Si no les compete porque la investigación la lleva otro cuerpo
O sea que el PNV que es un partido que siempre ha utilizado el terrorismo como mas les ha convenido en este caso que no lo ha utilizado como mas les ha convenido porque no les compete
De toda la vida la prensa ha tenido acceso a información poilicial mediante las llamadas "fuentes policiales", que no han de estar necesariamente vinculadas al Ministerio del Interior ,
O sea que las fuentes policiales o no estan vinculadas al Ministerio del Interior o filtran al margen del Ministerio del Interior.
(El País, El Mundo, ABC, etc) que citan fuentes policiales (que no es necesariamente lo mismo que el Ministerio del Interior)
Interior describe a Zulueta como un estorbo para la reinserción de presos
http://politica.elpais.com/politica/201 ... 47555.html
Y el terrorismo vasco es algo que el PP utiliza mucho
¿Tu crees?
Spoiler: Mostrar
Desde que ETA declaró el cese definitivo del terrorismo, hace más de dos años, el sueño de Sortu era sumar al PNV a su marcha anual en favor de los presos etarras. Aunque para ello se ha tenido que cambiar el lema —Derechos humanos, solución y paz—,Sortu ha logrado su objetivo con enorme éxito por la torpeza política que supuso prohibir una marcha cuando el terrorismo ya está acabado. Al instar la fiscalía esa prohibición, el Gobierno ha provocado un incendio, con una marcha multitudinaria que ha exigido el cambio en su política penitenciaria.
El PNV ha insistido en la excepcionalidad de su presencia junto a Sortu. Su móvil ha sido defensivo: evitarle a la Ertzaintza capear el temporal de una prohibición, y detener el riesgo de una involución en el proceso de desmantelamiento de ETA, protagonizado por Sortu, ante la respuesta represiva del Gobierno de Rajoy por la prohibición de la marcha.
El lehendakari Urkullu y el PNV, en los dos años transcurridos desde el cese definitivo del terrorismo, han presionado insistentemente a Sortu y ETA para que remataran su final. Rajoy podía estar contento con Urkullu. Y cuando esas presiones logran un resultado importante —que los presos etarras asuman la legalidad penitenciaria— se encuentran con que la respuesta del Gobierno son detenciones y la prohibición de una marcha anual que siempre se había celebrado.
Es posible que las detenciones de esta semana estén justificadas. La cuestión de fondo es la actitud del Ejecutivo ante el final de ETA. Rajoy no ha dado ningún paso en política penitenciaria desde el cese definitivo del terrorismo hace dos años, con lo que vulnera el Pacto de Ajuria Enea de 1988, que compromete a todos los partidos a flexibilizar la política penitenciaria en caso de que ETA cese la violencia. No ha hecho ningún caso a las reiteradas peticiones de Urkullu, de acercamiento de presos etarras a las cárceles vascas. Ni siquiera ha activado la vía Nanclares de reinserción. Su coartada es la presión para lograr la disolución de ETA.
Pero lo peor es que no valore el proceso de desmantelamiento de ETA. Ni el cese definitivo del terrorismo —sin que ETA lograra el derecho de autodeterminación y la unión del País Vasco con Navarra—, cuando la gente en la calle percibe que ya no es un problema porque desaparecieron los atentados y la extorsión.
Tampoco valora que los presos de ETA hayan pasado de reclamar la amnistía y la negociación a asumir la legalidad penitenciaria. Y que la imagen de los excarcelados de ETA en Durango es la de su derrota al rechazar la violencia, aunque se comprenda que irrite a sus víctimas.
En vez de insistir en que la victoria de la democracia se impone sobre el terrorismo, aunque quede pendiente el anunciado desarme y la disolución de ETA, cede ante el discurso torticero del Tea Party español y su batallón mediático, con el expresidente Aznar al frente, de que es la banda terrorista quien gana y la democracia la que pierde, y que ha calado de modo preocupante en el electorado conservador español. Un discurso mentiroso, revanchista y contradictorio con el que el propio Aznar mantuvo como gobernante. Con una mera tregua, acercó 200 presos al País Vasco e inició con ETA un diálogo de paz por presos en 1999 que la banda, y no Aznar, rompió.
La ausencia de liderazgo y de pedagogía de Rajoy, que le impide hacer una política de Estado en Euskadi adaptada al final del terrorismo, fue denunciada el viernes por el lehendakari Urkullu y el líder del PSE, Patxi López, aunque este último partido no se ha sumado a la marcha de Bilbao para no coincidir con Sortu.
El PNV ha insistido en que su presencia con Sortu es excepcional ante una situación excepcional e imprevista. Pero esa excepcionalidad dependerá del Gobierno de Rajoy. La multitudinaria manifestación de ayer ha llevado a las calles vascas el cambio en la política penitenciaria. Si Rajoy no lo atiende es previsible que la excepcionalidad deje de ser tal y se abra una etapa conflictiva en Euskadi.
http://politica.elpais.com/politica/201 ... 83922.html
Cuando al lehendakari, Iñigo Urkullu, le notificaron que el juez Velasco, siguiendo la pauta de la fiscalía, había prohibido la manifestación convocada para este sábado en Bilbao en favor de los presos de ETA, se indignó y recordó que esa marcha anual del mundo de la izquierda abertzale siempre había sido tolerada por los jueces, incluso en etapas en que la banda terrorista asesinaba.
Para Urkullu, aseguran en su entorno, ha llegado el momento de poner pie en pared, porque la política del Gobierno de Rajoy está poniendo en riesgo el proceso unilateral de final de ETA al adoptar medidas coercitivas que ni siquiera se tomaban cuando el terrorismo estaba activo. Y que se toman por intereses partidistas, del PP, ajenos al País Vasco, cuando hace ya dos años que cesó el terrorismo etarra.
Por eso dio ayer luz verde para que el PNV se sacara la foto con Sortu, una foto que no se producía, conviene recordar, desde los tiempos del lehendakari Ibarretxe y del frente nacionalista. Un triste mérito que puede apuntarse el Gobierno de Rajoy por su incapacidad política, al encontrarse agarrotado por el Tea Party español.
Urkullu lleva un año gobernando y mantiene un contacto fluido con Rajoy. El titular de La Moncloa ha hecho caso omiso a todas las propuestas de Urkullu para activar la política penitenciaria —como un acercamiento de presos de ETA a las cárceles vascas, con el precedente de Aznar— con el fin de agilizar el proceso unilateral de desmantelamiento de ETA que protagoniza Sortu. Y el lehendakari ha aguantado el silencio de Rajoy por no hacer el juego a la izquierda abertzale.
Pero a lo que ya no está dispuesto Urkullu es a soportar un retroceso —como estos días, con la guinda de la prohibición de la manifestación— cuando el fin de ETA está al alcance de la mano, solo porque Rajoy tiene que satisfacer al Tea Party español. Si Urkullu no se planta, puede verse desbordado, y ya sabemos lo que pasa entonces porque lo tenemos cerca. Así es que el Ministerio del Interior no va a tener una manifestación, sino una remanifestación, con el PNV sumado, y un clamor en las calles vascas en favor de una nueva política penitenciaria.
El fin efectivo del terrorismo de ETA, con dos años sin atentados ni extorsión; la asunción de los presos etarras de la legalidad penitenciaria, y el próximo desarme de ETA, antesala de su disolución, está pidiendo a gritos para Euskadi una política de Estado y no desde el Ministerio del Interior. Rajoy no debe abordar la situación vasca como si estuviéramos en los años de plomo, como esta semana, porque convierte a Euskadi en una fábrica de independentistas. No hace falta esperar a la reunión que Rajoy y Urkullu van a celebrar a final de mes para un cambio de rumbo. Rajoy aún está a tiempo de evitar otro incendio como el de Cataluña.
http://politica.elpais.com/politica/201 ... 51181.html
Un importante cargo de la lucha antiterrorista, que ha trabajado con los Gobiernos del PP y del PSOE, decía recientemente que hace tan solo unos años nos hubiera parecido un sueño este final de ETA que estamos viviendo. Y es que la banda terrorista se retira sin lograr ninguno de sus objetivos políticos —el derecho a la autodeterminación y la unidad del País Vasco con Navarra— y ni siquiera el acuerdo de paz por presos que estuvieron dispuestos a negociar todos los Ejecutivos, incluido el de José María Aznar.
Por eso, resulta sorprendente que algunos sigan diciendo que “ETA ha ganado y la democracia ha perdido”. Si se considera que ETA ha ganado porque la izquierda abertzale ha vuelto a las instituciones, habrá que recordar a quienes siguen ese eslogan que los tribunales avalaron su regreso porque sus estatutos, presentados en febrero de 2011, rechazaban expresamente el terrorismo de ETA y se comprometían a expulsar a quienes incurran en actos violentos.
Si algunos piensan que ETA ha ganado porque su colectivo de presos asume desde el 28 de diciembre pasado la legalidad penitenciaria y su reinserción individual y, por ello, pueden acceder a los beneficios penitenciarios, no conocen la historia de la política antiterrorista en España. Es lo que la democracia exigía a ETA desde hace décadas: rechazo de la violencia y reconocimiento del daño causado. Y no parece que haya que lamentar que quienes fueron terroristas se acerquen al Estado de derecho. Por eso resulta, también, incomprensible que algunos no valoren el paso de los presos etarras con el argumento de su retórica infumable. Aunque no es menos cierto que a ETA hay que seguir exigiéndole su disolución.
A quienes opinan que ETA ha ganado porque “los presos etarras no se pudren en las cárceles” habrá que recordarles que es el mismo Estado de derecho que ha ganado a ETA con la ley el que ha ejecutado las excarcelaciones de 60 presos etarras, por anulación retroactiva de la doctrina Parot, de acuerdo con el mismo respeto a la ley. La Constitución española avala la reinserción de los presos y es contraria al revanchismo de que “los presos se pudran en las cárceles”.
En el caso de los 60 expresos de ETA que se reunirán hoy en Durango (Bizkaia) —con una media de 25 años de condena cumplida— habrá que recordar que tienen derecho a hacerlo mientras no violen la ley. Será el juez quien decida si se celebra o no la reunión en función de si cumple o no la legislación.
Si es cierto, como anuncia la izquierda abertzale, que van a apoyar el proceso final de ETA, el cese definitivo de la banda y la asunción de la legislación penitenciaria, ¿dónde está el problema? ¿No es acaso un primer reconocimiento del daño causado a las víctimas que la democracia les exige? Si, al contrario, hay riesgo de delito por enaltecimiento del terrorismo, estaremos a lo que diga el juez.
El final de ETA ha cogido a demasiada gente —algunos políticos e intelectuales incluidos— con el pie cambiado. Con la mentalidad con que algunos afrontan este episodio, no habría sido posible la Transición democrática en España. Sobra retórica y falta pedagogía.
http://politica.elpais.com/politica/201 ... 99484.html
No se pueden negar las importantes dosis de oportunismo y de cinismo que le asisten al PP cada vez que se pronuncia sobre el terrorismo. Ya son dos años desde que ETA anunció que no se producirían más acciones terroristas, pero ¿ha observado usted, querido lector, muchas diferencias en los pronunciamientos de los señores del PP respecto a tal asunto a lo largo de los tiempos? Yo no tengo dudas de que la izquierda abertzale (IA) está siendo demasiado mezquina en sus valoraciones sobre el hecho terrorista ya finiquitado, al menos en teoría, pero la sociedad ha dado sobradas muestras de que quiere rubricar el final anunciado por ETA, con planes de convivencia que convierten el futuro en una época de concordia y paz evidentes.
Mientras no se demuestre lo contrario, ETA permanece en el letargo anunciado, que fue adelantado como definitivo. Como tal permanece, a pesar de que nunca falten intervenciones inoportunas, como la de Hasier Arraiz, que se negó a rechazar el pasado de la IA, que fue la ilegalizada Herri Batasuna. La inoportunidad del presidente de Sortu llamó al oportunismo del resto de las formaciones vascas, cuyos líderes posaron ante los medios informativos subrayando lo evidente, por cierto, una evidencia que ya comparten buena parte de los partidarios de la IA que se han convencido, por fin, de que ETA y la democracia en que vivimos desde la muerte del caudillo Franco siempre fueron incompatibles.
¿Quién avala hoy en público a ETA? Incluso Hasier Arraiz se ha desdicho de su insensatez"
Pero el oportunismo del PP siempre ha ido un poco más lejos, sin duda para aprovecharse de las circunstancias. Cuando el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha ordenado intervenir sobre la doctrina Parot, el PP ha mostrado tantas dosis de cinismo como de cobardía: en lugar de aceptar el veredicto prefirió cuestionarlo, aunque sin esgrimir razón alguna, pero no tuvo arrestos para ignorarlo y combatirlo. No podía hacer otra cosa, ni podía ni debía, pero entonces ¿a qué responden los pronunciamientos en contra si nunca tuvo en su mente combatir la resolución por la vía práctica?
El PP alimentó una vorágine incontrolable de asociaciones de víctimas que, salvo honrosas excepciones, nunca tuvieron otro objetivo que hacer de punta de lanza para abrirles el paso, por eso las agitó para protestar contra Estrasburgo, y sus líderes acudieron a las manifestaciones públicas convocadas por ellos, arriesgándose incluso a recoger voces de protesta e insultos como fruto de sus presencias en tales actos. Aquí, en Euskadi, Hasier Arraiz les ha facilitado una nueva coartada. No son pocas las iniciativas y los proyectos que van tomando forma y fondo en Euskadi. Sin embargo, el PP ha encontrado una nueva oportunidad y ahora propone un nuevo lugar de encuentro con el PNV y el PSE “para desmentir a quienes hoy avalan a ETA”.
¿Quién avala hoy, públicamente, a ETA? Incluso Hasier Arraiz se ha desdicho de su insensatez. Por eso, la propuesta del PP vasco solo está basada en el oportunismo y contiene buenas dosis de cinismo. Todos los fundamentos de su propuesta han sido ya debatidos y conseguidos: la deslegitimación del terrorismo, la inexistente razón de ser de ETA, la legitimidad de las instituciones democráticas, el prestigio de los principios éticos, el rechazo social,… Todo ha sido conseguido. ¿Para qué insistir en remarcar protagonismos? ¿Por qué no intenta el PP que se integre en todos los proyectos del futuro, también la IA? Resulta curioso y chocante que quienes tanto empeño ponen en apuntalar la memoria inmediata muestren tantos remilgos en aceptar los contenidos de la ley de Memoria Histórica. ¿No encierra demasiado cinismo esta actitud? ¡Cuidado, que nadie deslice su imaginación por falsos derroteros! Franco y ETA, berdin da (lo mismo es).
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/27/ ... 87553.html