

Imagínate que un buen día, sin comerlo ni beberlo, te obligaran a dejar la tierra donde naciste, donde creciste, donde están enterrados tus seres queridos, en definitiva te obligan al destierro del lugar donde aprendiste a vivir.
Esta es precisamente la historia de este documental, la historia de sus gentes que vieron desaparecer sus hogares y su terruño de infancia, bajo las aguas del pantano del Ebro.
A comienzos del siglo XX las sequías en el valle del Ebro impulsan el proyecto de construir un gran embalse en la cabecera del río, al sur de Cantabria. Inaugurado en 1952, el Pantano del Ebro es uno de los embalses más grandes e importantes de España. Se ubica cerca de Reinosa, a pocos kilómetros del nacimiento del Ebro, todavía dentro de la comarca de Campoo (Cantabria) que le ve nacer. Es el responsable de regular el caudal del Ebro para que el río no baje agotado durante el estiaje como era común hasta mediados del siglo XX.
El Pantano del Ebro conforma un paisaje muy singular. Ocupa una extensión considerablemente grande de la comarca campurriana y aún se interna en la provincia de Burgos. Sus aguas, rodeadas de altas montañas, inmensas praderas verdes y frecuentes brumas, encierran una belleza melancólica.
Tras su inauguración el embalse inundó tres pueblos enteros, Quintanilla, Medianedo y La Magdalena, afectando a numerosas poblaciones limítrofes como La Población de Yuso, Corconte, Arija, Las Rozas, Orzales y Requejo. Esta obra cambió para siempre no sólo el paisaje de la región, sino la vida de muchos campurrianos.