
Y para mí de genio nada: es un tío que sabe lo que es el pop, cómo penetra en la mente de las personas y con dos frases simplonas (sí, yo también hablo de "Watcher in the Sky", que, en efecto, es más simple que el mecanismo de un chupete) consigue que uno no se las saque de la cabeza. Cosa que tampoco veo como un mérito en sí mismo, porque hay miles de canciones de mierda de fabricación reciente que cuando las escucho en la radio me brotan constantemente durante días.
"Spillways" y "Driftwood" han sido compuestas por piezas por otros grupos hace mucho tiempo, y de la mayoría de temas podría decir lo mismo. Así que el único genio que le veo a Tobias es mezclar ese AOR de los 80 con unos arreglos un poco más oscuros, ser capaz de hacer canciones tan pegadizas como pasadas de moda y a la vez conseguir que a la gente no le importe donde está la bolita... o siquiera si hay una bolita debajo de los vasos. Que no es poco, la verdad. Casi parece magia, neuromárketing, o, como mínimo, la obra de un hipnotizador de primer orden
