metalcore / melodic hardcore
 For The Fallen Dreams
Back Burner
ZONA-ZERO
80
9 VOTOS
71
+
For The Fallen Dreams

Back Burner

Publicación:
Mayo 2011
Sello:
Rise Records
Productor:
Tom Denney
Género:
metal, punk-core
Estilos:
melodic hardcore, metalcore

Tracklist

  • 01. Say What You Will
  • 02. Deep Down Inside
  • 03. Complicate the Situation
  • 04. Only Unopened Arms
  • 05. My Anthem-Like Symphony
  • 06. The Big Empty
  • 07. Bottom Feeders
  • 08. Don't Give Up, Don't Give In
  • 09. The Human Collective
  • 10. Let Go
  • 11. Yellow (con Mike Duce de Lower Than Atlantis)
  • 12. Fist Fight

Miembros

  • Dylan Richter: voz
  • Kalan Blehm: guitarra
  • Jim Hocking: guitarra, bajo
  • Will Weatherly: batería, percusión

Análisis

por el 08 Nov 2011
5171 lecturas
Cuando en 2008, For The Fallen Dreams publicaban su primer trabajo “Changes” a través del sello americano Rise Records (casa de bandas esenciales como Hot Water Music, From First to Last o The Bled), los amantes del metalcore pesado y cargado de potentes melodías de guitarra nos llevábamos una grata sorpresa. Una banda joven, nueva para la mayoría, que sonaba fresca y con garra, con una voz muy particular y letras con las que cualquiera podía identificar momentos de su propia vida, aparece con una carta de presentación absolutamente redonda, y además en un buen momento debido a la creciente popularidad de bandas del género que se desmarcaban de la fórmula de combinar tralla con estribillos melódicos, como Parkway Drive, The Ghost Inside o Heaven Shall Burn, por citar algunos ejemplos.

Discretamente, se comenzaron a hacer un hueco en la escena underground, participando en diversas giras por EEUU y Europa. A base de patear escenarios, consiguen que su segundo trabajo “Relentless”, ya con Dylan Richter a las voces (su antiguo vocalista Chad Ruhlig formó Legend), tenga un éxito notable. En este segundo trabajo la melodía iría ganando cada vez más terreno sin dejar de lado su faceta más pesada. Tras el lanzamiento, se lanzarían de nuevo a la carretera en Europa y EEUU junto a bandas como The Ghost Inside, Suffokate, Oceano o Stick to Your Guns, haciendo crecer poco a poco su base de seguidores.

El pasado mes de mayo vio la luz el tercer full lenght de los de Detroit, “Back Burner”, con tan solo un miembro superviviente de la formación que grabó “Changes” (el guitarrista Jim Hocking, que además grabaría las pistas de bajo debido a la ausencia de un bajista oficial durante el proceso de grabación). El disco es producido nada más y nada menos que por el ex-guitarrista de los archiconocidos A Day To Remember, Tom Denney, de quien se dice era el miembro que aportaba la vena burra a la música de la banda liderada por Jeremy McKinnon, claramente responsable de la faceta más melódica de la misma. A pesar de ello, el ahora productor encontró con su antigua banda (con la que sigue colaborando en la composición) una fórmula que tuvo un considerable éxito comercial y que en los tiempos que corren está siendo repetida hasta la saciedad. ¿Puede ser esta la causa de que For the Fallen Dreams hayan grabado un álbum tan distinto al que grabaron en 2008, repleto de estribillos melódicos e incluso algún medio tiempo? ¿Que hayan seguido (a ciegas) los consejos de alguien que logró encontrar la fórmula del éxito, tan difícil de conseguir en los tiempos que corren? Dejaré esta pregunta sin responder para que cada cual crea lo que quiera, ya que sólo la propia banda sabe el verdadero por qué de ese giro en su sonido. ¿Nuevas influencias? ¿Oportunismo? ¿Mejora en la técnica vocal de Richter? ¿Demasiados cambios de formación? ¿Comercialización pura y dura? Que cada cual juzgue por sí mismo.

Me alegro de poder hacer éste análisis con unos meses de margen desde la salida del disco, ya que si en un principio la sensación fue jodidamente agria (si hubiera hecho la crítica entonces, dudo que la puntuación hubiera pasado de un 60), con el tiempo y a base de escuchas, el álbum se ha convertido en un firme candidato a mi Top 10 del año. Y eso no significa que me sienta decepcionado por sentir que probablemente los FTFD que nos volaron la cabeza con trallazos como “Brothers in Arms”, “Never Again” o “Last Dying Breath” ya no vuelvan, pero hay que reconocer que musicalmente es un álbum considerablemente bien trabajado, combinando la faceta más bruta característica de la banda con elementos a los que no nos tenían demasiado acostumbrados, como las ya citadas melodías vocales infecciosas que se contrastan con la voz de ultratumba de su tatuadísimo cantante. Juega un gran papel la producción de Denney, sobretodo en el apartado vocal, ya que ha conseguido dotar la voz gutural de un sonido musculoso y potente, y el tratamiento de las voces melódicas dota los estribillos de cierto aire épico a la par que emotivo, haciendo que no puedas sacarte de la cabeza fragmentos de los temas que han sido obviamente creados con ese fin (practicamente cualquiera de los estribillos del disco corre peligro de entrar en tu cerebro y enquistarse en él). El disco sigue una línea clara que se ve únicamente cortada por la pseudo-balada “Bottom Feeders” (en la que juegan incluso con baterías programadas), la pieza más chocante y sorprendente del álbum, en la que podemos oír al vocalista Dylan Richter usando un registro al que no nos tenía para nada acostumbrados. Y lo cierto es que no lo hace mal. Lo que al principio me pareció una broma de mal gusto (es lo que tiene el crearse expectativas respecto a algo), ha resultado convertirse en una de mis piezas favoritas del disco, demostrando que la banda no tiene prejuicios a la hora de hacer lo que les viene en gana, y que tanto son amantes de un buen breakdown como de una buena melodía.

En definitiva, un trabajo que al principio descoloca si les seguías la pista anteriormente, pero al que recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad, porque acaba enganchando. Y si tenéis la oportunidad de verles en directo (aún no han pasado por nuestro país, pero prometen que lo harán pronto), no lo dudéis ni un segundo. Vuestro “yo” karateka os agradecerá una buena sesión de mosh.


Lo Mejor: Los estribillos melódicos son peligrosamente adictivos.

Lo Peor: Lo mejor del disco es también lo peor, puesto que provoca que en este nuevo trabajo la banda suene más genérica que nunca.
 


COMENTARIOS

9 Comentarios

  • 77 Bueno
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    Llop12
    Mu rico
  • 55 Mediocre

    crust_in_me
  • 82 Muy Bueno
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    gonzalo
  • 60 Mediocre
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    Dani DP
    Aburridos y simplones.
  • 65 Bueno
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    DavyGrolton
    Me parece más de lo mismo en una escena demasiado saturada.
  • 70 Bueno
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    kiba
  • 85 Muy Bueno
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    Wakibu
  • 90 Muy Bueno

    Eyeless
    Genial en todos los aspectos. Uno de mis discos preferidos.
  • 55 Mediocre


 

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