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 In Flames

CRÓNICA

In Flames + Gojira + Sonic Syndicate
In Flames, Gojira, Sonic Syndicate
15 de Octubre de 2008 por Javier Jimenez Sala La Riviera, Madrid 3485 lecturas

Fotos: Javi Falcon (MetalKas)

Concierto un miércoles a las 19.30 no suele ser sinónimo de llenazo y en esta ocasión los madrileños no defraudaron nuestras expectativas y dejaron la Sala Riviera a casi tres cuartas partes de su aforo total, aunque el suculento cartel de In Flames, Gojira y Sonic Syndicate bien daba para una mayor entrada.

Puntuales como relojes salieron los suecos Sonic Syndicate con su metalcore salpicado de dejes escandinavos. El grupo cumple los patrones del género a rajatabla, con voces guturales y melódicas (a veces calzadas para la ocasión) y unas canciones muy similares entre sí. Aparte de que el sonido nunca fue bueno y que el concierto no llegó a la media hora, los músicos, a pesar de ponerle ganas, parecían más preocupados en posar que en defender sus temas, hasta tal punto que el pie de uno de los dos cantantes parecía soldado a uno de los monitores. Todos los anteriores factores añadidos a lo temprano de la hora y al desconocimiento de los temas por una gran parte de la creciente masa de cabezas, convirtieron el concierto de los de Falkenberg en algo bastante frío y anodino donde sólo salvaría “AfterMath”.

Tras un pequeño cambio aparecieron en escena Gojira y las primeras notas de “Oroburus” (con su festival de tapping) daban el pistoletazo de salida a un concierto de una hora donde la banda francesa demostró ser una auténtica apisonadora, apoyados por una iluminación sobria pero que ambientaba perfectamente los temas. Con un sonido más que correcto, los hermanos Duplantier y compañía demostraron porqué a día de hoy son uno de los grupos más a tener en cuenta del panorama metálico europeo. Una vez dejado atrás el inicio de su nuevo "The Way Of All Flesh" siguieron machacando cuellos y orejas con “Rememberance", una soberbia "Flying Whales" y “Clone", que en directo sonó devastadoramente potente, confirmando a Mario Duplantier como uno de los mejores baterías del viejo continente, totalmente sincronizado ante los extraños cambios que practica el grupo y como uno de los triunfadores de la noche, ya que dio una auténtica lección de calidad. A continuación vendrían "Adoration For None” y “Toxic Garbage Island", cerrando de una manera brillante con "The Heaviest Matter Of The Universe” y dejando a Jean Michel y su bajo totalmente exhaustos tras el gran desgaste. Terminado el gran concierto de los de Bayona, que extrañamente no sabían más que alguna palabra suelta en castellano pese a su cercanía con nuestras fronteras, el ambiente era ciertamente agridulce ya que gran parte del público, más cercano a una vertiente más melódica del asunto, no disfrutó mucho de la música de los galos, mientras que por otro lado las caras de estupefacción en algunos individuos de la sala eran patentes.

Con cierto retraso y tras una blanca lona aparecieron las sombras de In Flames que a modo de teatro chino iban perfilando "The Chosen Pessimist". Mientras el tema ganaba en intensidad así aumentaban las ganas del respetable, cuyo epicentro mosh explotó al caer la lona, mostrándose unas pantallas de luces que no dejaron de jugar con los colores en todo el concierto. Más adelante vendrían "I'm The Highway", "Vanishing Light" y "The Mirror's Truth", que traerían unos pequeños problemas de sonido y las primeras aportaciones del público a la actuación, murmurando algún que otro improperio mientras “Zombie Inc” tronaba las pantallas. No fue hasta que llegaran “Pinball Map” y "System" que el público se mostrara realmente contento, lo que parecía animar a los de Goteborg, sobre todo a Anders Friden que se encontraba cada vez más cómodo y agitaba cada vez más sus rastas y su voz, la cual acabó desbocada con el medley del “Jester Race” (“Dead God In Me”, “The Jester Race”, “Behind Space”) haciendo las delicias de los más nostálgicos, que ya habían dado algún respingo con “Colony” y con Anders intentando llamar la atención de una pareja más ocupada en otros menesteres que en el bolo (y que nunca se dio por aludida). “My Sweet Shadow” llevaría a los suecos a levantar el acelerador con la sentimental “Come Clarity” para después salir a todo gas con la multitudinariamente coreada “Only For The Weak”, que fue acompañada por una Riviera saltando como un solo ente y que dio pie al inminente final: “Quiet Place”, “Trigger” y “Take This Life”, sin duda una de las mejores canciones que ha gestado últimamente la banda.

Aunque quizás se echaran de menos algunos temas de los primeros discos, es imposible contentar a todo el mundo. Bien sabe la banda que la mayoría de los allí presentes estaban en la sala por sus últimos éxitos, a juzgar por las reacciones ante los temas y la media de edad, pero equilibraron decentemente el setlist de sus casi dos horas de concierto, con más actitud que en otras ocasiones, para así intentar contentar al máximo de gente posible y a buen seguro que lo consiguieron.

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