hardcore punk / metalcore / post-hardcore / experimental rock
 Refused
Freedom
ZONA-ZERO
25
21 VOTOS
50
+
Refused

Freedom

Publicación:
Junio 2015
Sello:
Epitaph Records
Productor:
Nick Launay, Shellback
Género:
punk-core, pop-rock
Estilos:
post-hardcore, hardcore punk, experimental rock

Tracklist

  • 01. Elektra
  • 02. Old Friends / New War
  • 03. Dawkins Christ
  • 04. Françafrique
  • 05. Thought Is Blood
  • 06. War On The Palaces
  • 07. Destroy The Man
  • 08. 366
  • 09. Servants Of Death
  • 10. Useless Europeans

Miembros

  • Dennis Lyxzén: voz
  • David Sandström: batería
  • Kristofer Steen: guitarra
  • Magnus Flagge: bajo

Análisis

por el 15 Jul 2015
12989 lecturas
Londres, Inglaterra. 1975. Malcolm McLaren, empresario y propietario de una tienda de ropa, tiene una visión: lo que los jóvenes ingleses necesitan para expresar su descontento con la situación de desigualdad provocada por las políticas de la Dama de Hierro Margaret Thatcher es vestir ropas rotas llenas de tachuelas e imperdibles. La idea le sobrevino probablemente al contemplar a John Simon Ritchie, uno de los chicos que frecuentaban su establecimiento, y cuando se le presentó la oportunidad de llevar la carrera de una infame banda de rock local, The Strand, no lo dudó. Reemplazó a su vocalista por el descarado y carismático Johnny "Rotten" Lydon, rebautizó su tienda con el nombre de SEX y vistió a su criatura con aquellos harapos. Habían nacido los Sex Pistols. Pocos meses después el propio John Ritchie, ya reconvertido en Sid Vicious, entraría a formar parte de la banda para redondear la obra de su vida.

Pese a todo es innegable el impacto que tuvieron los Pistols en la música rock. Aquellos cuatro sonados representaban a la perfección el nihilismo al que se habían visto abocados todos esos jóvenes sin oficio ni beneficio. Hasta entonces nadie había sido capaz de ponerle voz a una generación perdida que por primera vez se identificaba con unos músicos que a duras penas sabían tocar sus intrumentos. No era la música: era el mensaje. Y no es que fuera un mensaje precisamente inteligente. Ni político. Steve Jones llegó a comentar que no entendía por qué se decía que los Pistols eran un grupo político cuando ni siquiera sabían el nombre del Primer Ministro. Atacar a la Reina, declarar que no había futuro... era simplemente la manera que tenían esos jóvenes marginados de expresar lo mucho que les daba igual todo. Y como ellos había miles en el Reino Unido. Ese fue el germen de lo que hoy consideramos punk aunque todo fuera, en palabras de McLaren, "una excusa para vender pantalones".

Umeå, Suecia. 1997. 20 años después de la salida de "Nevermind the Bollocks", Refused preparan la edición de su tercer álbum. Se titulará "The Shape of Punk to Come" e incluirá, además de incendiarias letras, ensayos y comentarios sobre el mundo capitalista en el que vivimos y arengas en pro de una subversión de base marxista. El punk que venía era, pues, muy distinto al punk que había sido: la conciencia social ya no partía de una reacción espontánea a una situación sufrida en carne propia sino de la reflexión intelectual sobre la situación política a nivel global. El punk que venía debía ser un punk ilustrado, de gente formada y preparada, dispuesta a pasar a la acción. El nihilismo debía quedar atrás y el objetivo pasaba de constatar una visión del mundo asentada en las conciencias de los olvidados por el sistema a establecer una serie de principios sobre los que se debía construir una nueva realidad.

Como les pasó a los Pistols el revuelo provocado por la salida del disco acabaría con la banda separándose tan solo unos meses después, tras un concierto interrumpido por la policía en un sótano del estado norteamericano de Virginia. En un agrio comunicado de despedida Refused manifestaban su fracaso a la hora de hacer llegar aquel mensaje que, como en los 70, primaba por encima de la música. Ellos habían grabado uno de los discos de hardcore punk más celebrados de la historia pero ni la prensa ni el público parecía comprender que aquello solo era el envoltorio de algo mucho más importante: la actitud y las ideas que debían acabar con el demonio capitalista. En definitiva el nuevo punk que proponían, ese "new noise for the new people", nunca llegó y Dennis Lyxzén se dio cuenta de que quizá todo aquello seguía sirviendo solo para vender pantalones. Allí donde los Pistols consiguieron empatizar con el público a través de su actitud antes que a través de su música, a Refused les pasó lo contrario: su discurso musical eclipsó todo aquello que tenían que decir.

Tras jurar y perjurar que Refused estaban "jodidamente muertos" y que nunca volverían a tocar juntos, en 2012 llegó una aplaudida gira de reunión que sería la última, luego vino otra más y ahora, en 2015, tenemos el disco que dijeron que nunca grabarían. "Freedom" es el resultado de las promesas incumplidas durante todos estos años. Como cuando dijeron que no volverían a hablar del grupo y ellos mismos editaron en 2006 un documental para hablar del grupo, como cuando dijeron que no tocarían más juntos y se pegaron tres años de gira; ahora resulta que hacer música, que decían era un instrumento inútil para la difusión de ideas por ser tratada como un producto, vuelve a tener sentido para ellos.

Escuchando "Freedom" es imposible desechar la idea preconcebida de que todo esto es una farsa. Fuera honesto o no aquel teatrillo de "no queremos ser un producto, no queremos vendernos, no queremos ser idolatrados y la música no nos sirve para lograr nuestros objetivos", palabras que como siempre se las lleva el viento. Con toda coherencia enterrada bien hondo a lo largo de estos tres últimos años aún tenían la oportunidad de redimirse sacando un disco a la altura de ese mito que se había construido (contra su voluntad, o al menos así quisieron hacérnoslo entender) a la sombra de aquel "The Shape of Punk to Come" durante 17 años. Y este álbum no solo no le hace justicia sino que, más por el contrario y muy tristemente, echa por tierra todo lo que aquel disco propugnaba.

Poco queda de sus composiciones casi vanguardistas, de su inteligente manera de atraer elementos ajenos al hardcore e integrarlos de manera orgánica y natural a sus canciones. Mucho menos de aquellos textos sesudos y de profunda reflexión. "Freedom" a duras penas llega a la categoría de panfleto, plagado de arengas simplistas, de referencias difusas y consignas pueriles. El nuevo discurso de los suecos, tanto musical como líricamente, es un triste sucedáneo de lo que hicieron en sus tiempos. Solo hay que escuchar canciones como "Elektra", "Dawkins Christ" o "366", quizá las tres únicas canciones capaces de salvarse de la quema (alguna de chiripa), para darse cuenta de que su gran, y seguramante única, cualidad es guardar un parecido más que razonable (y sospechoso) con canciones de "The Shape of Punk to Come" como la que daba título al disco o "Refused Are Fucking Dead".

¿El resto? Un intento fallido de grabar un disco de rock bailable y pegadizo, como si la revolución fuera ahora cosa de mover las caderas y cantar a coro. Así que trabajan con el productor de Taylor Swift o Maroon 5 porque resulta que era fan del grupo. Ya... Claro. Influencias funk, algo de hard rock y cierto regusto a arena rock con trompetas y y arreglos que no arreglan la cruda realidad: que la mayoría de las canciones adolecen de ritmo y que apenas unas pocas ideas salpicadas intentan sostener un disco en el que hay demasiadas canciones que no parecen llevar a ningún sitio: "Thought Is Blood", "Destroy the Man", "Old Friends / New War", "Useless Europeans"... Demasiados parones innecesarios, demasiada repetición de partes insípidas, demasiado Dennis gritando sin venir muy a cuento, etc.

Lo peor de todo es que en las pocas canciones en las que intentan algo nuevo se caen con todo el equipo. "War on the Palaces" con su grandilocuencia circense aún puede tener un pase aunque resulta cuanto menos sintomática de la transformación del grupo en mono de feria. Luego está "Servants of Death", con esa línea de guitarra que no deja de repetirse y ese estribillo pretendidamente maquinero que se queda a medias, machacona hasta el aburrimiento. Y qué decir de "Françafrique", aquel single que nos hizo vomitar con horrible coro de niños, puente r'n'b y crescendo hacia el no menos execrable "kill, kill, kill!".

Tras haber analizado con detenimiento la trayectoria de este grupo ya es difícil si no imposible entender qué es lo que pretendían hacer en este disco. La revolución no, porque ellos dijeron que para eso la música no servía, y este disco en concreto desde luego que no. Uno, en su fuero más interno, piensa que la intención es forrarse como lo llevan haciendo desde que volvieran a los escenarios hace tres años. Pero es que este disco aun siendo comercial en su planteamiento no puede ser un éxito de ventas. Demasiada paja, demasiados terrenos ya transitados por otras bandas desde hace más de 30 años, demasiado autoplagio como para satisfacer a nadie. Demasiado mal gusto a la hora de mezclar estilos cuando en su día lo clavaron.

Lo han intentado montando riffs rockeros medianamente adhesivos pero no lo suficiente como para mantener el interés después de las dos o tres primeras escuchas a causa de una desastrosa falta de capacidad para redondear las canciones, que parecen quedarse siempre a medio camino de algo que tampoco sabemos qué es. Tal es la incertidumbre en la que se ha estancado este grupo, al que ya conocemos suficiente como para saber que está formado por trileros. Esta vez el truco no les ha salido y la gente sigue preguntándose, ahora con más razón que nunca: ¿pero qué cojones son Refused ahora?

Si me tengo que mojar pienso que lo más probable es que la banda haya olvidado conscientemente que al principio se trataba de concienciar a las masas e iniciar una revolución socialista en la que las personas de a pie fueran las dueñas del mundo. Ante el fracaso al difundir esas ideas apuesto a que Refused se han pasado sin pudor al lado oscuro engrosando las filas del enemigo al que combatían en sus inicios. La industria ya no es el rival sino un aliado, la revolución no es un objetivo sino una excusa y la música, reconocerán al fin, sigue siendo el producto. En resumen, que ni ellos mismos se tragan su cuento. Refused, ahora sí que estáis jodidamente muertos.


Lo Mejor: No lo sé. No creo que se pueda sacar nada bueno de esto.

Lo Peor: Ver a un grupo legendario convertirse en una parodia de sí mismo.
 


COMENTARIOS

21 Comentarios

  • 75 Bueno
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    gunsandlove
    Yo creo que es un regreso más que digno. Muy disfrutable.
  • 55 Mediocre
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    Pachi67
  • 30 Malo
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    Iñigo García-Abarzuza
  • 73 Bueno
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    Ivan_beeler
  • 85 Muy Bueno

    DC
    Me gusta
  • 81 Muy Bueno

    gauerdikoeztula
    Dejando de lado las lecturas esencialistas que se puedan hacer del regreso, musicalmente hablando me parece un buen disco. Al fin y al cabo es la misma filosofía que en The Shape. Nuevos estilos e influencias musicales traidas al punk y al hardcore. El tiempo pondrá en su sitio a este disco. Hala bedi!
  • 82 Muy Bueno
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    Dani DP
    No me esperaba nada de lo que me encontré dentro de este disco. Les doy las gracias por sorprenderme y no haber tirado de formulitas en plan "The Shape..Esperando el siguiente :D
  • 30 Malo
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    VincentVega
    No me quise adelantar hasta que no lo escuchase al menos unas pocas veces pero es que esto no hay por donde cogerlo....menuda castaña y menuda decepcion!"The shape of FUNK to come"
  • 75 Bueno

    PcPunk
  • 65 Bueno

    Gerard Golet Reixach
    Israel, no? Tranqui, el problema no es tuyo. El problema lo tiene quien te ha dejado publicar esta crítica. Sex Pistols, subversión de base marxista, demonio capitalista... Vergüenza ajena. El disco de Refused es verdad que está muy por debajo de su predecesor pero tu crítica si que es la auténtica parodia. Lamentable. La nota de 25 es más adecuada para tu crítica siendo muy generosos.
  • 25 Malo

    meneillos
    ni siquiera me ha horrorizado
  • 21 Malo
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    QaZ_WsX
    Lamentable...
  • 1 Horrible
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    eraser-head
    putos hipsters
  • 33 Malo

    SHalien
    No soy muy fan de sus ideales y el culebrón de su vuelta me importa bien poco, que hagan lo que quieran con su conciencia. Pero si el disco es malo, es malo.
  • 78 Bueno
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    totalimmortal
    Sin entrar en ideales ni expectativas fustradas, creo q objetivamente es un buen disco
 

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