Atma

Allá por 1998 se disolvía Sleep, una de las bandas más destacadas del stoner/doom, y años después publicaban una de las obras más importantes e influyentes del género: ''Dopesmoker''. Sus 63 minutos de trance lisérgico y espiritual son difícilmente irrepetibles, pero hará que muchas otras formaciones intenten acercarse a todo ese concepto. Pocas captarán la esencia pero Yob será una de las que más se aproximen. Ellos buscan un mantra similar a trío Pike-Cisneros-Hakius, pero alejado de la marihuana (al menos no aparece en su discurso), con una gran presencia del Budismo (sólo hay que leer ese OM MANI PADME HUM de ''The Unreal Never Lived'' para darse cuenta) y el cosmos.

El nuevo trabajo, sexto disco sin contar con el extinto proyecto Middian, continúa esa religiosidad con el sugerente título de ''Atma'', alma suprema. Un álbum que se aleja de su anterior ''The Great Cessation'', marcando el regreso del trío de Oregón y dando un giro a su música al arriesgarse en terrenos de cierto aire post. Nada de eso encontraremos en el nuevo lanzamiento y aún menos ese trance que contenían sus anteriores discos. Ahora suenan menos envolventes y más directos, encontrando, a partes iguales, un intento de evolución y giños a su antigua época. Todo esto sonaría bien si no fuese porque esa añoranza al pasado hace que no se atrevan a dar un paso firme y le den mayor unidad al conjunto.

Al igual que Neurosis con su ''Given To The Rising'', Yob y su ''Atma'' suena a algo que ya hemos escuchado numerosas veces aunque en su caso no es mero refrito de riffs y nostalgia. Desde el comienzo suenan a ellos, pero sin tantos adornos. No se andan con tonterías y tanto ''Prepare The Ground'', ''Atma'' como ''Upon The Sight Of The Other Shore'' se convierten en un ejercicio de inmediatez, aunque el primer tema algo falto de inspiración pero muy efectivo. También hay sitio para las colaboraciones y Scott Kelly de Neurosis se anima a ello en la canción más extensa del disco ''Before We Dreamed Of Two''. En ella se combina una primera e intensa parte con una segunda más cercana a Neurosis que a otra cosa. Para cerrar el disco nos encontramos con ''Adrift In The Ocean'', la canción que más se acerca a los Yob se siempre, donde dejan al oyente nadar en los riffs y recrearse en lo que mejor saben hacer.

El disco, aunque es uno de lo más esperamos del año y aparecerá en numerosas listas, no deja de ser algo que ya hemos visto. Un trabajo con buenos momentos que queda a medio camino de lo que vendrá. Un trabajo de transición para el futuro de Yob, de quienes se espera firmen un próximo álbum más exigente