
Bueno, a ver cómo empiezo... El motivo por el que abro un hilo sobre este disco ahora es básicamente que lo acabo de descubrir y me parece maravilloso. Os cuento:
Desde hace un tiempo vengo viendo este disco en las listas de RateYourMusic sin prestarle mucha atención. Pensé que era el típico disco que solo conocen unos pocos y lo flipan mucho con él en su país pero fuera de ahí no resulta interesante. El caso es que, con el tiempo, el disco ha acabado colándose en sus listas como número 2 de 1999 solo por detrás del Ágaetis Byrjun de Sigur Rós, número 2 de la historia en discos en directo solo por detrás del Unplugged in New York de Nirvana, y actualmente en el número 116 de la lista general de mejores discos de la historia. La mayoría de los votos datan de los dos últimos años y vienen siendo un cinco detrás de otro. En las reseñas, encontramos básicamente gente hablando de cómo este disco les cambió la vida o de lo feliz que les hace. Con estos precedentes, había que darle al menos una escucha, ¿no?

Antes de entrar en materia, un poco más de background. Fishmans eran una banda japonesa que empezaron jugueteando con el dub y el reggae para acabar evolucionando hacia el dream pop y otros terrenos más experimentales. Editaron varios discos durante los años noventa, y el concierto de la grabación que nos ocupa fue el último de su carrera. Después de empezar como quinteto, para entonces ya solo quedaban tres miembros: el vocalista y guitarrista Shinji Sato, el batería Kin-Ichi Motegi y el bajista Yuzuru Kashiwabara. Este último anunció en 1998 su salida de la banda, y este concierto iba a ser el de su despedida. Por su parte, Sato y Motegi pretendían continuar con la actividad del grupo. Actividad que se vio interrumpida con la muerte de Shinji Sato el 15 de marzo de 1999. El frontman sufría desde su nacimiento una enfermedad incurable del corazón. Sabía que acabaría muriendo prematuramente por ello, pero no cuándo. Al final, aquel concierto de despedida para Kashiwabara acabó siendo el epitafio de la banda. Motegi, el último miembro, recaló después en Tokyo Ska Paradise Orchestra.
Todo esto hace si cabe un poco más especial al disco, pero sin ello sería igual de memorable. ¿Sabéis esa sensación de escuchar por primera vez una canción y tener la sensación de conocerla de toda la vida? Pues la he tenido varias veces en el disco. Y también la sensación de estar escuchando algo atemporal, mágico, irrepetible. De alguna manera la grabación ayuda mucho: el sonido es atmosférico, te envuelve, te sumerge en el mundo de fantasía que crean los músicos sobre el escenario. Por lo que he leído, el concierto (de más de dos horas de duración) incluye las mejores canciones de su discografía, la cual desconocía por completo, todas ellas mejoradas respecto a su versión de estudio. Y yo, sinceramente, me lo creo.
El disco consta de dos CDs. En el primero tenemos una recopilación de canciones de sus diferentes discos, y la verdad es que son todas buenas. Y eso que no empieza muy bien, porque para mí los primeros minutos precisamente son lo peor de la escucha, aunque parece que actúa más como introducción que otra cosa. La parte final del tema, sin embargo, ya adelanta lo que nos espera de ahí en adelante: un carrusel de emociones y de momentos inolvidables, de esos que te hacen preguntarte de dónde narices ha salido este grupo.
La característica más llamativa de Fishmans es la voz de Shinji Sato, un falsete que prácticamente le hace tener una voz femenina. Puede recordar en cierta manera a la de Jónsi, de los ya citados Sigur Rós, aunque su estilo es diferente. Una de esas voces que transmiten emociones aunque no te estés enterando de una sola palabra. En cuanto al estilo musical del grupo, es bastante difícil de definir. Bajo todas sus capas de psicodelia y dream pop se adivinan estructuras del reggae, algo de rock, ambient... Una mezcla bastante sorprendente teniendo en cuenta que no llegaron a ver el nuevo siglo.
Como dije antes, las canciones del primer disco son todas buenas, y una a una nos van soltando melodías de esas que se te quedan a la primera. Yo puedo decir que después de las dos primeras escuchas ya reconocía prácticamente todas. Tienen personalidad, sí señor. Pueden recordar a ratos tanto a una versión caribeña de los Beatles como a un cruce entre Bob Marley y Radiohead. Y sí, estas comparaciones me parecen completamente pertinentes. ESE es el nivel.
Pero entonces llegamos al segundo CD. Y ahí nos encontramos con que la última canción del disco dura nada más y nada menos que 41 minutos. ¿La explicación? Este es el colofón final a una actuación sencillamente perfecta. Se trata de "Long Season", la única canción incluida en su álbum titulado de esa misma manera, una única pieza de 35 minutos. Para este concierto final la banda lo interpreta en versión extendida, una despedida sencillamente espectacular. Un tema progresivo en el que hay hasta tiempo para una parte central heredera del minimalismo vanguardista de mediados de siglo XX, por si quedaba alguna duda de que estos tíos eran unos genios.
En fin, no me quiero alargar porque ya he escrito bastante, pero quería dejar clara mi recomendación incondicional de este disco, no solo porque es realmente bueno, sino porque es uno de esos con potencial para gustar a prácticamente cualquier persona. La cantidad de momentos impagables que contiene, sus melodías atemporales, la voz de Sato, la excéntrica mezcla de estilos, el sonido tan cálido que desprende que te hace sentir como si estuvieras allí, la perfecta interpretación de los músicos y por supuesto el fin de fiesta final. Todo en este disco suena a clásico. Y todo esto manteniendo lo que dije en el otro post, que los discos en directo no me suelen interesar mucho.
Es curioso pensar que se ha tirado casi veinte años en la sombra hasta que gracias a una pequeña comunidad de internet el mundo entero descubre un disco que, de haber sido conocido en su día, hoy sería venerado como mínimo como uno de los mejores discos en directo de la historia. Yo os voy a ser sincero una vez más, llevo una semana con el disco y creo que esta vez el hype está más que justificado, hay algo muy especial aquí. Si lo unimos al hecho de que fue el último concierto antes de la muerte de su cantante y el fin de grupo, la cosa tiene tintes de épica. Siguen siendo unos desconocidos para el gran público, pero si la cosa sigue así pronto se convertirán en una leyenda, si no es que lo son ya. Qué bueno que viniste, internet.
Sé que he escrito un ladrillo, es solo un síntoma de lo muy flipando que me ha dejado el maldito disco. Además es adictivo. La única pega es que es bastante difícil encontrarlo en internet a buena calidad y tampoco está en straming en ningún lado, así que casi que mejor que si le interesa a alguien, que me envíe un privado. No obstante, lo que sí está disponible es la grabación en vídeo del concierto, que un buen samaritano se ha encargado de sincronizar con el audio del disco y subir a YouTube. Así que, con ustedes, Fishmans:
PAAAAAA
PAPAPA PA PAPAAAAAA
PAPAPA PA PAPAAAAA
PAPAPA PAAAAAAAAAA