresión. Tras ello, la canción vuelve al principio, y así un par de veces, para sorprendernos con una breve pausa, en la que la voz electrónica habla, no canta ni relata, sino que habla. Al igual que el resto de temas, la canción llega a lo más profundo, y a cada uno le sugerirá algo distinto, como debe ser. Tras “Everyday” llega “All the People Now”, en la que el bajo de Liam Andrews se revela como protagonista, mientras que en esta ocasión, el “trabajo sucio” le toca a la electrónica. La guitarra se apoya en las distorsiones para lanzar riffs suaves, que suenan más bien eléctricos. Este tema es más frenético, más rápido e hipnotizante, tal vez el más “techno” de todos. Eso sí, no os asustéis, puesto que este grupo no suena a música de club o de discoteca de pelaos, sino es música de verdad. Con esto en mente, no sorprende si digo que el papel que juega el trabajo de Wooden es impresionante. Aunque sigo quedándome con el bajo.

“Rí Rá” viene a ser el contrapunto a “All the People Now”, y es que con su correspondiente dosis de electrónica, la canción resulta más tradicional. El violín, por lo tanto, centro de atenciones, aunque la presencia techno vaya subiendo conforme pasa el metraje del tema. Aquí el estribillo vuelve a tener al cantante de Barra como protagonista, y en las correspondientes seguidillas, el violín vuelve a traernos a la mente la música tradicional irlandesa. “Lights Below” recupera el sonido con el que habría el disco, es decir, arreglos preciosistas al principio, violín protagonista supurando emociones y melodías aun más frágiles, hechas para sonar a tempestad de emociones. Como elemento exclusivo, esta canción cuenta con voces y coros que en principio suenan humanamente desesperados, pero ya hacia el final, oscurecen, y se tornan siniestros. Otro de los temas soberbios del disco.

El disco finaliza con dos temas muy completos, como son “Crashing For the Floor” y “You’re Listening to a Dead Man Speak”. La primera, empieza con ritmos percutidos, y tras la breve introducción, todos los instrumentos al unísono forman la melodía. Más compacta y homogénea que la del resto de temas, aparecen timbales y el bodhrán, dando una riqueza de sonido muchísimo mayor. La canción tiene mucha vida, mucho ritmo y en esta ocasión, tiene más de canción de lucha, de marcha o de protesta. Es enérgica, sin salirse de la melodía, y cuenta con unos coros que al igual que sucedía en “Words for Snow”, recuerdan a At the Drive-In. Y ya dentro de la última canción, cuando poco más queda por decir, “You’re Listening to a Dead Man Speak” vuelve a sorprender, rematando una excelente faena. Es un tema triste, como por su nombre se podría deducir, pero si a la estremecedora lírica le sumamos una partitura gloriosamente críptica, el resultado es inmejorable. Los cambios de ritmo y compás son constantes, la lentitud se convierte en velocidad y la decadencia en esperanza, momentos activos en pasivos, y relatos electrónicos se convierten en clásicos. Ya al final, las voces y los coros, proclaman “¡you’re listening to a dead man speak!”, frase que da nombre a la canción, rellenando la canción con el casi llanto de un hombre que lo ha perdido todo.

Tras escuchar los más de 48 minutos que dura este discazo “Rúa”, uno tiene la sensación de haber descubierto algo nuevo. Su música contiene la emotividad de la música clásica tal y como sucede con Apocalyptica, cuenta con melodías extremadamente bien hechas como las de Incubus, ritmos electrónicos para nada machacones, a la altura de Aphex Twin, innovación y rock alternativo al estilo Radiohead, y un sin fin de comparaciones.

También cabe destacar que la banda no solo se dedica a difundir el arte, sino que se trata de un grupo comprometido con la antiglobalización y el comité de bienvenido del G7 (irónico nombre para este popular grupo anticapitalista).

Ya para terminar, comentar que tal vez, el defecto del disco es su producción, ya que como es evidente, un nulo presupuesto para producir un disco, condiciona mucho sus posibilidades. Estoy seguro de que ahora, mientras graban su tercer trabajo, segundo de estudio, en Australia, contarán con mayor soporte en la producción, y ello contribuirá a la creación de un álbum superior (cosa difícil) a este “Rúa”. Muy recomendado.


Lo Mejor: Emotividad, expresividad y originalidad.

Lo Peor: La producción es muy sencilla
 


COMENTARIOS

33 Comentarios

  • 95 Muy Bueno
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    nismox2
  • 90 Muy Bueno
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    Roenick
    Qué bueno que es el cabrón del disco este Y yo sin puntuarlo
  • 90 Muy Bueno
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    The_Lost_Prophet
  • 82 Muy Bueno

    amalio
  • 100 Excelente
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    Smartita
  • 95 Muy Bueno
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    NaYaDe
    increíble :D
  • 90 Muy Bueno

    sicsicsic
    no hace falta decir nada
  • 99 Excelente
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    Siddhartha
    Un 99 porque la perfeccion no es siempre lo perfecto xD
  • 95 Muy Bueno

    smash-N
    VAYA DISCO!
  • 100 Excelente
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    GLaSS
    Un discazo. Le pongo un 9 porque visto lo visto el nuevo disco que sale en breve sera mejor incluso. --------------- Edito a 10.
  • 100 Excelente

    axlgarcibis
    Muy bonito y variado el disco. La parte final se me hace un poco pesada, pero.-... toma 10
  • 100 Excelente

    Buscemi
  • 30 Malo

    little_colors
  • 50 Mediocre

    frostix
  • 60 Mediocre

    JUANmcd
 

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